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Ramón Peña Gil, entre pinceles y camelias

Uno de los ilustradores más destacados de su tiempo que triunfó en Argentina y volvió a Pontevedra, ciudad en la que se integró a las mil maravillas como publicista, pintor y profesor de dibujo hasta su muerte

Ramón y su esposa Pilar. ARCHIVO PILAR G. VERGUTINI
photo_camera Ramón y su esposa Pilar. ARCHIVO PILAR G. VERGUTINI

"NUESTRO ARTISTA usaba trajes de buen corte, zapatos acharolados, camisas blancas, finas y sedosas, corbata azul luciendo el contrapunto brillante de la joya diminuta", así describía Viñas Calvo a su amigo Ramón Peña.

Ramón Peña Gil nació, según la partida de nacimiento, en Santiago de Compostela el 8 de septiembre de 1892 y fue periodista, poeta, editor, pintor e ilustrador. Hijo de José Peña Meléndez, familia originaria de Cambados y Vilanova emparentada con Valle-Inclán, y de la pontevedresa Paz Gil Serrano con la que se casó en segundas nupcias. Su esposa era hija de Cándida Serrano y Merchán y Miguel Gil Tomé. Hermanos de Ramón fueron Carmen, Víctor y José. Paz, su mujer, era cuñada de Juan Serrano Marqués conocido músico director de diversos orfeones, compositor y profesor del Colegio Balmes. Su tío, el periodista Valentín Peña, fundó con su padre José el conocido periódico satírico El Ciclón de Santiago, en Pontevedra el diario La Unión Republicana, que contaba con redactores tan destacados como Víctor Said Armesto o Emiliano Iglesias, y fue director de La Opinión y redactor de El Diario de Pontevedra. Primo de José Peña Oubiña, conocido industrial conservero de Cambados cuya empresa familiar continúa en activo en Pontevedra, y para el que Ramón realizo diversas ilustraciones publicitarias en prensa.

Ramón con diecinueve años emigró a Buenos Aires para trabajar como publicista gráfico, viaje que también haría en 1911 el escenógrafo pontevedrés Demetrio Durán en lo que se convertiría en una gran emigración de ilustradores hacia Argentina, país con una economía pujante que también ofrecía trabajo a los artistas. Peña, un simpático joven de buena planta y trato amable, se adaptó con facilidad al país y no tardó mucho en fundar con Domingo Rial Seijo la mítica revista Céltiga: "Es director de esta nueva revista el joven e inteligente artista pontevedrés D. Ramón Peña".

Portada del nº5 de Céltiga y portada de Sonata Gallega de 1945. ARCHIVO PILAR G. VERGUTINI

Céltiga fue una de las publicaciones más relevantes para la comunidad gallega en la emigración en la que participaron los escritores, dibujantes y fotógrafos más importantes del momento como Eduardo Blanco-Amor, Eliseo Pulpeiro, Ramón Suárez Picallo, Castelao, Suárez Couto, Maside Francisco Asorey o Luis Ksado. Una revista cuyo primer número vio la luz el 30 de septiembre de 1924 y que se editó hasta 1932 con varias ilustraciones de Peña. Sobre su primera ilustración en la revista se comentaba: "Hoy Céltiga sale a luz y en su portada una arrogante figura de mujer, y de mujer celta, trasmite a través de los mares hacia todas las distancias, una frase de salutación para todos los gallegos, un grito potente y recio, -aún en labios de mujer- que condensa en sí todos los anhelos de nuestra raza: Terra a nosa". Colaboró también en otras publicaciones importantes en ese país como Caras y Caretas, La Nación o Fray Mocho.

A su regreso a Pontevedra, hacia 1930, desarrolló una intensa actividad artística estableciendo su estudio en la calle Peregrina con el nombre de Céltiga. Se asoció con los hermanos Ramón y Enrique Barreiro en la empresa cinematográfica Folk (1931-1935), con la que produjeron documentales sobre pueblos, ciudades, eventos deportivos y noticias de actualidad.

Peña fundó en Pontevedra la revista literaria Sonata Gallega (1944-1949) en la que participaron artistas de la talla de Laxeiro, Alejandro Paisa o Manuel Torres y de la que se publicaron pocos números. Fue director del cuadro de declamación de la Sociedad Artística Musical sita en el nº31 de Isabel II, realizó la escenografía del concierto Estampas Musicales (1937) en el Teatro Principal con la coral Polifónica bajo la dirección de Blanco Porto, como periodista publicó artículos de opinión en Ciudad y en Faro de Vigo, fue profesor de dibujo del Instituto de Pontevedra (en el que ya figuraba en 1939) y vicepresidente del Club de Ajedrez de Pontevedra (1946).

Durante estos años ilustró la publicidad para innumerables empresas de Pontevedra como para el Blanco y Negro, Café-Bar Urquín, conservas José Peña, recambios de automóvil de Antonio Domínguez, del Gran Café Galicia o del Bar Carabela.

Realizó exposiciones en Pontevedra, Vigo o Lisboa y su segunda exposición en nuestra ciudad, fundamentalmente como pintor acuarelista, se inauguró en el Salón de Primavera y cuenta la crónica de Antonio Almazán en el Diario de Pontevedra que: "La originalidad de su pintura, el peculiar modo de hacer, está precisamente en ello: fijarse sino en su mujer gallega y veréis bajo el atavío regional un alma de mujer dulce como la morriña, sentimental como la bruma de nuestros amaneceres; no obstante, bastará observarla atentamente para que un detalle, un gesto, una actitud, nos revele el fondo cosmopolita de su figura y nos arranque una sugerencia extraña al ambiente en que se halla emplazada". La temática principal de su ilustraciones y cuadros fueron los hórreos, cruceiros, paisajes y la figura femenina con el traje tradicional interpretado de un manera muy personal. Ingresó como académico de la Real Academia Gallega en 1947, al mismo tiempo que su amigo el escritor Celso Emilio Ferreiro.

Ramón permaneció soltero durante muchos años viviendo con su hermana Carmen, maestra y profesora de piano propietaria de la academia Carmen Peña en nº1 de la calle Enrique Labarta. Ramón, ya entrado en años se enamoró de una preciosa mujer mucho más joven que él, Pilar Vergutini García, que era maestra de origen italo-argentina, y no dejó de pretenderla hasta que se casó con ella el 15 de septiembre de 1956 en la capilla del Instituto de Pontevedra. El matrimonio estableció su domicilio en el nº22 de la rúa Nueva de Arriba. Con cierto toque bohemio con su sombrero, una camelia blanca o clavel rojo en la solapa e impecablemente vestido era asiduo a las tertulias del Casino y del Bar Savoy.

Después de toda una vida entregado al mundo de la ilustración Ramón Peña Gil falleció el 27 de septiembre de 1967 en Pontevedra y su funeral se celebró en la iglesia de Santa María con la asistencia de multitud de pontevedreses. El matrimonio no tuvo hijos y en Pontevedra residen sus sobrinos políticos Pepe y Cuca Gómez Vergutini que conservan parte de su legado artístico y del que se proyecta mostrar en una bien merecida exposición.

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