Blog | Crónicas y perfiles

El triste final del Dr. Amancio Caamaño Cimadevila

Vivió para la medicina y llegó a ser propietario de un moderno sanatorio en nuestra ciudad, conocido como 'el del Doctor Caamaño', republicano convencido terminó sus días a golpe de fusil en A Caeira

Amancio Caamaño Cimadevila nació en Negreira en 1894 y fue profesor de piano, corresponsal, médico, veterinario, político y empresario. Estaba emparentado en nuestra ciudad con Juan Bautista Andrade y su hermano Alfonso falleció en Lérez a la edad de 18 años.

Licenciado con sobresaliente en Medicina, fue alumno interno del Hospital de Santiago, pensionado por la Diputación de A Coruña para cursar estudios en la Escuela de Veterinaria de Santiago (1916) que terminó con matrícula de honor y además trabajó como médico titular en Bustares (Guadalajara).

retratoDurante sus años de estudio en Santiago fue redactor corresponsal de el periódico de Pontevedra El Progreso y fundó el periódico Clarín. Cuando fijó su residencia en Pontevedra en 1922 estuvo alojado temporalmente en la fonda de la Sra. viuda de Pajariño, cerca de la estación de tren. Trabajó como profesor en el Colegio X, en materias como Fisiología e Higiene y Física, del que era director Germán Adrio Mañá.

Se especializó en cirugía e instaló su primer consultorio médico-quirúrgico en su domicilio del nº5 de la plaza de Teucro. Lo trasladó a la calle Riestra nº15 y posteriormente se asentó en la calle Peregrina. En aquellos años eran médicos destacados de la ciudad Ballina, Loureiro Crespo, Barros, Marescot, Pita, Rubido, Estévez, Sobrino, García Feijóo, Canitrot, José Cuiñas, Lis, García Buela, Durán Castillo, Claudio Losada, López de Castro, Tomás Abeigón y Romero Filgueira.

En 1923 dirigió una carta al Consistorio: "El que suscribe, Amancio Caamaño Cimadevila, vecino de esta capital y Dr. en Medicina, tiene el honor de dirigirse a la Excma. Corporación Municipal, en súplica de que sea nombrado médico auxiliar gratuito, agregado a las clínicas de Cirugía de nuestro Gran Hospital" (El Progreso). En 1925 y 1932 opositó para optar a la plaza de médico cirujano del Hospital Provincial del que también fue director.

En 1928 se trasladó una temporada a París y Madrid para continuar su formación en diferentes centros sanitarios. Un año más tarde puso en marcha las instalaciones de una Policlínica de Urgencia en la calle Benito Corbal con Pereira, Abeigón y Lis. La policlínica contaba con una sala de operaciones, dos de consultas, una para el médico de guardia y disponía de una ambulancia y lo último en aparatos de diagnóstico.

Pocos años después, Amancio fue propietario de un sanatorio que construyó en la Avenida de Vigo y que era conocido como el Sanatorio del Dr. Caamaño. Durante las obras, en 1930, se produjo un atentado por parte de un grupo de individuos que causaron diversos destrozos y en 1932 se barajó la posibilidad de instalar el mercado de la ciudad en las inmediaciones de dicho inmueble. Amancio llegó a tener una excelente reputación como cirujano en la ciudad. El sanatorio se puso en marcha en 1932 frente al también recién inaugurado colegio Concepción Arenal y se unió a la oferta otros centros sanitarios del momento como Marescot o la Merced. Las modernas instalaciones contaban con equipos de Rayos X y de Electroterapia. Ese mismo año, se organizó un banquete en el Hotel Progreso en su honor cuando por fin consiguió la plaza de médico cirujano en el Hospita. 

Apenas un mes antes de su arresto, en 1936, Amancio viajó a Ponferrada para operar a un accidentado en la catástrofe ferroviaria en la que el expreso de Madrid-A Coruña chocó con un mercancías dentro de un túnel de Lafrades. Una vez allí operó a varios heridos graves: «La técnica y los conocimientos del Dr. Caamaño puestos al servicio de tantos heridos, ganaron bien pronto la voluntad de aquellos enfermos, muchos de los que deben la vida a su filantrópica actuación», reseñaba El Pueblo Gallego.

En el plano político destacar que en mayo de 1926 fue elegido presidente de la comisión gestora de la Diputación: «La rectitud y serenidad de juicio y el exquisito tacto del doctor Caamaño le han granjeado generales simpatías tanto en Pontevedra como en la provincia». Fue miembro del Comité ejecutivo de la Federación Republicana Gallega, con el apoyo de los diputados Osorio-Tafall, Poza y Gómez Paratcha.. Se presentó como candidato a concejal por el Distrito número 1 en las elecciones de 1931, con compañeros como Tomás Abeigón, Francisco Tilve o Joaquín Poza Juncal. Fue elegido presidente de la Diputación de Pontevedra, cargo que desempeñó desde mayo de 1931 hasta agosto de 1932 y se presentó como candidato de Izquierda Republicana en 1933, con Castelao y Paz-Andrade entre otros.

Perteneció a la Sociedad Gremio de Santa Catalina, fue Presidente de la Sociedad de Recreo de Artesanos (1935) hasta su detención. En ella organizó conferencias políticas y literarias. También fue vocal de la Cámara de Comercio (1931). Fundó con otros amigos la logia Libredón nº6 en Santiago y su nombre dentro de la organización era Servet; y perteneció además a la Helenes nº7 de Pontevedra.

Pese a haber luchado en su corta vida por sus ideas políticas y volcarse en su trabajo como médico, pocos días después del inicio de la Guerra Civil, en concreto el 24 de julio de 1936, Amancio Caamaño, cuando todavía era Gobernador Civil de la ciudad, fue detenido en su casa y encarcelado en la Escuela Normal.. Un mes después fue destituido como médico del Hospital Provincial con Luis Poza Pastrana y Celestino López Pastrana. Caamaño fue procesado en un Consejo de guerra, el 30 de octubre de ese mismo año por el delito de traición a la patria, acusado de colaborar con el Socorro Rojo Internacional y por pertenecer a la masonería. El fiscal solicitó para el reo una indemnización de un millón de pesetas y la pena de muerte. Amancio Caamaño fue ejecutado con 42 años de un tiro el 12 de noviembre de 1936 en la carretera de Campañó en A Caeira (Poio).

Ese mismo día y en el mismo lugar fusilaron a otras nueve personas que menciono en su recuerdo: Juan Rico González, Luis Poza Pastrana, Telmo Bernárdez Santomé, Germán Adrio Mañá, Ramiro Paz Carbajal, Benigno Rey Pavón, Víctor Casas Rey, José Adrio Barreiro y Paulo Novás Souto. A las tres de la madrugada el día de la ejecución se ofició una misa en la que comulgaron Caamaño, Bernárdez, Rico y Adrio: «En el campo de ejecución, excepto uno todos besaron el Crucifijo, que les fue ofrecido por el mercedario P. Raimundo, los franciscanos P. Luis y Fray Guillermo y el vicario de Santa Clara señor Torres» (El Eco de Santiago).

Como en los tiempos en los que el Santo Oficio campaba a sus anchas, todos los bienes de Amancio Caamaño fueron incautados hasta que, a finales de los años cuarenta, la familia logró recuperarlos después de un largo proceso.

Comentarios