Blog | Crónicas y perfiles

La eterna sonrisa de Milagros Riestra

Estas breves líneas sobre Milagros me traen a la memoria la frase de Roberto Benigni en La Vida es Bella: "Por muy dura que sea la vida, siempre habrá alguien a tu lado que hará todo lo posible para conseguir que sonrías"
Zita en el centro y Milagros, a la derecha de la imagen.ARCHIVO LORENTE GARAZO
photo_camera Zita en el centro y Milagros, a la derecha de la imagen.ARCHIVO LORENTE GARAZO

"Morena, juvenil, toda ella una sonrisa", así la describía un redactor de Ciudad con motivo de una tarde de toros en la que saltaban al ruedo el Mirlo y Barquerito en 1945. Milagros Riestra nos ha dejado esta semana, por causas naturales, en medio de una pandemia devastadora. El martes 14 de este mes habría cumplido noventa y tres años; deja en la memoria de sus allegados una vida llena de recuerdos y anécdotas.

María de la Milagrosa Riestra Peinador nació el 14 de abril de 1927 en Pontevedra. Hija de Vicente Riestra Calderón e Isidora Peinador Estévez. Su padre, uno de los hijos de los marqueses de Riestra, fue ingeniero y diputado (1916-1923). En septiembre de 1910 se publicaron en San Bartolomé las primeras amonestaciones de la boda de Vicente e Isidora. Un redactor de El Progreso, bajo el seudónimo de Beybe, en los bancos de la Herrería tomó buena nota de los detalles de la ceremonia de grupo de mujeres muy bien informadas. El novio le regalaba a ella el traje; para más señas, de "crespón de China blanco, bordado; un traje de paseo de terciopelo negro con azabaches; magníficos encajes irlandeses; abanico de nácar y encaje de Bruselas y pendentif (colgante) de magníficos rubíes y brillantes, montados a la rusa". Los marqueses de Riestra regalaron a su nuera unos "espléndidos y hermosos pendientes de rubíes y brillantes" y el padre de la novia, Ramón Peinador, una vajilla de plata.

Se casaron el 29 de septiembre de 1910 en la capilla del balneario de Mondariz y la ceremonia corrió a cargo del Monseñor Fariña. Fue la boda del año, aunque los marqueses de Riestra guardaban luto reciente por el fallecimiento de su hija María del Carmen cinco meses antes. El banquete, sólo para los más allegados, se celebró en el Gran Hotel y su luna de miel la pasaron entre París, Bruselas y Londres. Y así, por amor, se unían dos familias con intereses comunes en el campo del termalismo. El matrimonio tuvo ocho hijos: María del Carmen, Ramón, José María, Isidora (maestra, Dorita), Santiago (1892-1919), Jorge (ingeniero), Beatriz (religiosa del Sagrado Corazón) y Milagros Riestra Peinador.

Milagros Riestra era nieta también del pontevedrés Gumersindo Ramón Peinador Vela (1841-1928), republicano, abogado, funcionario de la Diputación de Pontevedra, empresario y periodista. Fue redactor de El Progreso de Pontevedra, fundador de El Diario de Pontevedra y, con su hermano Enrique, propietario de Aguas de Mondariz.

Estudió en el colegio Sagrado Corazón de Placeres como tantas otras chicas de Pontevedra. Durante su vida participó activamente en recaudaciones en favor de diferentes causas benéficas, muchas de ellas a iniciativa propia. Era una joven alegre y vital, asidua a los bailes del Casino, a los toros y al aperitivo de los domingos al salir de misa. Trabajó en la boutique Simeón en la calle Michelena, situada en el bajo de una preciosa casa que todavía pertenece a la familia. Escribió durante varios años en el semanario pontevedrés Litoral los ecos de sociedad de la ciudad bajo la atenta mirada de Rafael Landín. Aunque no se casó, tuvo muchos pretendientes. Su padre Vicente falleció 4 de octubre de 1967 y su madre Isidora en 1974.

Entre las amistades de Milagros Riestra cabe destacar a Zita Lorente, Pilar Fonseca (Bebé), Mercedes Vázquez (Mecholas), Piluca, Purita y María Eugenia Montenegro, Marinela Malvar, Pascual, Ponce de León o Laly Posada, entre otras muchas.

Zita la conoció al volver de Buenos Aires (Argentina) en 1948 a la casa familiar ubicada en el actual colegio de las Doroteas. Las dos familias coincidían en misa de doce en Santa María y, pese a la diferencia de edad, se hicieron muy amigas. Zita, que vive entre Maryland y Pontevedra, siempre consideró a Milagros como su hermana mayor, su amiga del alma y la recuerda como una mujer fantástica, divertida y muy leal con sus amistades. En su desvelo por los más desfavorecidos Milagros Riestra fue recibida por el Gobernador civil Elías Mario Palao en 1959 en compañía de su gran amiga Zita para solicitar ayuda económica.

Pilar Fonseca Rivas (Bebé) la recuerda como una gran amiga de juventud, pese a la diferencia de edad, con la que nunca perdió el contacto. "Una amiga muy buena, simpática, que cuidó a los enfermos, ayudaba a todo el mundo y la gente la quería mucho", explica. Recuerda que se juntaban con la pandilla en el bar del ya desaparecido Hotel Universo, en una tertulia de sándwich o café, y las visitas a la Dórica de Milagros y sus padres. Milagros Riestra, la mujer de la eterna sonrisa, falleció el pasado 2 de abril de 2020. Un luto difícil para su familia y allegados, debido a las duras restricciones por la epidemia, a la que desde aquí le enviamos nuestro pésame.

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