En 1895 eran objeto de robos en viviendas "ricas colchas de damasco, otras sábanas finísimas, á docenas, mantelerías, pañuelos" o servilletas. Pero con los años las cosas fueron cambiando porque en 1929 detuvieron en Lérez al conocido carterista Largastierras y a su amante La Chabuqueira como sospechosos de la falsificación de billetes de 25 pesetas en Barcelona; habían diversificado su actividad.
En julio de 1936 chocó sobre las tres de la madrugada un tren de pasajeros con otro de mercancías en el interior del túnel número 27 en Ponferrada. El accidente se saldó con 19 muertos y 33 heridos. Viajaba el Diputado provincial Elpidio Villaverde Rey, político y empresario pontevedrés, que por suerte no sufrió daños.
Ese mismo mes tres conocidos panaderos de el horno de Ángel Vilela, Francisco Conde, José Gaspar y Olegario Vilela (casado y con veinticuatro años), estuvieron a punto de morir ahogados. Los tres hombres habían cogido una lancha desde Combarro para dirigirse a Campelo. La lancha por motivos desconocidos hizo aguas y sólo Francisco Conde sabía nadar. Primero salvó a Olegario y después, ya desfallecido tiró una cuerda y puso a salvo a Gaspar: "El heroico comportamiento de Conde fue muy elogiado por aquel vecindario, ya que con riesgo de su vida salvó de una muerte segura a sus compañeros". Los ahogamientos en el peligroso cauce del río Lérez eran también, por desgracia, tema frecuente en la crónica de sucesos.
En noviembre de 1936 los concejales Cachafeiro, Casalderrey y Casiano Peláez inspeccionaban los alrededores de Pontevedra para buscar un terreno que reuniera las características técnicas para la construcción de un aeropuerto. Entre los lugares se descartó el campo de A Xunqueira de Lérez por no tener las dimensiones necesarias. En 1948 se volvía a plantear la construcción de un gran campo de Aviación Intercontinental pero en A Lanzada presentada por el diputado Casiano Peláez Merino a la Gestora de la Diputación y al Ayuntamiento. El proyecto, al que se llegó a calificar de transoceánico o intercontinental, se inició pero lo único que se construyó fue una pista de aterrizaje, que se encuentra en la actualidad abandonada, al iniciarse la obras de Peinador en Vigo que se abrió al tráfico aéreo civil el 20 de abril de 1954.
Otro terrible accidente ocurrió un año más tarde en As Corbaceiras cuando un niño de ocho años jugaba en el puente de Obras del Puerto y cayó al mar. Una niña de catorce años, María Fontán García, no se lo pensó dos veces y subió a una embarcación acompañada por otros dos menores: "María consiguió extraerlo del agua, a un centenar de metros de distancia del lugar donde se había caído, pero lo poco que le quedaba de vida al infortunado niño se extinguió mientras la embarcación llegaba a tierra". Las caídas al mar en este lugar protagonizadas por menores que no sabían nadar eran bastante frecuentes.
En 1937 a las cinco de la madrugada se derrumbó una casa ubicada entre San Telmo y la Travesía del Campillo de Santa María, por suerte no hubo que lamentar daños personales. Un año más tarde sucedió un hecho insólito; un vecino de Oia que conducía una bicicleta se cayó del puente de A Barca: "saliendo despedido de la máquina y cayendo en el fondo del solar en el que se encuentra la fábrica de cerámica". Anteriormente, en 1902, los pontevedreses se despertaban con la impactante noticia en El Áncora: "En el puente de la Barca, de esta ciudad, se cayó desde el pretil el antiguo sereno municipal Juan de Dios, sufriendo graves heridas en la espalda y en otras partes del cuerpo. Su estado es grave". Cerca de este lugar, en el trazado de la vía del tren en la zona de A Caeira, se producían de vez en cuando suicidios o tentativas al paso de los convoyes.
Durante la Guerra Civil una ley que obligaba "a los restaurantes, los mesones y cualquier hotel establecimiento hostelero durante los días 1 y 15 de cada mes" a servir un plato único y cobrarlo como menú entero para dedicarlo a la beneficencia. Se conocía como El Día del Plato Único y en Pontevedra se impusieron multas de hasta 500 pesetas del año 37 a multitud de hosteleros que se negaron a aceptar tal imposición. Durante este periodo, en nuestra ciudad, se celebraba la Fiesta del Cigarrillo, pro defensores de la patria, a beneficio de los heridos de Pontevedra en el frente con el sorprendente llamamiento: "¡Fumadores! Privaros un día de fumar y entregad vuestros cigarrillos para los heridos. ¡No fumadores!, adquirid una cajetilla, aunque sea modesta, y entregadla mañana". Ese mismo año se registró un 'formidable incendio en O Castrove' con un frente de doce kilómetros arrasó con los pinares de dicha zona debido a la sequía y el viento reinante.
En julio de 1938 el archivero del Ayuntamiento recibió una bala perdida cuando un vecino de la calle Princesa discutía sobre el cobro de unos recibos con el empleado de dicha oficina Cándido Acuña. Cándido forcejeó con el administrado para intentar arrebatarle la pistola que empuñaba enardecido. La casualidad llevó al archivero municipal, Ricardo Barros Pintos, a aparecer por casualidad e escena y recibió un balazo en el muslo derecho. La cosa se templó porque el vecino se quedó apesadumbrado por las consecuencias del incidente y el archivero fue trasladado a la Casa de Socorro de la Cruz Rojay después al Sanatorio Marescot para curar la herida que no tuvo consecuencias graves.
Y para finalizar, El Diario de Pontevedra sorprendía el siguiente titular en 1939: "Discuten sobre quién tiene que cerrar una puerta y terminan a botellazos", hechos que acaecieron en la calle Tetuán entre un grupo de mujeres. Las vecinas del inmueble número 8 de dicha calle se enzarzaron en una discusión que fue subiendo de tono hasta que una de ellas blandió una navaja y le produjo un corte profundo en el antebrazo derecho a su vecina que tuvo que ser atendida en la Casa de Socorro.
