Blog | Crónicas y perfiles

Los mil mundos de José Curt

Hace unas semanas nos ha dejado un pontevedrés de adopción, un filósofo de la ciencia, aventurero, explorador y uno de los primeros divulgadores del medio natural de Galicia
José Curt mientras fotografía los nidos de cigüeña en Lugo. XABIER PRIETO
photo_camera José Curt mientras fotografía los nidos de cigüeña en Lugo. XABIER PRIETO

"ESE ANDAR elegante, esa barba blanca o esa boina estilo inglés... ¡Qué retrato imperecedero! ni el mismísimo Gerald durrell (‘el Curt británico’) hubiese posado mejor para la ocasión", escribía en su blog Xabier Prieto Espiñeira, que ha cedido estas fotografías que corresponden a una de sus salidas con Curt para avistar una colonia de veintiséis nidos de cigueña común en A Veiga do Pumar (Lugo).

José Curt Martínez, Josele para los amigos, nació en Cádiz el 3 de abril de 1937. Terminó sus estudios como Ingeniero Técnico agrícola en la especialidad en Explotaciones agropecuarias, se licenció en Biología, ingresó en la Escuela Naval de Marín en 1954 y fue Coronel de Intendencia de la armada además de naturalista, escritor y periodista. Vivió veinte años en Galicia, lo que le permitió hacer buenas amistades y tener un conocimiento de primera mano de nuestro medio natural.

Colaboró en los años setenta con el Grupo Ecológico pontevedrés, delegación juvenil de ADENA en Pontevedra, que desarrolló una importante labor divulgativa con la participación de científicos de la talla de Antonio de Ron, Mario Rafael González, Jaime Rey de Roa, Francisco Fernández y el propio José Curt. En nuestra ciudad inauguró el inicio de curso del Colegio atlántico en 1978 con la charla titulada 'Curiosa vida de los anfibios y reptiles de apellido gallego'. Otro pionero de la difusión del conocimiento de la naturaleza, Federico de la Peña, recuerda con cariño una dedicatoria suya en 1978: "Federico de la Peña: En este libro encontraras animales de todas clases, desde el caracol que tiene su horizonte limitado hasta el águila que vuela altanera, se trata Federico de ser como éste último". Destaca de Curt su facilidad y cualidad para la escritura y que aportó el lado humano y la sabiduría popular en sus trabajos.

Fue el primer presidente de la Junta rectora del Parque Natural de las Illas Cíes entre 1980 y 1985, el origen del actual Parque nacional Marítimo-Terrestre de las Islas atlánticas de Galicia que se creó en 2002. Le sucedió como presidente de la Junta Felipe Bárcena Varela y Gonzalo Puerto como director del parque. En 1988 fue designado por el Estado Mayor de la armada como naturalista de la expedición a la Antártida en el BIO Las Palmas, que fue el primer buque español que participó en misiones científicas en este desconocido continente (1988 y 1991). de esta emocionante expedición decía: "Era verdad que la vida bullía en la antártida, que había colonias millonarias de pingüinos, y focas a porrillo, y las ballenas felices de ser en gran número, pero también que sólo unas contadas especies fueron capaces de haberse adaptado a vivir en las extremidades climatológicas más radicales del planeta...". Trabajaron en una zona del planeta prácticamente inexplorada y se convirtieron en pioneros de ese mar de hielo.

José Curt escribía con gusto y bien, de esta afición surgieron colaboraciones con diversas publicaciones, entre ellas el Diario de Pontevedra, La Voz de Galicia o la revista General de Marina de la armada. artículos muy interesantes en los que, de una manera entretenida, hablaba de ciencia y de ciencia relacionada con la historia; como en el artículo 'Las perlas y los líos de Cristóbal Colón', en el que enlaza al almirante con las Lágrimas de la mar (perlas) y cómo se esquilman en la actualidad nuestros mares para obtener diferentes productos de dudosa necesidad.

En el artículo titulado 'La historia de la Tierra está escrita en el cuaderno de bitácora de la Mar', muestra una vez más su pasión por el medio natural y sus orígenes: "Todo lo que atañe a los fósiles es sorprendente y prodigioso. Cuando en nuestras salidas al campo caían en nuestras manos unos seres que sabíamos que habían vivido en el amanecer de los tiempos y que ahora encontrábamos insculpidos en la roca o exentos de ella por haberse desprendido, y los notábamos hechos de su misma sustancia, petrificados, nos invadía un reverencial respeto...".

Como escritor publicó títulos como ‘La llamada de la naturaleza’ (1985) editado por Editorial Fondo natural, ‘Mis Cíes, tus Cíes, nuestras Cíes’ (1989) por la deputación de Pontevedra, ‘Galicia viva: la fauna gallega y algo más’, ‘Esos anfibios y reptiles gallegos’, ‘a volar rapaces’ para niños, o la reedición en gallego de ‘31 Galegos e pico’ (1981-2007). Este último versa sobre sus conversaciones con artesanos de diferentes oficios casi perdidos como el de aguardenteiro o fogueteiro, que publicó después de pasar dos años recorriendo Galicia.

En 2014 tuve la oportunidad de entrevistarlo cuando fue comisario en el Museo de Pontevedra de la exposición ‘de Onte a hoxe: catro pintores galegos’, en la que nos mostro su gran conocimiento sobre pintores gallegos en temas relacionados con los oficios, la botánica o el paisaje. Porque entre las aficiones de Curt también destacaba la de coleccionista de arte especializado en pintores gallegos.

Su gran amigo Arturo Lisbona destaca la importante labor que realizó como responsable de salvar a las Lagunas de Villafáfila de su desecación para crear zonas de cultivo y de la que estaba muy orgulloso. Gracias a sus desvelos, hoy llegan a este precioso paraje de Zamora más de 25.000 gansos. sin olvidar el libro ‘El Moreno del Lérez. Perdices, truchas y un trago de ribeiro’, que versa sobre un personaje pontevedrés de película; de hecho, uno de sus último proyectos en marcha, y sobre lo que insistió hasta el final, era llevar a la pequeña pantalla la historia de El Moreno de Lérez de la mano de Manolo Yáñez, manuscrito que ya había convertido en obra de teatro. Un hombre con mucha sensibilidad que se hizo eco en la prensa cuando precisamente Yáñez, en los años setenta, se encontró en Placeres con un charrán patinegro herido que entregó a Curt y que se encargó de recuperar, tras semanas de cuidados, su hijo José.

En nuestra ciudad recibió el Premio Cidade de Pontevedra en la modalidad Publicaciones Monográficas en 1979. Las palabras que le dedica arturo Lisbona lo dicen todo: "José Curt debió haber vivido en el siglo de la Ilustración: sabía mucho de historia, de política, de la naturaleza, de pintura...", una rara avis en pleno siglo XXI.