Blog | Marta está harta

El Club de las Madres Sabias

En marzo inauguramos El Club de Las Madres Sabias, un espacio donde nos vamos a reunir un grupo de madres, para aprender a entender a nuestros hijos preadolescentes y adolescentes. Y es que no es nada fácil eso de comunicarse con un hijo entre los 11 y los 20 años, y la razón principal de esto es que los adolescentes hablan y piensan en adolescente y los padres primero les seguimos hablando en 'niño', y cuando cambiamos lo hacemos a 'adulto'. Nos saltamos siempre el 'adolescente' con lo fácil que es.

El 'adolescente' es un lenguaje que se basa principal en un vocabulario bisílabos, en el que destaca el que destaca, el conocido 'vale'. Los bisílabos los aderezamos con onomatopeyas de todo tipo. Y cuando consiguen, después de darle mil vueltas y sopesar los riesgos, estructurar una frase no olvidemos que siempre hablan en paradoja, o lo que viene siendo: digo esto pero pienso aquello. Vamos un lío, que hace casi imposible la comunicación con nuestros hijos.

Hoy como avanzadilla de lo que vamos a hacer en nuestro Club de Madres Sabias, vamos a revisar una serie de tips para entender a nuestros hijos adolescentes y poder empezar así a comunicarnos con ellos:

1. Nuestros hijos a partir de la preadolescencia nos demandan que los veamos como personas independientes, no solo como "tu hijo".

2. A pesar de decir a gritos que no son niños, siguen queriendo divertirse contigo y sentir que en casa están seguros y felices.

3. Necesitan tomar en algunos momentos su propias decisiones, y quizás también cometer mis errores, así que no tienes por qué impartir tu sabiduría y experiencia cada vez que tenga un problema.

4. A veces, tu hijo estará de mal humor y frustrado. Deja que ocurra (pero no permitas que sea maleducado contigo; eso nunca está bien). Quizás sea sólo un estado de ánimo o algo pasajero para lo que todavía no estoy preparado.

5. Si no te gustan sus amigos, parece que no confías en su criterio. Así que la mejor opción es preguntar qué le gusta de ellos, hablar y debatir pero no prohibir.

Y por último otra cosa superimportante que deberías saber: el hecho de que las opiniones de tus hijos sobre cualquier cosa cambien mañana mismo no significa que no las defiendan hoy intensamente.

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