Blog | Crónicas y perfiles

La Brigada Sanitaria de Pontevedra

Un parque móvil imprescindible para actuaciones sanitarias cuando todo tipo de enfermedades, hoy muchas erradicadas, minaban la población de Pontevedra sin remedio
Brigada sanitaria de Pontevedra
photo_camera Automóviles de la Brigada Sanitaria de Pontevedra aparcada en Villa Pilar, circa 1921. GEOGRAFÍA GENERAL DEL REINO DE GALICIA

LA PANDEMIA de la llam as primeras brigadas sanitarias las organizó el Ejército a instancias del Gobierno en la última década del s. XIX para enviar médicos a hospitales en la isla de Cuba durante la Guerra de Independencia. Los avances en medicina, debido a las epidemias, permitieron conocer mejor los modos de trasmisión de las infecciones y mejorar la prevención y contención de las mismas. El primer Hospital Militar permanente de Galicia se estableció en A Coruña en 1626 y en 1799 abriría sus puertas el Real Colegio de Cirugía de Santiago.

En Galicia existían Brigadas Sanitarias municipales y un Laboratorio municipal desde 1909 cuyos cometidos eran el de «la desinfección de las habitaciones en las que ocurrían fallecimientos por afecciones infecto-contagiosas y para la aseptifi cación de las ropas y efectos». Un servicio gratuito para los más desfavorecidos y de pago para las clases acomodadas. En ese momento, una de las mayores preocupaciones era la tuberculosis debido al alto nivel de contagio y asociada con la llegada de pasaje y personal del ejército de América

Álvarez LimesesGerardo Álvarez Limeses recoge, en el Volumen XII tomo 1º de la enciclopedia ‘Geografía General del Reino de Galicia’ que, entre 1900 y 1905, el número de defunciones relativas en Pontevedra ascendía a 22,36 por mil habitantes. Esta preocupación por la Salud Pública derivó en la formación institucional de las Brigadas Sanitarias en todo el territorio nacional que se convertirían, a partir de 1925, en los Institutos Provinciales de Higiene, en Pontevedra dependiente de la Diputación. 

En la provincia de Pontevedra, a instancias del Gobernador civil, el 2 de octubre de 1921, se reunieron los alcaldes de la provincia para la creación de una Comisión administrativa para coordinación de esta Brigada. Así, el 5 de octubre de 1921 de fundó la Brigada Sanitaria Provincial de Pontevedra con un generoso presupuesto que ascendía a 158.143 mil pesetas. El parque móvil lo componían una ambulancia, una camioneta de desinfección, otra de estufa y un automóvil para el personal sanitario. A su vez, se creó el Laboratorio Provincial de Higiene dependiente de la misma, para trabajar la salud de un modo integral mediante la realización de análisis en dos áreas: la microbiología y la química. El puesto de Químico en el Laboratorio Provincial de Higiene lo ganó Aureliano Virgós Pintos (1905-1972), doctor en Farmacia, en unas oposiciones celebradas en Madrid en 1928. Entre las misiones del laboratorio, en el departamento que química, estaban la de comprobar la calidad de las aguas de los pozos particulares, de las fuentes públicas o de los balnearios. 

El 8 de mayo de 1925 el Dr. B. González Germade, médico bacteriólogo de la Brigada Sanitaria provincial de Pontevedra, ofrecía una conferencia en el Teatro Principal aleccionando a los presentes a seguir una serie de recomendaciones. La preocupación principal eran las cifras de mortalidad infantil evitable, que ascendían en todo el país a la friolera de 200.000 niños fallecidos anualmente antes de cumplir los 5 años, de los que unos 70.000 fueron por gastroenteritis. En aquellos tiempos entendían que responsabilidad de la salud de los más pequeños correspondía exclusivamente a las madres, que eran las que debían velar por su bienestar. Se extendía la recomendación de esterilizar la leche de los biberones en los hogares, y también cuando se mezclaban con agua. Instaban a seguir un régimen de alimentación adecuada para evitar el escorbuto o la avitaminosis, para lo que recomendaban el consumo abundante de naranjas, una fruta al alcance de cualquier bolsillo. 

En su trabajo Álvarez Limeses daba una visión general del estado sanitario de la ciudad: «Otra clase de enfermedades aquí predominantes son las del corazón, y el reumatismo, con ellas tan relacionado, que han tenido también un aumento a partir del año 1918 por las muchas lesiones de esta índole que dejó la epidemia gripal de aquel año». El aumento alarmante de fallecimientos por cáncer en sólo veinte años, de 120 casos en 1905 a 405 de 1925, puso a Pontevedra en el mapa médico como la cuarta ciudad en muertes por esta causa, según la estadística elaborada por el médico Francisco García Feijoo. Continúa Limeses: «Señalemos por último otro mal aquí muy desarrollado y que merece la atención del médico, del sociólogo y del gobernante: la locura». Y sobre el exceso de bebida, «sobre todo la fatal costumbre de tomar ‘la parva’, o sea el desayunar con una copa de aguardiente, es del mismo modo causa eficaz productora de la locura... ». 

Salvando la distancia del tiempo, los medios y algunos contenidos, en la actualidad existe en Pontevedra el HADO, una Unidad de Hospitalización a Domicilio dependiente del SERGAS que comenzó su andadura en 1999. Un servicio para pacientes que, aunque precisan cuidados hospitalarios, no necesariamente tienen que estar ingresados. El hospital se traslada al domicilio y es un buen ejemplo de las nuevas formas de gestión sanitaria enfocadas a ofrecer la mejor calidad y resultados. Isidro Caballería fue Jefe de Sección y Coordinador esta unidad durante trece años; un tiempo en el que se optimizó el servicio en todas sus vertientes constituyendo un modelo que gestión que adoptaron otros territorios. 

Precisamente, quiero enviar desde aquí mis felicitaciones a Dolores González Fernandez (Loli), enfermera de HADO y Trabajadora Social que se ha jubilado el pasado 12 de abril después de 40 años de servicio. Trabajó en Cirugía hasta que se incorporó a HADO cuando se creó la Unidad en 1999. Anteriormente lo había hecho en A Cañiza, Porriño, Lalín y en el Hospital Xeral de Vigo. Una larga trayectoria llena de recuerdos de una magnífica profesional y una bellísima persona, muy apreciada por pacientes, compañeros y amigos.

Las fotografías pertenecen al libro ‘Geografía General del Reino de Galicia’ de Gerardo Álvarez Limeses (1936) facilitadas por Javier Torres, fotógrafo e investigador, de su biblioteca personal.