Blog | Arquetipos

Esa zona en la que caemos

Título: River.
Creadora: Abi Morgan.
Reparto: Stellan Skarsgård, Lesley Manville, Nicola Walker.
Cadena: BBC One.
Calificación: ●●●●○

RIVER. Intenso personaje el de John River. Un investigador de policía cuyo mayor problema no es el de enfrentarse con el crimen londinense, sino el de lidiar con su conflictivo y enmarañado mundo interior. Es un protagonista profundamente estudiado y matizado y, como consecuencia, funciona perfectamente en esta historia.

Cuando un personaje está tan bien escrito, no es solamente que encaje en el guión, es que no hay cabida para otra cosa, no se concibe de otra manera y todo lo que no es él, no puede existir. Así, la narración parte de él y llega a él, y es ese viaje hacia sí mismo el discurrir de la trama. Son seis capítulos en los que la información está sabiamente estructurada, donde se juega con el misterio y con un poco de acción, elementos imprescindibles en una serie policiaca, pero cuyo verdadero interés reside en la evolución interna del personaje principal. Hay, por tanto, dos tramas paralelas -o una con dos vertientes- muy bien entrelazadas, que se retroalimentan y fluyen de un modo adecuado respondiendo a una hábil lógica narrativa.

Nada de lo que dice o hace John River es superfluo, en soledad o en compañía. La seriedad con la que hay que tomarlo nos lleva por un camino poco transitado en este tipo de ficción, de un género tan marcado, con unas pautas tan establecidas de antemano.

Lo que consigue su creadora, Abi Morgan, es romper barreras y darle a la serie la flexibilidad suficiente como para saber qué terreno pisamos y, al mismo tiempo, reconocer que quizá lo que en realidad tenemos bajo nuestros pies son arenas movedizas.

Así de frágil es la sujeción a la realidad del protagonista y así es la nuestra. Se produce casi inmediatamente la identificación del espectador con ese personaje que tiembla ante el mundo conocido, ante unos mecanismos relacionales entre seres humanos que él no termina de comprender y, mucho menos, de reconocer. Esa sensación de otredad que transmite, de persona fuera de, es el marco perfecto para la recreación de otra esfera, subjetiva, fantástica.

Y es ahí donde vive la mayor parte del tiempo, donde construye su pequeño mundo y lo dota de razón. El contraste con el otro mundo, en este caso con el real, le supone una especie de desgarramiento que logra por veces paralizarlo. Esto, unido a su inminente retiro, a su aislamiento, a su no saber estar en el lugar donde todos están, lo convierten en un hombre tremendamente complejo y terriblemente triste.

A pesar de su incapacidad para comunicarse, parece muy sencillo sentir empatía por él y su causa. Y esto ocurre porque la suya, al final, es la causa del resto. Porque al final, de algún modo, las cosas vienen a confluir en una zona a la que todos vamos cayendo y en la que todos acabamos estando.

Y fíjense que no es la muerte, sino su contrario. Es una zona en la que existir significa crear, significa amar, significa comprender. Un lugar en que lo innecesario se ha dejado en la puerta. Un espacio en el cual se entra con lo importante. Llegar a esa casa, a ese grado de conocimiento, no es imposible pero es complicado. Alguien que lo intenta, aunque sus métodos no sean los habituales, despierta simpatías por el solo hecho de ir haciendo camino.

River es una historia que logra por igual intrigar con la trama de misterio e inquietar con la trama interior del protagonista. Conquista las dos esferas, la de la realidad, que transcurre en la superficie, y la de ficción, que recorre otros terrenos, menos sólidos, por el que se deslizan demasiados sueños y que, sin embargo, resultan más verdaderos y más comunes de lo que parecía.

Nuevas ideas para la tele

TENEMOS otra sugerencia para incluir en nuestra parrilla de realities. Este programa es de la TV chilena y nos va superbién porque sigue claramente nuestra línea. Se titula: ¿Volverías con tu ex?. Consiste en recluir en algún punto del mapa a doce exparejas y mirar a ver si se vuelven a juntar o no. Mientras, para no aburrir, se hacen equipos y pruebas y cositas así. No me digan que no es la mejor manera de hacer resurgir el amor que todo lo llena. Qué bonito, por favor.

Comentarios