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La misteriosa desaparición del 'Conde de Casa González' (III)

Vista del hotel y muelle donde vivió Fernán en Vigo con su padre. POSTAL
photo_camera Vista del hotel y muelle donde vivió Fernán en Vigo con su padre. POSTAL

Fernán González Van der Vyver, el joven desaparecido en cuestión, era hijo del I Conde de Casa González, José González González, y de la londinense Pauline, hija de la condesa Isabel Van der Vyver, que desapareció en Vigo cuando se quedó huérfano de sus dos progenitores: su madre falleció en A Coruña el 23 de enero de 1883 y está enterrada en el cementerio de San Amaro, como Paulina Van der Vijver, y su padre falleció en Londres en 1896.

El padre de Fernán era un hombre rico por parte de su familia paterna y su segunda mujer también. Entre otros bienes José poseía una enorme finca en Constantina (Sevilla) denominada San Isidro de las Canteras, en la que consta que se celebró la boda con Pauline. Un terreno con 14.000 olivos, 200.000 cepas de viña, tierras de pasto, encinares, alcornocales y mucho más, que en 1880 pertenecía al I Conde de Casa González, pero en 1897 ya constaba a nombre de otra persona. Padre e hijo también estaban emparentados con la familia de los conocidos armadores Ybarra, que se establecieron en Sevilla y levantaron un imperio naviero y agroalimentario. Al frente del mismo estaba José María Ybarra Gutiérrez de Caviedes, que fue el I conde de Ybarra, título concedido por Alfonso XII.

Pero volviendo al caso, la presión por la desaparición en Vigo del joven conde Fernán forzó a que el conocido posadero de esta ciudad, Juan Correa, declarara por primera vez ante los medios tras el escándalo ya que él había sido su tutor. Decía en una entrevista que el joven Fernán había desaparecido hacía unos tres días; durmió en su casa la noche del miércoles y al día siguiente se levantó a las seis de la mañana y el joven le dijo que se iba a bañar al muelle, cosa que no le pareció extraña porque lo hacía con regularidad. Cuando no apareció para desayunar en su casa Correa supo que algo no iba bien. Esa misma tarde se extendió el rumor de que en esas mismas fechas se hospedó en el Hotel Continental un inglés, de unos treinta años según testigos, que se registró el domingo anterior como Mr. Keens. Un amigo vigués del pequeño conde lo vio los días previos a su desaparición con dinero en los bolsillos y relató lo que el condesito le dijo, "Guárdame este duro para ir á los toros", que el dinero se lo había dado un inglés que estaba en Vigo, que se iría enseguida a Inglaterra y allí tendría muchos coches, muchos caballos; "Voy a ser lord", dijo. El misterioso Mr. Keens desapareció de la ciudad el mismo día que el pequeño conde.

Qué pasó con el joven conde es un misterio. Fue una desaparición que conmocionó a la ciudad de Vigo y de la que se hizo eco primero la prensa de Galicia, Madrid y Andalucía. Se barajó la posibilidad de un secuestro, que no tendría sentido, pero se pidió públicamente a las autoridades de Pontevedra, en concreto al Gobernador civil, que tomaran cartas en el asunto. El Juzgado de instrucción de Vigo llegó a enviar un exhorto a Londres, vía diplomática, para aclarar lo ocurrido, ya que el niño había desaparecido de manera irregular. Tanto interés por el joven dio lugar a especulaciones sobre que había heredado parte la fortuna de su abuela cuando falleció, y en ese caso tendría que viajar a Londres para gestionarla.

En 1898 una carta firmada por Francisco Van der Vyver, un tío suyo que consta en la lápida de su tía Bertha Vyver, al Cónsul general de España en Londres Urbano Montejo explicaba que el joven vivía con él en Nicaragua y que el condesito gozaba de excelente salud, que iba muy bien en sus estudios y que en unas semanas regresaría a Londres. Pero no hay constancia real de que el condesito estuviera allí, eran sólo las palabras de un supuesto tío materno. El Correo Gallego continuaba: "Aclarado ya el misterio respecto del niño, queda en pie, sin embargo, la forma de llevarlo, poco en armonía con las leyes españolas. Por muchas vueltas que se le dé al asunto, y por muy legítimos que sean los derechos de la familia del condesito para retener a éste, siempre resultará ilegal el procedimiento empleado para sacarlo de la casa del Sr. Correa". Pero este caso de claro no tiene nada, es una desaparición con más sombras que luces. Lo que sí es cierto es que el joven era plenamente consciente de quién era.

El gran perjudicado por la desaparición del condesito fue el posadero vigués Correa, que nunca recuperó todo el dinero gastado en la manutención y educación del niño durante tantos años: "Yo he de hacer cuanto pueda, porque me sospecho que si se llevan al niño, no es para cosa buena", explicaba Correa. La prensa europea no tardó en hacerse eco también del caso, desde Inglaterra a Francia la pregunta era la misma: cuál era el paradero del menor. Lo cierto es que en Nicaragua en 1897 aparece un listado oficial de propietarios de minas en 1897 en la que consta un Francisco Vyver, como propietario de una mina valorada en 9.600 dólares, que falleció en aquel país en 1914. Este mismo nombre Frank Orlando, fallecido en Managua, consta en la misma lápida de Bertha Vyver en el cementerio de Stratford Upon Avon de Inglaterra.

En un estudio histórico sobre el municipio de La Libertad, en el departamento de Chontales en Nicaragua, consta la posible presencia del hijo del conde, el niño desaparecido, Fernando González Vyver como inmigrante originario de Gibraltar. Muchos años más tarde, en 1938, existe también constanciaEdificio de la Mala Real Inglesa de Estanislao Durán en Vigo, 1912 documental de un hombre en Panamá, con el mismo nombre y dos apellidos que el condesito, Fernán González Vyver, que se declaraba de nacionalidad española y que publicó oficialmente la posesión de varias minas de oro con un socio panameño en el río Acuandi, en Napuarcantí, en el río Espavé, en el río Paja, en el río Icantí, en el río Irmantí, en la quebrada Satí, quebrada Monito, quebrada Polín, entre muchos otros lugares.

En 1976 en España se solicitó oficialmente la rehabilitación del título de Conde de Casa González por parte de Juan Pedro Llorente y Gordillo en oposición con José María Rodríguez Cano y López, y consta el pago de las tasas correspondientes en Hacienda. Pero Juan Pedro Llorente falleció en Madrid el 13 de mayo de 1978 durante la tramitación.

Agradecer al Arquivo da Casa Galega da Cultura de Vigo, a Joaquín Ávila Álvarez, historiador de Constantina, y al Archivo Histórico Municipal de A Coruña la ayuda prestada en localizar algunos datos para completar este serie de artículos. Una historia triste, a la vez que fascinante, en la que todavía existen muchas incógnitas sobre lo que ocurrió exactamente cuando desapareció el pequeño conde y el por qué, pero seguimos investigando...

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