Blog

La verdad sobre la Ley de Memoria Democrática

La Ley de Memoria Democrática es buena para España, para todos los españoles, no abre heridas, da dignidad y repara completando las anteriores, no rectificando, con esta ley ha vencido la democracia que somos todos

"Sin odio, sin rencor, pero el recuerdo vivo", así nos educó mi padre a mis hermanas y a mí, y todos los que lo conocían saben que era una persona de convivencia en paz y conciliación, lo que me ha trasmitido y rige mi vida. Pues bien principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición son los que rigen la recientemente aprobada en el Senado, Ley de Memoria Democrática, debate en el que tuve el privilegio de intervenir, gracias a la generosidad de mis compañeros de la Comisión de Constitucional y a la dirección del grupo socialista en el Senado.

Esta Ley no ha venido a fomentar odio, ni a abrir heridas, sólo a dar dignidad a todos los que han sufrido una guerra injusta, que ha enfrentado en muchos casos a hermanos contra hermanos. El espíritu de esta ley es de reconciliación, concordia y reparación.

Esta ley está plagada de interpretaciones torticeras, las que quedan desmentidas si se lee a fondo la misma. La ley de Memoria Democrática, ensalza la transición y el pacto constitucional, tal como recoge en su exposición de motivos "la vigente Constitución se fundamentó en un amplio compromiso social y político… este consenso fue el espíritu de nuestra transición política, y ha sido la base de la época de mayor esplendor y prosperidad que ha conocido nuestro País". "La conquista y consolidación de la democracia en España ha sido el logro histórico más significativo de la sociedad española. El asentamiento de los principios y valores democráticos que consagra la constitución de 1978 hace nuestra sociedad más fuerte y constituyen la más clara apuesta de convivencia en el futuro". Siendo sus objetivos fomentar el conocimiento de las etapas democráticas de nuestra historia y de aquellas figuras individuales y colectivas que, con grandes sacrificios, fueron construyendo progresivamente los nexos de cultura democrática que permitieron llegar a los acuerdos de la Constitución de 1978, y el actual estado social y democrático de derecho".

Prueba de que esta ley ensalza la transición y la C.E. es que instaura el día 31 de octubre, fecha en que las cortes y el senado aprobaron la constitución de 1978 para el homenaje a todas las víctimas de la guerra civil y la dictadura, como referencia de conciliación y consenso.

Hay que aclarar todas las falacias que han utilizado los partidos de la Oposición (PP, VOX, Cs, UPN) sobre la disposición adicional décimosexta, la primera es que la propuesta de esta disposición ha sido de los dos partidos en el gobierno, de ninguno más, y ello era para que fueran incluidas en la misma personas que hayan sido víctimas a consecuencia de defender la democracia. Y el ámbito temporal de la ley no lo extienden a 1983, en su art 1.2 recoge expresamente "el reconocimiento a víctimas…. durante el período comprendido entre el golpe de estado de 18 de julio de 1936 y la dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978, tras la transición democrática, es decir, el ámbito temporal de la Ley es hasta el 29 de diciembre de 1978, y ello se repite machaconamente a lo largo del articulado. Lo que recoge la disposición adicional décimosexta (16ª) es "la previsión de que se designe por el gobierno una comisión técnica cuyo alcance está limitado a un estudio de posibles vulneraciones de derechos humanos que sufrieron luchadores por la consolidación de la democracia" y exclusivamente para su reconocimiento y reparación, se refiere a el caso como el de Yolanda González (líder estudiantil asesinada por la extrema derecha el 1 de febrero de 1980). Dicho crimen y otros similares obviamente ya fueron perseguidos por el ordenamiento jurídico, pero sus víctimas habían quedado huérfanas de reconocimiento de la democracia por la que lucharon, por lo que, como no puede ser de otra forma, no tienen cabida en la misma los etarras que desestabilizaron la democracia, creando terror, y asesinando a víctimas inocentes, a todas ellas mi homenaje y reconocimiento. Los únicos que parecen entender que ETA luchó por la democracia, pues les parece que tendría cabida en esa Comisión Técnica, son el PP, Cs, UPN y VOX, no el gobierno ni el PSOE para los que ETA no tiene cabida.

También es falso que se desmerezca lo que significó la Ley de Amnistía de 1977, y no se tengan en cuenta principios jurídicos básicos, de legalidad, seguridad jurídica, irretroactividad de normas no favorables… la exposición de motivos de la Ley lo recoge expresamente, y de hecho todas las enmiendas que abogaban por la derogación total o parcial de dicha ley han sido rechazadas de plano. Tal como recoge el art. 10.2 de la ce la ley de Amnistía hay que compatibilizarla con los avances del derecho internacional de los derechos humanos.

El PSOE ha defendido antes, defiende ahora y defenderá en el futuro los Principios Constitucionales recogidos en el art. 9.3 de la CE, prueba de ello es que así lo ha hecho recientemente en el Congreso rechazando las iniciativas de derogación de la ley de Amnistía o la modificación del Código Penal. El derecho a la verdad es compatible con la Ley de Amnistía y las garantías procesales del art. 9 de dicha ley, con exclusividad de la aplicación de amnistía por parte de jueces y tribunales y el art. 11 bis añadido en 1984 declara la imprescriptibilidad de los derechos.

También establece, esta Ley, el deber de memoria democrática y tiene por objeto preservar en la memoria colectiva los desastres de la guerra y de toda forma de totalitarismo, y amplía a los períodos democráticos desde la Constitución de 1812.

Además recoge la nulidad de las sentencias y de los juicios que fueron auténticas farsas, muchas con condenas de muerte y otras de años de presidio, no va en contra de la Ley de Amnistía, persigue resolver una injusticia y dar dignidad a las personas que ya no están, esa reparación, reconocimiento que han realizado otros Países como Alemania, e incluso han pedido perdón. Pues bien, esta ley se vertebra en torno a los principios internacionales del derecho humanitario: verdad, justicia, reparación y deber de memoria como garantía de no repetición. La Ley de Memoria Democrática es buena para España, para todos los españoles, no abre heridas, da dignidad y repara completando las anteriores, no rectificando, con esta ley ha vencido la democracia que somos todos.

Comentarios