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El emblemático chalet de la familia Domercq

► Conocida como la Casa del Notario en Pontevedra fue construida por León Domercq y perteneció a sus descendientes hasta la década de los años ochenta
Dibujo del chalet obra de Luis Domercq López-Mateos. FAMILIA DOMERCQ JIMÉNEZ
photo_camera Dibujo del chalet obra de Luis Domercq López-Mateos. FAMILIA DOMERCQ JIMÉNEZ

La construcción de grandes chalets en el casco urbano de la ciudad fue muy popular entre las familias que podían permitírselo. Por suerte algunos todavía se conservan, como La Dórica de la familia Fonseca en la Avenida de Colón, el chalet del médico Fontoira en Cobián Roffignac, reubicado en la actualidad en la plaza de Concepción Arenal, o Villa Pilar que perteneció a la familia Martínez Bautista. Otros ya desaparecidos, por poner solo algunos ejemplos, como el de la familia Sáez Díez en la calle Arzobispo Malvar, el chalet de Picó en la antigua avenida de Marín, el de la familia Olmedo en Santa Clara o el de la familia Domercq . Este último es el que nos ocupa en esta crónica, conocida como 'Casa del Notario', que perteneció durante décadas a la familia Domercq, un apellido muy particular de procedencia francesa.

La historia del chalet comenzó cuando en julio de 1890 trasladaron al ingeniero Juan María León Domercq y Alzúa de Ourense a Pontevedra. León estaba casado con Aurora Prieto Pérez y el matrimonio tuvo trece hijos, y de los trece hijos sigo la línea de Arturo, pero la historia familiar es común a todos. Arturo Domercq Prieto padre de Luis Domercq López-Mateos, abuelo de Rafael Domercq Jiménez y bisabuelo de Cristina Domercq Palma. Arturo estudió en el prestigioso Colegio Ibérico de Pontevedra dirigido por Enrique Zaratiegui, del que publiqué la crónica  'Enrique Zaratiegui, el archivero'.

León y Aurora en el interior del chalet. FAMILIA DOMERCQ JIMÉNEZ
León y Aurora en el interior del chalet. FAMILIA DOMERCQ JIMÉNEZ

León, el iniciador de la saga en nuestra ciudad, fue ingeniero Jefe de Obras Públicas de la provincia de Pontevedra y director de la Junta de Obras del Puerto de Pontevedra, cuyo ámbito geográfico en aquel momento abarcaba Pontevedra, Marín, Bueu y Sanxenxo. El mismo año de su llegada, 1890, construyó su vivienda familiar; un chalet en el nº 9 de la calle González Besada, conocido décadas después como la 'Casa del Notario'. Las hijas del patriarca, León Domercq, que más eco social tuvieron en Pontevedra fueron Purificación, Pilar y Teresa. Todas participaron en donaciones para diversas causas y en actos culturales. Un pasó más allá fue el caso de Purificación Domercq, que fue una de las primeras concejalas del Ayuntamiento de Pontevedra en 1928, crónica que publicaré de manera extensa el próximo domingo.

En 1998 Luis Domercq López-Mateos, nieto de León y Aurora, realizó unos excelentes dibujos de la casa en base a las fotografías familiares, como el que encabeza este artículo. "Lo que llaman la Casa del Notario la construyó mi bisabuelo León cuando se estableció definitivamente en Pontevedra. Era la casa de la familia", explica Rafael Domercq Jiménez, bisnieto de León. Rafael guarda muy buenos recuerdos de aquellos años en los que visitaba a sus tías abuelas en el chalet, "Era una casa típica gallega, con jardín delantero y la zona de atrás tenía huerto con frutales y un pequeño gallinero".

Un imponente chalet de bajo y dos plantas con galerías y balcones, en un gran solar con muros muy altos, que hacía esquina entre la calle González Besada y la Plaza de Galicia. En aquellos tiempos la Estación de Pontevedra todavía estaba ubicada en esta plaza y la vía del tren pasaba por delante de la casa. "La parte de atrás era un amplio espacio con pequeño jardín y una huerta que abastecía el día a día de la casa y que atendía un jardinero que se llamaba Olegario con el que me llevaba muy bien. Nogales, manzanos, perales, ciruelos, se alineaban en sus costados, tomates, berzas, pimientos, algo de maíz, y supongo que alguna otra cosa más, conformaba la huerta en dos bancales", recuerda Rafael.

León y Aurora celebraron sus Bodas de Oro en 1925 en Pontevedra y para la ocasión se desplazaron a Pontevedra algunos de sus hijos desde diferentes puntos de España como Madrid, Bilbao o Palencia. La familia reunida se hizo fotografías en la entrada del espléndido chalet que quedaron para el recuerdo. "Al entrar en la casa, encontrabas una primera estancia espaciosa con arrimaderos (frisos de pared) de madera de castaño donde se incrustaban baldosines de cerámica popular gallega", las puertas eran de madera de castaño y un comedor que daba acceso a una gran cocina, explica Rafael.

León Domercq y Alzúa falleció el 31 de octubre de 1929 y su esposa Aurora Prieto en marzo de 1934 en Pontevedra. "Cuando fallecieron León y Aurora al ser la casa muy grande alquilaron el segundo piso a un notario, de ahí el apelativo", comenta Rafael, y así pasó a conocerse como la "Casa del Notario" hasta su desaparición.

A partir del fallecimiento de León y Aurora, en el chalet siguieron viviendo durante años cuatro hermanos que estaban solteros como Camilo, Purificación, Teresa y Pilar Domercq Prieto, ellas constan en las crónicas de pontevedresas como señoritas Domercq o 'de Domercq'. Camilo y Purificación fallecieron primero en Pontevedra y Teresa y Pilar continuaron viviendo en el chalet. Rafael recuerda a sus tías bisabuelas, "Al fondo de la huerta y bajo un buen nogal había un pequeño gallinero con no más de media docena de gallinas. Casi todos los días se recogían los huevos, bien Olegario o bien, cuando estábamos Mercedes y yo, lo hacíamos con la tía Teresa". Llegó un momento en que Teresa y Pilar, debido a su avanzada edad, se trasladaron del chalet a una nueva residencia en Pontevedra.

La casa se cerró en 1977 y el chalet permaneció vacío hasta su venta, por parte de la familia, en 1980. En los años setenta se produjo el boom de edificación en el Polígono de Campolongo fruto de la expansión urbanística. Ya no se estilaban los chalets urbanos y "lo moderno" era vivir en un edificio, cuanto más alto mejor. La calle González Besada se terminó de urbanizar con edificios de varias alturas y así el precioso chalet dio paso a un edificio.

Rafael Domercq Jiménez mantuvo relación con Pontevedra ya que fue su destino laboral durante un tiempo, "Fue una gran satisfacción y allí me escapaba desde Madrid cuando era necesario y no deje que me sustituyera ningún colaborador". La familia de Rafael Domercq nunca ha perdido esta relación con Pontevedra, ya que todavía pasan los veranos en la ciudad en la que sus bisabuelos, León Domercq y Alzúa y Aurora Prieto Pérez, llegaron para quedarse hace la friolera de ciento treinta y tres años.

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