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Manuel Escudero Torres, Barquerito 'el inventor'

Un hombre polifacético con un espíritu creativo inagotable y un optimismo desbordante que se ganó el cariño y la admiración de los pontevedreses por su valentía como torero y sus intventos y patentes
Manuel ante su invento de lámparas de carburo. PARRITA/FAMILIA ESCUDERO
photo_camera Manuel ante su invento de lámparas de carburo. PARRITA/FAMILIA ESCUDERO

Pontevedra fue una ciudad donde el ingenio y creatividad brillaba con luz propia desde finales del s. XIX y principios del s. XX, casi en cualquier campo; cultural e industrial. Se desarrollaron muchas patentes de las cuales algunas llegaron a convertirse en realidad y otras todavía duermen el sueño de los justos en un cajón.

Ejemplo de ello fueron los hermanos Pazó, con su hélice de palas articuladas reversibles; Severino Pérez Vázquez (Cotobade) que patentó la vocalina, el malvis y el tecnefón; Ramón Verea Silvestre Aguilar y García (A Estrada) en 1878 obtuvo la patente en EEUU de su famosa calculadora, de multiplicaciones y divisiones ya que hasta ese momento, y desde 1822, las operaciones se hacían sólo con sumas y restas; y pese a ser muy conocido como torero, saltó al ruedo de los inventores con todos los honores el pontevedrés Barquerito con varias patentes e inventos propios.

Manuel Escudero Torres, también conocido como Barquerito I, nació en 1889 en una familia originaria de Armenteira, muy relacionada con Poio (Pontevedra). Hijo de José Escudero Torres y de Manuela Torres Millán tuvo ocho hermanos: Perfecta, Jesusa, José, Socorro, Antonio (1929), Peregrina, Damián (1926) y Ángel. Su hermana Socorro tenía un puesto en el Mercado de Pontevedra como tablajera. En 1913 tuvo un accidente en Raxó, hacia las once de la noche, cuando montaba en bicicleta con el doloroso resultado de la rotura de un omóplato. Manuel se casó con María Gloria Salgueiro Abal en mayo de 1917 y tuvieron diez hijos: Manuel, Gloria, Peregrina, Josefa, Rafael, Consuelo, Emilia, Carmiña, Juan y Damián Escudero Salgueiro.

Pese a ser muy conocido por formar parte de la primera generación de toreros pontevedreses, su faceta de inventor es menos conocida y no por ello menos interesante. Como medio de vida abrió un taller hojalatería en el nº12 de la calle del Comercio (posteriormente consta en el nº16), un negocio en el que realizaba principalmente trabajos de fontanería y eléctricos. Manuel era un manitas porque también diseñó y realizó todo tipo de prótesis ortopédicas con éxito.

En 1888 nombraron técnico de la Casa de la Luz a Ernesto Caballero Bellido, conocida como la fábrica, y que haría de Pontevedra la segunda ciudad de España, y primera de Galicia, con alumbrado eléctrico. Las inquietudes de Manuel Escudero no tenían freno e ideaba cualquier artilugio que solucionara un problema, lo que se dice un inventor en estado puro. Así que, en 1913 y bajo el titular Guerra a la electricidad se hacía eco de la invención de una caldera de gas acetileno para alumbrado con lámparas de carburo: "El aparato sistema Escudero es el de mejores resultados que se conoce. Compite con todos los sistemas por economía y solidez", la garantía era de 16 años siempre y cuando fuera debidamente utilizado. El invento constaba de un bidón que medía 1,10m de alto con un diámetro de 63 centímetros con un precio de 100 pesetas y servía para iluminar unas 25 bombillas. Lo vendía por los pueblos y aldeas cercanas a Pontevedra y le pagaban normalmente en especies.

En 1918 ya anunciaba en El Progreso: "En vista de los muchos incendios que vienen ocurriendo durante la actual temporada, el arriesgado escala torres y bombero honorario del Cuerpo de voluntarios de esta capital Manuel Escudero Torres (a) Barquerito a decidido dedicarse a la limpieza de chimeneas, para lo cual cuenta con aparatos especiales de su invención... ", a módicos precios.

En 1922 vuelve a los titulares de El Progreso como el escala torres al subir al campanario de la Peregrina, lo que causó un gran revuelo y la admiración de los viandantes: "El popular Manuel Escudero (a) Barquerito, subió ayer tarde a las veletas de la torre de la Peregrina para hacer la instalación del alumbrado eléctrico que esta noche lucirá toda la fachada de la citada capilla", y continuaba "Barquerito se paseó por las cornisas tan tranquilo como si pasease por la calle". Se hicieron diferentes pruebas para comprobar cómo lucía, pero se detectó falta de fluido, por lo que no resultó tan espectacular como se pensaba para estrenar en la veraniega fiesta de la Peregrina. Ángela Raposo Escudero nieta de Barquerito explica que también hacía pozos de barrena en los pueblos. Tenía un taller cerca de Santa María, por la calle Isabel II, donde trabajaba en sus inventos y hacía baldes de zinc para agua con metal dorado con las iniciales de los que se lo encargaban.

Ese mismo año fue noticia simpática por una riña por una gallina; el caso que J.T.I. se apoderó de una gallina de Barquerito, que lo persiguió hasta darle alcance y se enzarzaron en una discusión que terminó en la Cruz Roja con diversas curas a los dos contendientes. Otro incidente sucedió en 1925 cuando Barquerito conducía su moto de vuelta del santuario de los Milagros de Amil y fue atropellado por una camioneta de romeros, atendido nuevamente en el puesto de la Cruz Roja, por suerte sus heridas no revistieron gravedad.

Según consta en Nomes e Voces fue juzgado por ayudar a los republicanos y sentenciado, cuando tenía 47 años, a 12 años y 1 día de prisión. Parrita recoge las declaraciones de su hijo Rafael que confirmó que su padre pasó la Guerra Civil "escondido en la chimenea de su casa, en la calle San Nicolás". Ángela explica que tal era la persecución, que Manuel se escapó a Poio y se escondió en un pajar, así que las autoridades lo dieron por muerto, pero una noche lo vio una vecina. Por suerte no llegó a estar en la cárcel porque el nuevo Gobernador civil después de la Guerra Civil hizo la vista gorda y pudo llevar por fin una vida normal.

Ángela recuerda que le cortaron una pierna cuando sufrió un accidente haciendo un pozo para el Ayuntamiento, que por cierto no le pagó. Manuel falleció el 4 de septiembre de 1968 y está enterrado en el panteón familiar de Poio. Agradecer su colaboración para escribir este breve resumen sobre la vida de Barquerito a Ángela Raposo, a Pablo Escudero, a Foro Lorenzo y a Juan Parra Pazos.


Anuncio de uno de sus inventos en 1916. LA CORRESPONDENCIA GALLEGA

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