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Enrique Peinador Vela, el alma de Mondariz

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El turismo termal surgió en Europa entre los s. XVIII y s. XIX y supuso una revolución en este sector ya que estaba unido a la higiene y a la salud. España fue una potencia en balnearios de lujo y Galicia en especial: el de Mondariz, de la familia Peinador, con el de A Toxa fueron los más lujosos de la época de la Restauración (1874-1923).

La familia Peinador era originaria de Palencia y llegó a Galicia de la mano de Alonso Peinador Borges, bisabuelo de Sabino Enrique, como apoderado general del Estado en Rivadavia.

El fundador del famoso Balneario de Mondariz fue Sabino Enrique Peinador Vela, que nació el 7 de octubre de 1847 en Pontevedra en el seno de una familia bien posicionada. Hijo del liberal Ramón Peinador del Pino y de Isidora Vela de Peralta, que era una mujer muy religiosa. Enrique se casó con Avelina Lines López el 5 de setiembre de 1875 y tuvieron tres hijos Enrique, Ramón y María.

A los 13 años fue ordenado de "prima tonsura" por mediación del Cardenal Cuesta, Arzobispo de Santiago. Con aspiraciones mayores que las eclesiásticas, pronto abandonó esas labores y curso bachillerato en el Instituto de Pontevedra que terminó en el 11 de mayo de 1865 con muy buenas notas. Se decidió por la carrera de Medicina en la Universidade de Santiago y se licenció en diciembre de 1869. Ya como galeno, volvió a Pontevedra y se especializó en hidrología de manera autodidacta. Estos conocimientos culminarían en 1871 cuando fue nombrado director interino del Balneario de Caldelas de Tui.

Las casualidades de la vida hicieron que le llegara información, en manos del abad de Mondariz, Domingo Blanco Lage, sobre las aguas medicinales del manantial de Troncoso. Una fuente ubicada en Saidoiro, en la orilla izquierda del río Tea: "La fuente era en su origen sólo una charca de burbujeantes aguas minerales". Un proyecto que apasionó a Enrique cuando en 1872 cuando descubrió en la otra orilla del río Tea, a 800 metros de distancia, la fuente de la Gándara rica en aguas bicarbonatadas sódicas. En 1873, se autorizó a los hermanos Sabino Enrique y Gumersindo Ramón el derecho de la utilización del manantial de Troncoso y ese mismo año se declararon aguas de utilidad pública.

Vivió algún tiempo en Madrid, ciudad en la que hizo buenas relaciones. Enrique en 1873 aceptó el cargo de diputado provincial, pero sólo lo ejerció durante unos meses hasta el año siguiente.

Pasaron varias décadas, desde la canalización de los manantiales hasta la terminación del complejo del balneario que adquirió fama mundial, a causa de un litigio sobre su propiedad entre los hermanos Enrique y Ramón Peinador con el Ayuntamiento de Mondariz, que comenzó en 1873 y se resolvió en los tribunales en el año 1905, favorable a los hermanos Peinador después de treinta y tres años. Durante este tiempo el agua ya se embotellaba y se exportaba a diferentes países logrando fama mundial primero con el nombre de Sra. Viuda e Hijos de Peinador hasta 1890, en el que cambia el nombre por el de Hijos de Peinador coincidiendo con el fallecimiento de su madre Isidora en julio de 1889 en su casa del nº 29 de la Peregrina: "se influenció con los elogios del manantial y encauzó sus formidables actividades hacia la generosa idea de que las aguas prodigiosas fuesen utilizadas, con arreglo a métodos científicos, por todos los enfermos del mundo que las hubiesen menester, haciendo así universales los beneficios que disfrutaban ya muy contadas personas". En 1897 los hermanos solicitaron la concesión de dos marcas de aguas minerales. En las cercanía se construyeron hoteles y fondas como el de 'La Modista', 'El Francés', 'El Carrera' o el 'Avelino'.

Desde el punto de vista arquitectónico poco apoco se edificó en Mondariz un complejo formado por diferentes edificios: se construyó la primera Casa de Baños en 1880 y en 1898 se inauguró el Gran Hotel. El lugar era como una pequeña ciudad que contaba con la sala de embotellado, un sanatorio, un hotel, una imprenta, un salón, un comedor, almacenes y cocheras.

Enrique era un personaje atípico apasionado por la cultura, el arte, y el coleccionismo relacionado con Galicia. Entre los empleados del balneario formó una banda de música, un coro y un grupo de gaitas e inauguró un teatro en 1916, lo que convirtió el Establecimiento en un lugar de encuentro con la cultura galleguista, la salud, el turismo histórico y la naturaleza. Se editaba la revista mensual La Temporada, en las que diversos reportajes explicaban el pasado y presente del Balneario con ilustraciones, entre otros de Carlos Sobrino, y contaba con colaboraciones literarias de primer orden; llegó a financiar el Seminario de Estudos Galegos y la Real Academia Galega.

Enrique fue un hombre muy querido: "En sus palabras, en sus acciones, dejaban al descubierto su alma hidalga animada de un espíritu aristocrático, innovador y progresivo, que tuvo la rara virtud de conservarse siempre joven, pleno de entusiasmos y de bríos; su carácter de hombre enérgico, rudo a veces, y que poseía la altivez y la ternura de aquellos nobles paladines de los tiempos pretéritos".

Enrique Peinador falleció el 6 de octubre de 1917 y está enterrado en el cementerio de Troncoso: "Don Enrique Peinador Vela, el gallego insigne, el benemérito patricio yace en la tierra querida, al pie de su obra portentosa, en la solemne quietud y en el silencio solemne de un cementerio humilde...". En todo este recorrido empresarial fue de importancia vital su hermano Ramón, que lo complementaba a la perfección en el campo empresarial. La gran obra de su vida, que tanto éxito había alcanzado, la continuaron durante años sus hijos Enrique y Ramón Peinador Lines.

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