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Nuestro paisaje de verano

Título: Badehotellet.
Creadora: Hanna Lundblad.
Reparto: Rosalinde Mynster, Bodil Jørgensen, Amalie Dollerup.
Cadena: TV2 Danmark.
Calificación: ●●●○○

SEREMOS FELICES, en este mundo imposible. ‘Badenhotellet’. Serie danesa, como espejo de vida, de sueños, de descanso, de cordialidad humana. Serie para el verano que cuenta otros veranos de otros seres, cada uno con su historia y, sobre todo, sus esperanzas. Las vacaciones son para reposar, en opinión de algunos, o para buscar aventuras o para dar los primeros pasos de cara a un futuro adulto. Son familias ricas que repiten cada año en el mismo hotel de la misma playa. Idéntico paisaje del que se desprenden diferentes modos de ver la vida y, por consiguiente, distintas maneras de comportarse ante sus embestidas o sus regalos. Son familias que parecen poseerlo todo y que, allí, frente al mar, se van despojando de las curtidas pieles de la ficción al tiempo que van dejando al descubierto las carencias, las decepciones, los fracasos. Agujeros que pueden contemplarse y estudiarse, oquedades que rebosan significado. No es una gran serie para el recuerdo. Sin embargo, es una en la que importan los matices, es una de larga distancia, de las que, poco a poco, como quien no quiere la cosa, deposita señales que resultan ser verdades con las que aquellos que las contemplanmos nos podemos reconocer. Y al fin y al cabo es ese reconocimiento en el otro lo que nos acerca, nos identifica y nos hace sentir.

‘Badenhotellet’ es un día de nubes en el que el sol sale de vez en cuando, en tiempos marcados, como con pudor, en un estado de recogimiento cohibido, dando a entender que el enfrentamiento a cielo abierto es un golpe demasiado brutal. Demasiada luz. Es eso lo que lo hace interesante. Consigue invertir la significación de los colores y los estados, logrando una intensidad inesperada en momentos sombríos -la reiteración narrativa, por ejemplo, termina por convertirse en una búsqueda de la cotidianidad, de lo conocido- y consiguiendo que los momentos de brillo no lleguen a ser deslumbrantes, circunstancia que desestabilizaría la línea argumental.

‘Badenhotellet’ llega a ser suave, aunque la tensión de las formas y del lenguaje afirmarían lo contrario. Los personajes se mueven a ritmos distintos formando un gran protagonista coral informe, desarticulado. La presión de unos y otros es la que mueve a la criatura, que se contorsiona, dando lugar a historias cómicas y trágicas, ridículas y espléndidas. No son nuevas las ansiedades de unos, ni las angustias de los otros, ni las ambiciones ni los optimismos. Son de siempre, también de agosto. Un lugar cualquiera, un hotel, una playa, con la ola al fondo, que sirve para unir, sutil o toscamente, a unos cuantos seres humanos, y para después dejarlos, libremente, actuar. De esa actuación surgen imágenes, relatos y leyendas. Y esta serie es un poco todo eso. No es deslumbrante aunque es capaz de contener en sus capítulos certezas que remiten a lo que somos y que, por tanto, intrigan y despiertan emociones.

La serie está ambientada en las primeras décadas del siglo XX, tiempos de profundas transformaciones e intensos traumas, que llevaron a sus protagonistas a vivir lo inesperado. Esos cambios se desarrollan a lo largo de sus tres temporadas y el espectador puede observar de cerca cómo se doblegan voluntades o se superan conflictos. Cómo se borra parte de lo que fuimos con un manotazo del destino.

Seremos felices, en un mundo imposible. Lo que vivimos uno, dos, tres veranos, los que hayan sido, habita ya en nuestra naturaleza. Y si es nuestro paisaje, aún arrasado por tantas cosas, será nuestro paisaje. Aunque haya sido removido, mutilado, derrotado. Vendrán más veranos. Y sonreiremos.

Lo que tiene el no saber

AMIGOS, DKISS es lo más. Programas como los de aquí, ninguno, vamos de sorpresa en sorpresa. Aunque Telecinco le sigue peligrosamente. Hoy les traigo una joya titulada: ‘'No sabía que estaba embarazada'’. O sea, no se dan cuenta, algunas, ni después de haber tenido a la criatura. No lo captan, vamos. Los padres se acercan y les dicen, con el niño en brazos, dile hola a mamá, y mamá, en la luna. Da mucha risa. Lo que se hace por subir audiencia, madre mía (nunca mejor dicho).

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