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Mañana será otro día

Ana Pontón. LAVANDEIRA JR
photo_camera Ana Pontón. LAVANDEIRA JR

El escenario político gallego tiende a analizarse en clave autonómica, lo que significa que hoy se desgranan los movimientos orgánicos con el filtro de las elecciones de 2024. Y eso es un error.

Vivimos tiempos volátiles en casi todo, así que mucho más en política. La pandemia aceleró muchísimo todos los procesos de cambio social y, además, nos dejó una lección importantísima: en quince días puede ponerse patas arriba un país. Todo eso tiene una repercusión directa en la política, por lo que no tiene ningún sentido hacer previsiones de aquí a 2024. Un ejemplo: Ayuso es favorita a un mes de las elecciones pero un estallido del covid en un par de semanas que vuelva a saturar las Ucis de la capital la condenaría electoralmente.

Si aplicamos este razonamiento a los procesos orgánicos a los que se someterán los partidos gallegos de aquí a final de año podemos concluir que nada será definitivo en clave autonómica. Es cierto que hay cosas que se pueden presuponer, como que Pontón será la candidata del BNG salvo desgracia o sorpresa mayúscula, pero ni siquiera un político que renueve su liderazgo en los próximos meses tendrá garantizado salir en la foto del cartel en 2024. Un batacazo electoral en las municipales de 2023 también puede llevarse por delante cualquier proyecto, sin ir más lejos.

Y bajo ese mismo principio, tampoco se puede descartar la irrupción de nuevos actores políticos antes de las autonómicas. Si ocurrió en 2012 con Age o en 2015 con Podemos y Ciudadanos, ¿por qué no ahora? Dando por buena la teoría de que lo más duro de la resaca de la pandemia será la crisis económica de 2022 e incluso 2023, no se puede cerrar la puerta a que una decepción generalizada con los dirigentes del momento lleve a la sociedad a abrazar a nuevas opciones políticas.

Hay gente que se resiste a aceptar que el tablero gallego solo disponga de tres opciones como ocurrió durante muchos años y como ocurre ahora: PP, PSOE y BNG. Algunos ya actuaron, como el Partido Galego, que se encuentra en plena fase de construcción. Y otros se lo están pensando. Es cierto que hoy son malos tiempos para nuevas aventuras políticas. Pero mañana será otro día y entonces... ¿quién sabe?

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