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José Dias Lema, en recuerdo de un gran emprendedor

Pepe fue un emprendedor que llegó a la excelencia en su sector industrial durante décadas y, con su padre y hermanos también formó, parte de la historia del ciclismo de Pontevedra.

El pasado 16 de febrero nos dejaba José Dias Lema, más conocido para sus amigos, que eran muchos, como Pepe o Pepiño el portugues o Pepiño pinturas. Un hombre alegre, sociable y emprendedor en una ciudad tan difícil como Pontevedra. Destacó en dos facetas: su pasión por el ciclismo, heredada de su padre, y su inquietud y curiosidad a la hora de trabajar en lo que le gustaba como químico.

José Dias Lema nació en 1 marzo de 1929 en Pontevedra, hijo del portugués de Juan (Joao) Dias Lagoasa y de Nieves Lema. Sus dos hermanos, muy conocidos también, Antonio afamado médico que llegó a ser gerente del Hospital Provincial y cronista histórico del mismo, y Juan, conocido abogado de Pontevedra, que dejaron huella en la historia del deporte del ciclismo en Pontevedra.

Su padre Juan Dias Lagoasa era un apasionado de las bicicletas y tenía un taller que estuvo emplazado en el exterior de la Casa Zúñiga, también conocida como Casa do Alcalde de la ciudad. En los años treinta tenía un negocio de bicicletas con el nombre de Casa Motocyclo y Garaje Alcyon, que era el nombre de una conocida marca de bicicletas francesas.

Dias Lagoasa se trasladó a la calle García Camba, nº9 en el que vendía, alquilaba y reparaba bicicletas, entre ellas de la marca Honor. Las bicicletas Honor pertenecen al reto de otro emprendedor gallego y pionero del ciclismo Honorino Méndez (1888), natural de Vedra (A Coruña). Lagoasa era un hombre muy activo que en 1937 patentó un protector ciclista a nivel nacional e internacional. Lagoasa era muy exigente con el tiempo de alquiler de las bicicletas y no perdonaba los retrasos en la entrega. En reconocimiento a toda su labor en pro del deporte de dos ruedas, en 1967 Juan Dias Lagoasa fue reconocido con la Insignia de Oro en la Asamblea Regional de ciclismo en Santiago como reconocimiento a su apoyo al ciclismo gallego y un año más tarde su hijo Antonio fue propuesto para la medalla al Mérito Deportivo.

Los hermanos Antonio, José y Juan recogieron el testigo de su padre con su pasión por el ciclismo. José empezó a hacer sus pinitos muy joven y ganó el Primer premio en la modalidad infantil en 1946 en la yincana ciclista infantil en las Corbaceiras. Un año más tarde quedó en treceava posición en la III Gran Carrera Ciclista 18 de julio, organizada por Educación y Descanso, con un recorrido de 140 kilómetros con inicio y fin en Pontevedra. Antonio Dias Lema fue socio fundador en el Club Ciclista Pontevedrés con Basilio Couto y Antonio Vidal (Cosme). Durante estos años se dedicó a la organización de carreras que, en Pontevedra y pueblos cercanos, tenían mucha aceptación durante las fiestas. Antonio organizó durante las fiestas de La Peregrina de 1964 el I Trofeo San Pedro dentro de la carrera conocida popularmente como las Cien Vueltas a La Alameda. Las Cien Vueltas era una prueba, que se remonta a 1935, de unos 80 kilómetros; carrera en la que en 1964 Vidal Cosme quedó clasificado segundo ese año.

Volviendo a José (Pepe), se casó en primeras nupcias pero enviudó sin hijos y se volvió a casar, pasados los años, con la pontevedresa Olga Medialdea Dapena, que tenía cuatro hijos de un matrimonio anterior, a los que José trató como propios. Estudió en el Instituto de Pontevedra y a los diecisiete años dio allí su primera charla a sus compañeros titulada Los últimos inventos, en donde ya se vislumbraba un espíritu emprendedor, como el de su padre. José cursó estudios de Ciencias Químicas en la Universidad de Santiago de Compostela y se licenció en 1953: “Pronto se decantó por el sector industrial especializándose en la protección de superficies”, recuerda su amigo y químico pontevedrés Gonzalo Mucientes.

A finales de los años cincuenta creó la empresa Fábrica de Pinturas y Barnices, S.L., con el nombre comercial de HONOR Pinturas Honor, S.L., dedicada a la producción de esmaltes, pinturas, barnices y tintas litográficas. La empresa matriz estaba en Portugal, bajo licencia de Esfinge, y en una nave, que todavía existe, en la carretera de Vigo en el lugar de El Palacio en Pontevedra. El lema publicitario de Honor decía así “¡¡Exija HONOR y le darán LA MEJOR!!”; lo cierto, es que eran pinturas y barnices más caros, pero los mejores. Así en 1962 también consta una empresa Esfinge Ibérica, S.L. en la misma dirección de Avenida de Vigo 110 de pinturas y barnices con el nombre comercial de Arkor. Mantenía el despacho central de su negocio en el nº9 de García Camba, anteriormente de su padre.

Cuando hablamos de pinturas Honor, nos referimos a un mate rial de primera calidad, que llegó a tener reconocimiento en toda Galicia tanto para obra civil como industrial. Un proyecto en el que José puso al servicio de la calidad su sabiduría, tiempo y empeño en una época, como ahora, en el que no existía un tejido puramente industrial consolidado en Pontevedra; eran proyectos personales que salían adelante pese a la falta de interés de las administraciones de turno o políticos gobernantes. La fábrica de Pontevedra, en el 110 de la Avenida de Vigo lugar de El Palacio-Salcedo, contaba con un laboratorio para mejorar los productos. Para ello José viajó certámenes internacionales y Ferias de Muestras por todo el mundo para estar a la última en su negocio como fabricante.

Entre algunos cargos que desempeñó destacar que fue miembro directivo del Colegio Oficial de Químicos de Galicia (1964-1974) y Vice-secretario de la Junta Directiva (1974-1978); esto le permitió conocer y tratar a otros químicos de Pontevedra como José Luis Basanta, Cándido Taboada, Gonzalo Mucientes o Salvador Bará Temes. También fue miembro del pleno y del Comité Ejecutivo de la extinta Cámara de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de Pontevedra, inicialmente bajo la presidencia de Eladio Portela, desde 1982 hasta 2002, periodo en el que ocupó diferentes cargos, entre ellos el de tesorero.

Le echaremos de menos y desde aquí nuestro pésame a la familia. Agradecer a Gonzalo Mucientes, al Colegio Oficial de Químicos de Galicia y a la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa sus aportaciones para complementar este breve esbozo sobre José Dias Lema, a modo de recuerdo y homenaje, de un gran emprendedor que llegó a la excelencia en su sector. 

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