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Crónicas de San Bartolomé 'O Vello'

Si el escritor de bestsellers Dan Brown en su viaje por España hubiera pasado por Pontevedra seguro que formaría parte de su última novela, 'Origen'. Aunque nuestra ciudad tiene poco de tecnológica sí mucho de historia, misterios y leyendas

San Bartolomé 'O Vello' por Celso García de la Riega, Ca. 1904. MUSEO DE PONTEVEDRA
photo_camera San Bartolomé 'O Vello' por Celso García de la Riega, Ca. 1904. MUSEO DE PONTEVEDRA

EN UN corto perímetro alrededor de la ya desaparecida iglesia de San Bartolomé O Vello nos encontramos con varias historias muy curiosas: la de la emparedadas de la calle Tetuán; a Fray Rodrigo; o la sorprendente historia de Alonso de Castro, un rector poco casto.

En la estupenda reconstrucción de la iglesia, hecha por Celso García de la Riega, se puede ver a la derecha, alineado con el frente, la fachada de la Casa das Campás, actual sede de la Vicerreitoría do Campus de Pontevedra, donde anteriormente se ubicaba el Bar Pitillo.

A la izquierda de la iglesia, en la calle Tetuán, es donde estaba situaba la celda de las llamadas emparedadas. Se trata de uno de los pocos casos documentados en España en los que las monjas decidían voluntariamente vivir y morir aisladas en una pequeña celda sin puerta y sólo con una pequeña ventana por la que los que se apiadaban les dejaban comida y agua.

Poco se sabe de San Bartolomé el Viejo, aunque ya hay referencias del templo en el siglo XIII. Según las crónicas, Fray Rodrigo fue un conocido personaje de esta iglesia y es posible que fuera oriundo de Pontevedra, aunque no hay datos sobre la fecha de su nacimiento pudiera ser entre el s. XII o XIII. Lo pero sí se sabe es que ingresó en la Orden de Frailes Predicadores fundada por Santo Domingo de Guzmán y que vivió en Pontevedra. Siendo muy joven, en un viaje a Baiona y A Ramallosa, presenció el milagro obrado por fray Pedro González Telmo de "desviar y calmar desencadenada tempestad"; conocido como San Telmo, a raíz de este y otros milagros relacionados con los marineros, es el patrono fundacional de los dominicos de la Cofradía do Corpo Santo y uno de los pasos que procesiona el Gremio de Mareantes de Pontevedra.

A Fray Rodrigo se le dio sepultura en una capilla de San Bartolomé, conocida durante siglos como la de fray Rodrigo. El enterramiento fue reformado en 1539 por el Licenciado Simón Rodríguez, que sobre su tumba construyó un altar de piedra para celebrar de manera ordinaria el Santo Sacrificio: "para tener allí en toda veneración la sepultura del bienaventurado fray Rodrigo, que allí está sepultado".

Hasta el s. XV, en la entrada de esta iglesia constaban en una tabla los nombres de los judíos de la ciudad para que no se mezclaran por casamiento con los cató- licos. Posteriormente, los judíos fueron expulsados del país y los que se quedaron lo hicieron como conversos. La cuestión es que de ellos apenas quedan documentos para referenciar su presencia en Pontevedra.

Otro personaje curioso de San Bartolomé O Vello fue Alonso de Castro, que era el rector de la parroquia y miembro del Santo Oficio en 1651. Sus problemas empezaron cuando se enamoró de una joven menor de edad de Pontevedra y contrató los servicios de una bruja, que le dio unos polvos, cuyos efectos serían como los de la burundanga que conocemos hoy, para que así la joven "le quisiera bien". La magia consistía en echar "esos polvos" por dónde pasara la incauta moza.

Un 16 de abril el cura inquisidor de Pontevedra Don Bartolomé le tomó declaración y Alonso declaró "que había tenido tratos con una mujer, y para que le quisiese bien había consultado por medio de una mujer hechicera, la cual le había enviado unos polvos" para conseguir los favores de la mujer "a quien deseaba tratar carnalmente". Continuó su confesión reconociendo que "habiendo perdido el juicio dicha mujer", le pidió a la hechicera que buscara a otra bruja para "poner remedio a su enfermedad" sin ánimo "de contravenir de modo alguno a cosa que tocase al Santo Oficio". Y como en la ciudad las informaciones corrían como la pólvora "las increpaciones y furiosas amenazas de toda aquella ciudad, obligaron a la Inquisición a calmar los ánimos con algún acto de aparente justicia".

Se dictó sentencia en los aposentos del Inquisidor Licenciado Don Juan Rojo el 31 de julio de 1651 y Alonso fue condenado a pagar 6.000 "maravedises para gastos del Santo Oficio por este y los demás delitos".

Ya en el s. XVIII al lado de la iglesia, en A Casa das Campás, una de las leyendas del pirata de Pontevedra Benito Soto cuenta que en el pozo interior se escondió parte de su botín, pero es sólo una suposición porque nadie ha dado razón del mismo.

La iglesia de San Bartolomé O Vello permaneció durante muchos años vacía hasta que se convirtió en una ruina, un proceso que se repitió con construcciones emblemáticas de la ciudad como las Torres Arzobispales, parte de la muralla de la ciudad o la iglesia de la Virxe do Camiño. El templo se demolió en el año en 1844 por riesgo de derrumbe y durante los trabajos, en lo que es hoy la entrada del Liceo Casino, aparecieron tumbas y restos humanos que se volvieron a tapar "en silencio" para no entorpecer la reforma.

Frente a la entrada del actual Teatro Principal nos encontramos con La casa del Masón en la que vivía María Luisa Pintos. Una edificación de tres plantas con un interior de maderas nobles y bien cuidadas llena de obras de arte en decoración. Se decía que allí María Luisa conservaba en secreto un templete masónico. La recordamos siempre asomada al balcón para hablar con quien pasaba por su calle porque vivió sola muchos años.

Lo dicho: si Dan Brown se anima tiene tema para otra novela.

Fuentes: Cuadernos de Estudios Gallegos, Biblioteca do Arquivo Provincial da Deputación, Diario de Pontevedra, Judíos en Galicia: visión panorámica y nuevas aportaciones documentales de María Gloria De Antonio Rubio, Alonso de Castro, un rector poco casto y La procesión gremial del Corpus de Milagros Bará.

Lápida de San Bartolomé ‘O Vello’,
Ca. 1908. E. CAMPO / MUSEO DE PONTEVEDRA

Lápida de San Bartolomé ‘O Vello’, Ca. 1908. E. CAMPO / MUSEO DE PONTEVEDRA

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