Blog | El Ala Oeste

Mal perder

Marta Fernández-Tapias. EP
photo_camera Marta Fernández-Tapias. EP

LA RESOLUCIÓN del pulso por el liderazgo del PP de Vigo, decantado finalmente a favor de Marta Fernández Tapias, evidenció una vez más que el ecosistema político está lleno de gente con mal perder y, consecuentemente, que la mayoría de los problemas serios que dinamitan la salud de los partidos y truncan sus aspiraciones electorales vienen de dentro. En resumen, que los tiros suelen venir de la silla de al lado.

Javier Guerra ni siquiera llamó a la vencedora para felicitarla. Es un gesto, una simple anécdota dentro de la amplísima familia del PPdeG en la mayor ciudad de Galicia, y sin embargo quizás sea el detalle que mejor explica el batacazo electoral del PP vigués. La división interna lo lastró en los últimos años y, visto lo visto, puede que lo lastre algunos más.

Al PPdeG le quedan por delante otros procesos locales en las ciudades con la vista puesta en la elección de candidatos de 2023. Algunos aparentan más plácidos como Ferrol, donde está consolidado Rey Varela; Pontevedra, con un Rafa Domínguez que cuenta con el respaldo del partido; o Santiago, donde el diputado Borja Verea parece una apuesta clara. Pero en A Coruña, Ourense y Lugo el panorama no está tan despejado. En la ciudad herculina no existe hoy por hoy un referente claro del partido, aunque sí que hay opciones. Desde el presidente de la Autoridad Portuaria, el lucense Martín Fernández Prado, al delegado de la Xunta Gonzalo Trenor, curiosamente también con raíces lucenses, concretamente de Ribadeo. Perfiles como el senador Miguel Lorenzo ya no encajan tanto en esa imagen de renovación que pretende el PP para su asalto urbano en 2023. Y tampoco parece que Feijóo vaya a insitir en la fórmula —fracasada— de mandar consea pelear grandes alcaldías, como podría ser en el caso coruñés María Jesús Lorenzana.

Tampoco en el siempre indescifrable hábitat político ourensano emerge ninguna figura en el Partido Popular que pueda aclarar las cosas. De hecho, es tan incierta la situación que hasta empieza a airearse el nombre de Manuel Cabezas, el que para muchos fue el último gran alcalde de la ciudad, aunque se marchó ya en 2007. Un plan B podría ser el desembarco de Luis Menor desde la alcaldía de Pereiro de Aguiar, aunque no es el PP muy de paracaidistas. El regreso de Pepe Araújo desde Cs o Pumar ya no parecen opciones sólidas.

¿Y en Lugo? Pues más de lo mismo. El congreso provincial evidenció un pulso interno que se podría reproducir a nivel local. Por ahora consolise habla de Carballo, de Arias, de Ameijide e incluso de algún perfil femenino, pero nada es seguro a menos de año y medio de las elecciones municipales.

El PP haría bien en analizar la experiencia de Vigo para comprobar que la división interna y las urnas no maridan bien. Y que por mucho que se vendan las primarias como un ejercicio de democracia interna, mientras los políticos no aprendan a perder lo único que se consigue es fractura. Y si el ejemplo de Vigo no le basta al PP, pues que se lo pregunte al PSdeG, que va camino de la guerra civil en sus congresos provinciales porque Caballero tampoco supo perder.

Así que o se cambia el sistema o se cambian los políticos... O acabarán perdiendo todos.

Comentarios