Blog | El Ala Oeste

Un retrato y muchos retratados

El PSdeG vive una semana tan nefasta que para encontrar una sonrisa hay que ver el cuadro de Caamaño en el ministerio

DEL EXMINISTRO socialista Francisco Caamaño se dice que tiene un don casi único para estar siempre en el momento equivocado y en el lugar equivocado, algo que viene a confirmar por ejemplo su accidentada salida de la política gallega por la puerta de atrás. Sin embargo, el despropósito en el que parece haberse convertido el PSdeG en las últimas semanas —especialmente esta— alcanza tales proporciones que acabará por darle la razón al político de Cee cuando rechazó presentarse a las primarias para ser candidato a la Xunta. Es más, si en su momento ya no lo veía claro para dar el salto, a estas alturas estará hasta celebrando no estar en la piel de Xoaquín Fernández Leiceaga, aspirante al que los sondeos del CIS sitúan en otoño como tercera fuerza tras las mareas, después de dejarse antes un buen puñado de apoyos y un escaño en las generales del 26-J. Todo eso siempre según la encuesta del llamado irónicamente en tiempos de Felipe González 'centro de investigaciones socialistas', como muestra de su dudosa fiabilidad.

La convulsa situación del PSdeG, agravada el martes con la polémica votación en el Parlamento a favor de una propuesta del BNG para lograr un concierto económico para Galicia, contrasta con el momento dulce que parece vivir Caamaño. Profesor universitario en Valencia, abogado en un prestigioso bufete con presencia en Madrid y Galicia y habitual conferenciante —la semana pasada, sin ir más lejos, estuvo en Vigo—, el martes hasta recibió mil y un eligios del ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, cuando presentó el retrato que colgará desde ahora en la galería de exministros y en el que aparece sonriente, con pose de cartel electoral.

Y aunque en el Partido Socialista gallego hay quien le reprocha que de alguna forma haya dejado en la estacada al sector crítico con la línea oficial borrándose de la pugna de las primarias —aunque respaldó a Méndez Romeu—, lo cierto es que la inmensa mayoría siguen viéndolo aquí a medio plazo. "Se podría pensar que su tren ha pasado y que era el último, pero en este PSOE parece que la frecuencia de trenes es alta", ironizan algunas voces próximas al exministro y que lo consideran un valor del que el socialismo gallego no puede prescindir.

Por eso se da por hecho que los de Abel Caballero y compañía buscarán la revancha con el sector besteirista en el congreso autonómico del que saldrá el nuevo secretario —o secretaria— general tras quedar retratados en las recientes primarias. Y aunque absolutamente todo en el socialismo gallego está pendiente de lo que ocurra en dos semanas en las urnas, parece que en esa revancha sí podría estar Caamaño.

El amargo debut de Patricia Vilán
Si el exministro tiene un retrato y la inoperancia de los perdedores de las primarias quedó retratada, del grupo parlamentario del PSdeG se podría decir que está en cuadro, por seguir el símil pictórico. Patricia Vilán, que dicho sea de paso no fue la primera opción para sustituir a Méndez Romeu, tuvo un debut complicado. Fue a ella a la que le cargaron el mochuelo, es decir, que se llevó las culpas de que el grupo votase a favor de la admisión a trámite de un concierto económico para Galicia a propuesta del BNG. Lo hizo en contra del criterio de Ferraz, de Leiceaga y de buena parte de los diputados que incluso amenazaron con romper la disciplina de voto, algo que al final no hicieron. El lucense González Santín aguantó el tipo como pudo en la defensa de una postura que nadie cree que no tenga más padrinos ni madrinas que la portavoz parlamentaria. Y lo cierto es que cuesta aceptar que no estuvieran al tanto la presidenta de la gestora, Pilar Cancela, o el propio Leiceaga, que al parecer el martes incluso comió con la mayoría del grupo parlamentario.

Pero independientemente de que todo fuese un cúmulo de despropósitos, una cadena de malentendidos, un guiño modernista a los populismos, una 'arroutada' de Vilán para marcar terreno en su nuevo cargo o una simple estupidez política, lo que verdaderamente tendría que preocupar al PSdeG de todo este culebrón no es el fondo, sino la forma. Es decir, como a algunos de los diputados alineados con Méndez Romeu les faltó tiempo para apagar el incendio montado por la nueva dirección del grupo parlamentario con gasolina, evidenciando que las heridas siguen abiertas y que las buenas palabras de unidad alrededor del nuevo candidato socialista a la Xunta no son más que eso... palabras. Con el agravante de que ni se molestan en ocultarlo. "Foi a súa forma de darlle a benvida ao cargo a Patricia Vilán", confesó una voz autorizada del PSdeG en el Parlamento.

Y al final, la mala suerte se cebó con los socialistas, que para esa misma tarde del martes tenían programado un paseo de Leiceaga con Pérez Touriño y González Laxe por los jardines del CGAC, un golpe de efecto para revalorizar la imagen del candidato y, a la vez, reforzar una imagen de unidad del partido que por la mañana se habían encargado de hacer trizas en el Parlamento. Hubiera agradecido más Leiceaga tener a los expresidentes con él el día de su proclamación y no semanas después.

Ligando, nuevo partido nacionalista
Sin salir de la izquierda, pero bastante alejado del centro, nace un nuevo partido político en la órbita nacionalista, Ligando-LGD, que aspira a presentarse a las autonómicas del próximo otoño. Liderado por Miguel Anxo Abraira, natural de Miño y ex del Bloque y Anova, se define como "arredista", sitúa la "causa galega" como eje central y pretende incorporar a todos los que se sienten gallegos y residen en zonas limítrofes de Eo-Oscos, El Bierzo o Sanabria. Su intención es superar al BNG e incluso tomar su testigo si finalmente se descalabra y rechaza cualquier pacto con ellos y con las mareas. Lo explica su propio líder en Facebook: "Digo eu que montar un partido político para defender ou dicir o mesmo que din outros moitos sería un sensentido! Mellor quedar como un friki que como ovella mansa que se deixa levar pola marea ou que camiña alindada ao matadoiro".

Tras la disolución de Nós-UP hace casi un año y la ilegalización de Causa Galiza por sus vínculos con Resistencia Galega, el espacio independentista se quedó húerfano de siglas, aunque los últimos resultados electorales de las autonómicas de 2005 y de 2009 confirman que se trata de un nicho de votos ciertamente residual, con 1.749 y 1.510 apoyos, respectivamente.

Comentarios