Blog | Crónicas y perfiles

La Pontevedra de Fray Martín Sarmiento

Considerado uno de los personajes más destacados de la Ilustración, Sarmiento se refirió a Pontevedra como su patria y desde Madrid siempre soñó con volver a su casa en Santa Margarita
Retrato de Martín Sarmiento (1859). IES SÁNCHEZ CANTÓN
photo_camera Retrato de Martín Sarmiento (1859). IES SÁNCHEZ CANTÓN

Si uno de "Hijos orgullo de la raza tuvo:/¡El Fray Martín Sarmiento!... ¡Aquel Gamboal!.../¡Los Nodales!... ¡Charino!... y otros muchos/En vueltos en la esencia de la gloria/Noble entre las nobles, culta, honrada/Es el fruto que al mundo el Teucro ha dado./Su espejo es el Lérez y ella un hada", así loaba Gudea a la ciudad de Pontevedra. Encabeza la lista el omnipresente Sarmiento, aunque no está del todo claro que naciera en nuestra ciudad. 

Pedro José García Balboa (Perucho), fue un escritor, filólogo, científico y erudito que nació, el 9 de marzo de 1695. Algunos atribuyen su origen en Villafranca del Bierzo, pero otros estudios lo sitúan en la ciudad de Pontevedra o provincia. Hijo del canteiro de Cerdedo Francisco García Gosende y de Clara Balboa Sarmiento. Sea como fuere, el padre Sarmiento vivió sus primeros quince años en Pontevedra en la calle Palma y estaba emparentado con familias como los Amado, de la Riega o Millán (su sobrino Joseph Millán fue párroco de Santa María de Mourente).

Se formó en los jesuitas de Pontevedra hasta que en 1710 se trasladó con su familia a Madrid. Allí ingresó en la orden benedictina del monasterio de San Martín bajo el nombre de Martín Sarmiento (P. Sarmiento). Adoptó el segundo apellido de su madre que forma parte de nuestro historia a través de personajes tan relevantes como Sarmiento de Gamboa (navegante), Álvaro Sarmiento (conde de Camiña) o Diego Sarmiento de Acuña (conde de Gondomar). 

Sarmiento fue un niño inquieto, curioso, precoz, y con unas ganas enormes de saber. Sus estudios le llevaron a ciudades como Navarra, Salamanca, Oviedo o León lugares en donde estudió latín, artes, teología, matemáticas y lenguas orientales. El padre Feijóo (Benito Jerónimo Feijoo) marcó su formación y su vida hasta tal punto que Sarmiento corregía su libros, notas y comentarios. Se conocieron en Oviedo en 1723 y si a Feijoo se le considera uno de los autores más importantes de la primera Ilustración española, Sarmiento no se quedó atrás porque además representó para Galicia la antesala del Rexurdimento. 

El sabio Polígrafo, tomó notas precisas aquello que se mostraba ante sí con todo lujo de detalles. Su pasión fue la Botánica, "su celda estaba llena de plantas raras, desconocidas, que el benedictino contemplaba con éxtasis botánico". Le interesó en especial la carqueixa (Genista tridentata), especie sobre la que versó alguno de sus trabajos. 

Pese a pasar la mayor parte de su vida en Madrid, viajó a su querida Galicia en tres ocasiones y visitó su añorada Pontevedra residiendo en el domicilio familiar de la Granja de Santa Margarita. En su libro Viaje a Galicia, gracias a que referencia ciertos hallazgos arqueológicos, hoy conocemos su existencia aunque algunos hayan desaparecido misteriosamente

De su obra en verso relacionada con Pontevedra destacar el romance sobre tipos populares O Poeta Marcos da Portela (1746), sobre el que dijo en su momento: "Conocí a un aldeano natural de Mourente, y del lugarcito de Monte Porreiro vecino; su nombre Marcos da Portela. Este era (y creo vive) el rústico más advertido, picarón y gracioso que allí traté aún siendo yo niño". Forma parte de la obra Coloquio de 24 gallegos rústicos(1745), y, aunque el propio Sarmiento reconoce que no es poeta, el libro lo componen mil doscientas coplas en gallego: "y aunque no soy poeta y estas coplas son las primeras que hice en este metro, idioma y estilo, importa poco que no sean buenas, pues mi asunto ha sido juntar muchas voces gallegas particulares y escribirlas en su verdadera ortografía, que observé en varios instrumentos en lengua gallega, que leí en Pontevedra, y en otras partes, con singular gusto". El manuscrito comienza así: "Que el año de 1745, oí, leí y observé en Galicia, estando a divertirme en la villa de Pontevedra, en donde me he criado; y habiendo andado por varias partes del Reino". Una de sus cartas desde Pontevedra, datada el 16 de enero de 1755, en su vertiente de polígrafo versa sobre el Origen de la Lengua Gallega y la Paleografía Española

Fue un ávido lector, como lo demuestra su biblioteca albergaba en su celda unos siete mil quinientos volúmenes que logró reunir desde muy joven haciendo trabajos para la orden y por encargo. Considerada una de las bibliotecas la privadas más importantes del s. XVIII, Sarmiento, en diversas ocasiones, confesó que le gustaría que a su muerte se quedara en Pontevedra, pero la norma de la orden benedictina no lo permitía. También pensó en venderla en vida y retornar a nuestra ciudad, "Ese depende aún de desembarazarme del todo de mi librería que ni puedo portear ni quiero dejar a discreción de la polilla. Hago las diligencias por si salta algún indiano que quiera comprarla toda, o casi toda...".

Gran orador en las distancias cortas, el rey Felipe V lo nombró Consultor Privado de su Majestad, distinción que mantuvo con su sucesor Fernando VI. Escribió sobre muy diversas materias como la botánica, zoología, matemáticas, teología, etimología o pedagogía. Fue el primer investigador que elaboró un informe sobre la estadística de la migración del Atún en el Estrecho de Gibraltar para el duque de Medina Sidonia; por ello una efigie suya figura hoy en la sede mundial del Atún tropical, en La Jolla, California. No fue el único, sus informes para el duque eran muy metódicos y exhaustivos gracias a su biblioteca y la del monasterio de San Martín (Madrid), que contenía unos diez mil volúmenes.

El duque, gran amigo y admirador de Sarmiento, poco tiempo después de su fallecimiento, ordenó hacer una copia de su obra completa para incorporarla al archivo ducal. La práctica totalidad de sus escritos permanecieron inéditos durante muchas décadas pese a que en su tiempo sus amigos le animaron a hacerlo. Sarmiento prefería comentar sus manuscritos por carta o personalmente en su celda. Sólo publicó un libro, Demostración Crítico-Apologética del Teatro Crítico Universal, y lo hizo para defender la obra del P. Feijoo. Su negativa a publicar se la explicó a Jose Antonio Armona en una carta: "España no está para imprimir, ni aún para saber, sino cada uno para sí mismo". 

Falleció en Madrid el 7 de diciembre de 1772. Grandes defensores de su obra y figura fueron Antonio Valladares de Sotomayor, que publicó varios de sus manuscritos con más o menos acierto, el médico Gregorio Marañón Sánchez Cantón que reprodujo con fidelidad alguna de sus obras. En el Museo de Pontevedra se conservan parte de sus manuscritos.

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