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La Tablada y el marquesado de Leis

Es ésta una con grandes vínculos en la ciudad de Pontevedra; propietarios de la finca de La Tablada y el Pazo del Carmen, lugar en el que se celebraron espléndidas fiestas

Pazo de Campolongo, residencia de verano de los marqueses de Leis. SERVIZO DE PATRIMONIO DOCUMENTAL E BIBLIOGRÁFICO DEPO
photo_camera Pazo de Campolongo, residencia de verano de los marqueses de Leis. SERVIZO DE PATRIMONIO DOCUMENTAL E BIBLIOGRÁFICO DEPO

El marquesado de Leis es un título que otorgó Carlos III, rey de Nápoles en 1735, al mariscal de Campo Bernabé Romero de Leis. Una familia que a lo largo de varias generaciones estuvo muy vinculada a Ourense y Pontevedra. La saga familiar acumuló un importantísimo patrimonio de casas solariegas, pazos y grandes extensiones de terreno. Nos remontamos al Señor de Trabanca, senador y diputado a Cortes pontevedrés Antonio Montenegro Carantoña (1786), que aportó a la familia la casa do Barro, un Pazo en Santa Mariña (A Baña), un importante bien inmueble del s. XVI propiedad de la familia. Con el tiempo sumaron una casa en Ourense, una finca de 10 hectáreas en Carballeira (Ourense), o el Pazo del Carmen en la enorme finca de La Tablada de Pontevedra.

El título napolitano de marqués de Leis tuvo que esperar para ser reconocido en Castilla y no fue hasta el año 1844 cuando la reina Isabel II lo convalidó en nuestro territorio. Así, el I marqués de Leis fue el Senador José María Marcos Montenegro Gago (1796-1846), natural de Pontevedra, casado con Manuela de Puga y Puga. El matrimonio tuvo tres hijos: Antonio; Eudosia, que falleció en 1899 y con motivo de su entierro "Más de mil labradores de las aldeas cercanas, se presentaron á recoger la limosna de un real que se dio el día del entierro de la señora Marquesa de Leis. Si se llega a dar un duro se descuelga toda la provincia. Esto prueba hasta la evidencia el estado precario de nuestra población rural"; y Carmen Montenegro que falleció en Ourense en junio de 1902. A José María Marcos le sucedió como marqués su hijo, el senador ourensano Antonio Montenegro y Puga, y a su muerte heredaron sus hermanas.

Los marqueses de Leis vivieron largas temporadas en el Pazo del Carmen, conocido popularmente como pazo de los marqueses de Leis, ubicado en la finca de La Tablada de Campolongo (Pontevedra). Una espléndida construcción del s. XVI con una torre almenada, una capilla anexa que conservaba en su interior la imagen de la procesionada Virgen del Carmen. Se conocía con el nombre de Tablada porque por allí se bajaba la madera cortada hacia el río para su transporte por mar y, como curiosidad, fue el primer emplazamiento de la Misión Biológica en Pontevedra.

En 1893 se produjo un robo en el Pazo de Campolongo durante el veraneo de Eudosia Montenegro Puga: "Mientras salió a oír misa, desaparecieron de una bolsa de viaje, que había dejado sobre la mesa, varios billetes que ascendían a unos 14.000 reales, así como varias alhajas que se valoraron en 1.000 pesetas". Durante el verano de 1897, Eudosia organizó una fabulosa fiesta en el pazo: "Una hermosa verbena amenizada por la música y gaitas". Para la ocasión se iluminó el paseo con farolillos de colores y "engalanado con banderas, y arcos de mirto y ramaje", así como la iluminación a la veneciana de la torre almenada. Las crónicas sociales de la época apuntan a que la residencia de invierno de los marqueses estaba en su casa de Ourense, en Rúa da Barreira, y el pazo era la residencia en la que permanecían los largos veranos en Pontevedra.

En septiembre de 1897 se produjo un hecho inquietante al estallar una bomba que destruyó precisamente parte de la casa principal de los marqueses de Leis, en Ourense, e inició un incendio que por desgracia destruyó por completo el archivo del marquesado. Las informaciones sobre la autoría e intenciones eran confusas ya que de la casa no faltaron ni alhajas ni dinero. La noche de autos una joven maestra pernoctaba en la casa y acudió voluntariamente ante el juez de instrucción militar, el comandante Docasar, para declarar su inocencia. Un mes después el juez ya tenía un sospechoso del pueblo de Vilar (Coles) «de oficio labrador, de estado casado, estatura más bien alta que baja, pelo negro, barba poca, usa bigote, cara abultada; y como señas particulares tiene la de ser bizco muy pronunciado y cargado de hombros». Seis meses más tarde se puso en libertad a las sirvientas de la casa, ya que no existían pruebas en su contra, y ya se apuntaba a que el autor había huido al extranjero. Se barajó como móvil la destrucción de unos antiguos documentos que contenía el archivo que aclaraban una disputa judicial ajena al marquesado.

Cuando fallecieron las marquesas hermanas de Antonio, el título pasó a una prima, María de la O Ponte y Montenegro, y continuó con su hija, María de la O de Castro Garcés de Mancilla, casada con el notario Isauro Pardo y Pardo, con el que tuvo cinco hijos: Javier, Purificación, Rosa, María de la O y José Ramón. La familia se instaló en el pazo de Campolongo y continuaron siendo muy populares las fiestas y verbenas celebradas en su casa. Una parte de los terrenos del pazo se vendieron el 1 de enero 1921 al Ayuntamiento para construir un cuartel de artillería, por un importe total de 75.000 pesetas. María falleció en 1937 en Pontevedra, a los 53 años, tras una rápida enfermedad, dicen que producto de la pena por la prematura muerte de su hijo, y de su madre, Rosa, que había fallecido unos meses antes también en nuestra ciudad.

Heredó el título José Ramón Pardo de Castro, que falleció en un accidente de aviación en 1958, y el título pasó a su hermana Purificación. Purificación Pardo de Castro (Purita Leis) se casó en la capilla del pazo el 31 de junio de 1927 con el joven pontevedrés Ignacio Riestra Calderón, hijo del marqués de Riestra.

El pazo, en 1943, fue la sede de la delegación del Frente de Juventudes, y un multiusos, ya que allí se almacenaban las carrozas de Reyes, en sus instalaciones se entrenaba el equipo provincial del Frente de Juventudes o se impartían cursillos. La capilla, conocida también como la capilla de los marqueses de Leis, se siguió usando para bodas y bautizos. En los terrenos del inmueble se construyeron pistas y campos destinados al deporte que fueron lugar de entrenamiento de cientos de pontevedreses durante décadas. Con el paso del tiempo, el pazo, por la falta de uso, terminó en estado ruinoso y se reconstruyó a la Casa de Campo de Madrid donde hoy se conserva. En sus buenos tiempos se decía de las fiestas del Pazo del Carmen, que «Un escritor romántico comenzaría afirmando que el Pazo de Campolongo no es tal Pazo, sino una dependencia celestial: de allí a la Gloria un paso». Agradezco a Cruz Punxin, Javier Manuel Freire Guirau el facilitarme alguno de los datos de este artículo y a Javier Torres por la fotografía de la casa de los marqueses en Ourense.

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