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Cincuenta años de boxeo en Pontevedra

Durante décadas hubo varias generaciones de boxeadores que dieron mucho que hablar en Pontevedra, con una afición entregada a sus ídolos. Como cantó Rubén Darío: "Gallegos resistentes como robles"


EL BOXEO se inicia en España en los años 1875-76, pero ya en 1904 algunos artículos, en nuestra ciudad, ponían en entredicho la brutalidad de este deporte "impropio de naciones cultas".

Boxeadores de Pontevedra fueron Ferrón, Castiñeira, Juan Maquieira, Fandiño, Manuel Martínez, Santiago Torres, Matos, Soto, Ángel Sobral, Tavares y el propio Jorge González, conocido como 'Malla Dorada'.

Hubo un tiempo en que los campeonatos de boxeo se hacían por toda Galicia: Santiago, Ferrol, Vigo, Ourense, Vilagarcía, Pontevedra y en Marín, en donde también había mucha afición. Los combates, a lo largo de los años, se organizaron en la Plaza de Toros, en el Circo-Teatro, en el campo del Pasarón, en el «Ideal Cinema más conocido como Cine de los Exploradores, de Manuel Pereira Pintes (1919)», años después de Casimiro López González, en el antiguo gimnasio del puente del Burgo, que anteriormente había sido un cuartel, en el Coliseum y también se organizaron sesiones de boxeo, durante el verano, al aire libre. Los combates podían ser de tres a diez asaltos de dos minutos cada uno y solían ser sobre las diez de la noche.

En las dos primeras décadas de 1900 la temática de muchas películas era sobre el boxeo como «Polidor y el boxeo», que se proyectaban las en sesiones de cine del Café Moderno. También existían polémicas con menores, como la publicada por el Diario de Pontevedra en 1917: «El alcalde de Santiago Sr. Blanco Rivero, prohibió el segundo match de boxeo que se había anunciado en el Circo entre un escolar y uno de los de los artistas de la compañía Feijóo». Como curiosidad comentar que en 1919 el boxeador canadiense A. C. Anderson retó en Pontevedra a «cualquier aficionado» que se atreviese a luchar con él, seis tiempos de dos minutos, y ofrecía un premio de 250 pesetas.

Segundo Bartos, nacido en Vigo en 1908 y que fue un púgil muy conocido, comentaba sus orígenes en La Esfera: «En mi infancia era muy peleón, le había roto las narices a todos los muchachos de mi tiempo que vivían en Vigo». En los años veinte llegó a ser campeón de Europa el vasco Paulino Uzcudun y venció en Estados Unidos, lo que popularizó mucho el boxeo. Ganar un título europeo suponía ingresar unos «cinco mil duros» de la época.



 En 1927, en el Teatro Principal, los premios de los combates eran de 400 pesetas para el ganador y 200 para el    perdedor. Y en 1931, las crónicas contaban que Pontevedra era una ciudad en la que «el boxeo iba entrando de lleno». La  verdad es que al principio se hacían apuestas, aunque algunos combates eran de aficionados que les gustaba este deporte y  sólo querían probar suerte. Durante la Guerra Civil se organizó una velada en el Teatro Cine Coliseum, que estaba al  lado del Teatro Malvar, en el número 12 de la calle García Camba, en la que se recaudaron 800 pesetas para la Junta  de Socorros pro-Defensa de la Patria.

 En Pontevedra triunfaban Maquieira, Castor Calvo, Santos y Sobral, de éste último se decía en el Heraldo de Madrid:  «Que Sobral es un pirotecnio en el ring es cosa ya sabida. Pasa las cuerdas, se calza los guantes, se pone en guardia y...  ¡paf!, ¡paf!, ¡pum! k. o. Ya está». Llegó a vencer al francés Ferrón por k.o. en los primeros segundos del primer asalto.

 Del pontevedrés Castor Calvo, ex entrenador del Eiriña que fue dependiente de La Moda Ideal, decían sus contrincantes:  «Castor Calvo, en una palabra, es un contrario peligroso». Destacaba su estilo, fuerza y aguante en combates duros y largos, y se convirtió en el decano y entrenador de varias figuras como Pintos, Maquieira o Malla Dorada. En el diario Informaciones en 1928 comentaba su rival Ricardo Alis, sobre Castor, que: «Procuraré ante todo que el puño de mi adversario no llegue a mí de lleno nunca, pues de los que, como dicen los americanos, tiene dinamita». Después de un duro combate a 10 rounds, Castor Calvo, declaró a la prensa que «para él no había pasado nada».

En la década de los 40 la Delegación Provincial de Boxeo de Pontevedra hacía pública, en la prensa, la reglamentación para celebrar combates dando detalles sobre permisos, guantes reglamentarios, acreditaciones y las dietas de los boxeadores que eran de diez pesetas

La vida de Juan Maquieira Díaz es apasionante, conocido como «El señorito», se proclamó campeón gallego de boxeo en 1956. Vive actualmente en Pontevedra, hijo de el jugador de fútbol pontevedrés «El bala roja». Su comienzo en el mundo del boxeo fue en los años cincuenta, en el Pazo de Campolongo, de la mano de Manuel Martínez. Allí apareció un día para que le enseñaran a defenderse «por si un día tengo un lío en la calle», les dijo. Aprendió el juego de piernas con «El ídolo de Barro» de Kirk Douglas, película que fue a ver al Teatro Principal.

De ahí pasó a entrenar en Sindicatos con Emilio Hermida, «un gran boxeador, conocido como El Terry gallego», comenta Maquieira. Él y Malla Dorada eran los dos boxeadores de Pontevedra más importantes de la época. También entrenó con Castor Calvo, del que relata una anécdota durante un entrenamiento: «Castor nos chillaba mucho desde el ring y le dije a Jorge (Malla Dorada)-oye cuando te chisque el ojo agáchate- y cuando se agachó le di y el Castor Calvo cayó al suelo». De Maquieira la prensa destacaba su extraordinaria agilidad: «Yo era estilista pero también pegaba fuerte. Me movía muy bien y era muy rápido pegando», explica, cualidad que le daba una gran ventaja sobre sus contrincantes.

Emigró primero a París y después a Suiza. En este país, durante el reconocimiento médico, al ver su forma física le indicaron que al lado de la clínica buscaban boxeadores. El entrenador Alemán dijo: «boxeador será, pero pinta no me tiene». Pero se subió al ring y tumbó, ni más ni menos, que al campeón de Suiza y después al entrenador que «me agarró por el cuello y me dijo-no se vaya que le hago el contrato ahora mismo-». Desde Ginebra viajó mucho a Italia para boxear y trató mucho al boxeador Nino Benvenuti.

Gran amigo en París de Édith Piaf y del pianista Gilbert Becaud cuando Nana Mouskouri limpiaba casas y cantaba en el coro de Édith Piaf, además vivió encima del bar donde Sylvie Vartan despachaba cervezas. Maquieira se retiró en 1965, pero es una caja de sorpresas porque fue futbolista y tocaba el laúd en la Agrupación de Pulso y Púa Boa Vila de Pontevedra.

Fuentes: El Pueblo Gallego, La noche, Alma Gallega, El Áncora, Ciudad, Vella Pontevedra, Diario de Pontevedra, boxeo1930s.blogspot de Fernando Conde, El Heraldo de Madrid, La Nación, La Voz de Madrid, El Heraldo de Madrid, La Libertad, El Sol, vellapontevedra.blogspot, Federación Española de Boxeo y charla con Juan Maquieira.

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