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"In my opinion, your Honor"

Título: the good wife. Creadores: Michelle y Robert King.

Reparto: Julianna Margulies, Christine Baranski, Matt Czuchry.

Cadena: CBS. Calificación: ●●●●○



Y YA LLEGÓ la séptima temporada de ‘The good wife’, una serie que mantiene el nivel de los comienzos aunque en realidad no cuenta nada nuevo, solamente, como suele ocurrir, algo que funciona. A pesar de la pérdida de un personaje tan emblemático como Kalinda, que hacía de contrapunto e imponía un estilo propio, la historia de Alicia Florrick puede, si se quiere, alargarse hasta el infinito. Una de las claves de la serie es el elenco de personajes femeninos, en el que destaca la protagonista, pero porque le dan más minutos, no porque las demás desmerezcan.

Ya no resulta extraño, sin embargo lo fue. Sucedía lo mismo con la literatura o con el cine. Los grandes personajes, los verdaderamente emblemáticos, con carácter, potencialmente héroes de alguna causa, destinados a convertirse en mitos más allá de la pantalla o de las páginas de los libros, eran hombres. Virginia Woolf fue una de las escritoras que rompió con esos esquemas y concibió personajes femeninos de calado. Al margen de etiquetas, el sinsentido de calificarnos como seres estúpidos ensombreció muchas vidas y muchas artes.

Aún el otro día —por decirlo así— Patricia Arquette, de paso que recogía el Oscar, lanzaba un discurso reivindicativo sobre la posición que deberían ocupar las mujeres en el mundo. O sea, que aunque ahora ya se vean papeles femeninos con fuerza dramática y, en general, a nadie se le ocurra pensar «esta qué hace aquí», en fin, todavía hay que ir recogiendo premios y diciendo cosas, para que quede claro que sabemos, que nos damos cuenta, que el asunto es serio, que a ver si por no decirlo, surgen, de nuevo, malentendidos. El caso es que Alicia Florrick se ha convertido en un arquetipo y es el espejo al que miran otras series para crear una fuerza por el estilo. Lo que hace que sea una protagonista envidiable para cualquier ficción es que es un personaje construido con resortes y dobleces  y son esos elementos los que le confieren entidad. Son las zonas en sombra las realmente interesante y son las pulsiones, las que la hacen avanzar en un sentido u otro. Si todo fuera luminosidad el personaje sería plano. Lo mismo que si todo fuera oscuridad. Son los recovecos, son las esquinas, son las proyecciones de una personalidad nada diáfana. A veces su moralidad está en entredicho y a veces no. En unas ocasiones, esos elementos pasionales que la caracterizan nublan la racionalidad de la que presume y en otras circunstancias, la lógica y la templanza guían sus actos. Es un personaje que tiene dudas acerca de su propio yo, y la serie, como dura tanto, acaba convirtiéndose en un discurrir por la historia personal de la protagonista y las vicisitudes de su evolución interior. Cuestión convenientemente reflejada y transferida al exterior: no hay más que ver el aspecto de aquella pobre mujer engañada de la primera temporada y la ‘sophisticated lady’ en que derivó después. Además, ‘the good wife’ no está sola. Y este hecho le da a la serie una dimensión de la que carecería si la heroína anduviera por ahí en plan individualista. Los personajes del entorno añaden, suman, completan. Es, al fin y al cabo, una historia coral, y las partes son esenciales para un entendimiento íntegro acerca del funcionamiento humano. De todos modos, en mi opinión («In my opinion, your Honor»: este guiño va para los fans de la serie), podían ir parando ya con las temporadas porque esta mujer, con tanto resurgir de las cenizas, va a acabar siendo perfecta y entonces la cosa dejaría de tener tanta gracia como, de momento, tiene. Entre premio y premio, que reivindique, eso sí.

Programas tirando a raros

‘EL MURO INFERNAL’ es un programa de origen japonés (por si esto les dice algo) que consiste en lo siguiente: hay una pared que avanza hacia ti agujereada con siluetas en distintas posiciones. Para no estamparte contra el muro tienes que adoptar esa figura en cuestión. Si no lo consigues, además del golpe te caes a una piscina. Eres integrante de un equipo y haces lo que sea por ganar, te contorsionas lo que haga falta. Y parece ser que es muy gracioso. Para partirse, oye.

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