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Domitila Portela Gómez, la gran 'Maestra de Marcón'

Una mujer que dejó una huella imborrable en San Miguel de Marcón como maestra en la escuela municipal de mujeres. Un nombre que aún perdura en la memoria de muchos convecinos por su generosidad e implicación.
Domitila y sus alumnas el 29 de junio de 1929 delante de la escuela municipal de Marcón. ARCHIVO FAMILIA PINTOS PORTELA
photo_camera Domitila y sus alumnas el 29 de junio de 1929 delante de la escuela municipal de Marcón. ARCHIVO FAMILIA PINTOS PORTELA

Para hacerse una ideaDomitila Portela Gómez de cómo estaba Pontevedra en 1900 las tasa de alfabetizados era de 82.435 hombres frente a 46.275 mujeres. Domitila estudió en Escuela Normal de nuestra ciudad y empezó a trabajar en la enseñanza en 1900.

Domitila Portela Gómez nació en Pontevedra en febrero de 1881, era hija del carabinero del Reino Ramón Portela y de Juana Gómez Neira. Tenía cuatro hermanos, Eladio Rodrigo, Ramona, Dalmiro Antonio y Clodomira. Una familia en la que prácticamente todos eran maestros: su hermano Eladio lo era pero nunca ejerció y se convirtió en un importante impresor y librero de Pontevedra sobre el que escribí hace unas semanas, su hermana Clodomira era comadrona y fue profesora del Colegio de Sordo-mudos de Madrid. Domitila obtuvo el título de Maestra de primera enseñanza el 18 de septiembre de 1899 en la Escuela Normal de Pontevedra.

Se casó en 1910 en Marcón con José Pintos Baltasar, natural de este lugar, carpintero de profesión y cartero rural del servicio postal. Fueron sus padrinos de boda Carlos Vieira de Abreu, secretario personal de Augusto González Besada, y su hermana Clodomira. Una vez terminada lJosé Pintos Baltasara ceremonia «los invitados fueron obsequiados con un espléndido lunch en casa de la novia», después salieron de viaje de novios rumbo a Lisboa.

El matrimonio tuvo dos hijos: José Carlos, bautizado el 6 de agosto de 1911, casado con Digna Muiños Montes y tuvo cinco hijos: María del Carmen, José, Carlos, Eugenia y Elías; y Domitila Dalia, que nacía en octubre de 1912, casada con Sindo Cuñarro Rodríguez y que tuvo tres hijos: José, Sindo y Fernando.

El matrimonio se construyó una casa en Marcón a la que llamaron Villa Domitila, que constaba de planta baja, piso y una gran finca, en el bajo tenían la tienda, que era un ultramarinos con un poco de todo que atendió primero su marido y después su hija Domitila Dalia. Siguió en el sector de la alimentación su hijo José Carlos, que abrió en A Oliva el famoso Ultramarinos Pintos, con productos de primera calidad y del que muchos nos acordamos.

Su marido, José Pintos Baltasar, además de carpintero y cartero, fue secretario del Recreo de Artesanos y tenía varias propiedades; en 1923 solicitó autorización para construir un muro en la carretera de Marcón A Reigosa y en 1931 solicitó al Ayuntamiento de Pontevedra licencia para construir dos casas en A Eiriña, que se le concedió.

Domitila en el ejercicio de su profesión de maestra y se implicó al máximo, se puede apreciar en la fotografía lo bien vestidas que iban a clase sus alumnas. Su nieto Sindo Cuñarro Pintos destaca de su personalidad "su afán ilusión interés por los demás en el tema educativo", comenta, además, que su abuela estudió bajo la luz de carburo y otras veces con una vela.

En marzo de 1913 Domitila promovió un cambio de cuota para los maestros: "Suscitadas dudas respecto a la aplicación y alcance del beneficio del cincuenta por ciento de cuota que les corresponden abonar a los maestros nacionales que ejerzan su profesión en escuela gratuita abierta, que se concede por el artículo 403 del Reglamento de reclutamiento, según se ha puesto de manifiesto con motivo del caso suscitado a virtud de instancia promovida por doña Domitila Portela Gómez, maestra nacional de la escuela municipal de niñas de la parroquia de Marcón (Ayuntamiento de Pontevedra, ...)", y se concede la reducción de cuota del 50% a favor de su hijo y en consecuencia en general, firmado por Manuel Azaña, logro atribuido a ella.

El 29 de noviembre de 1913 falleció su hermana Clodomira, que estaba de paso en casa Domitila, lugar en el que se celebró el funeral y está enterrada en el cementerio de la misma localidad. El 29 de octubre de 1921 falleció su madre, ya viuda, que está enterrada en el panteón familiar y el 14 de enero de 1933 falleció también en Marcón su hermana Ramona, que está enterrada en el mismo panteón.

El Ayuntamiento de Pontevedra le concedió en 1935 la jubilación después de treinta y cinco años de ejercicio de su profesión de maestra: "A propuesta del delegado de Enseñanza se concede la jubilación que se solicita a la escuela municipal de niñas de Marcón doña Domitila Portela Gómez que lleva 35 años de servicios prestados en dicha escuela que acaba de ser nacionalizada,...".

Una vez jubilada Domitila se preocupaba por los demás y después del golpe de 1936 intercedió a favor de algunos vecinos cuestionados por sus ideas políticas. En 1955 se unió a otras poblaciones cercanas para protestar y solicitar por escrito a la Diputación de Pontevedra un cambio en contra el padrón de contribuyentes sobre productos del campo en relación al número de familiares y, aunque la suya no fue admitida, sí se admitió la misma presentada por el abogado Juan Vidal Fraga, que también era de Marcón, más en concreto de la Finca Garea que todavía pertenece a la familia del abogado.

Su nieta, Eugenia, recuerda que en septiembre "en la fiesta de los Dolores, Domitila siempre hacía una comida en la finca a la que invitaba a mucha gente. Traían helado, que nos parecía un postre exótico en aquel momento" y recuerda que los sábados por la tarde, a eso de las cuatro, en la cuesta de Barcelos de Pontevedra recogía con su hermano una cartera de cuero con el correo postal que traía un autobús y así se seguían distribuyendo las cartas de la zona de Marcón.

Domitila Portela Gómez falleció el 9 de diciembre de 1978 a los 97 años. Paso por diferentes épocas como la monarquía, la republica, la dictadura y el inicio de la democracia. Una mujer con mucha iniciativa, que se enfrentó a los contratiempos e injusticias gracias a su nivel de formación superior al de la mayoría de las mujeres de su tiempo y que se entregó a sus alumnas y amistades en cuerpo y alma.

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