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Fantasías animadas...

Cuenta atrás para una campaña electoral cargada de promesas irrealizables

FANTASÍAS ANIMADAS de ayer y hoy es el título de una serie de dibujos animados en la que se hizo famoso Bugs Bunny (el conejo de la suerte), un personaje que, según los expertos del psicoanálisis, tiene una personalidad muy burlona que desafía a la autoridad al tiempo que intenta ridiculizarla. Hay incluso quien ve en esa personalidad desafiante ciertos rasgos de un individuo antisocial.

No es mi intención centrar esta crónica en buscar algún parecido con el personaje entre nuestros políticos porque seguro que más de uno podría encarnar ese papel. Lo que quiero es llamar su atención, porque estamos a cinco días del comienzo de una nueva campaña en la que todos los partidos, sin excepción, van a bombardearnos con promesas más propias de Fantasías animadas o del País de nunca jamás.

Nos van a prometer más empleo, mejor educación, sanidad pública, el fin de los desahucios, menos impuestos (como si las arcas del Estado fueran infinitas), de una España en la que todos tengamos cabida, la reforma de la Constitución y el derecho a decidir.

Nos van a seguir hablando de las líneas rojas que no se deben traspasar, de Europa y, si me apuran, del sexo de los ángeles.

¿Se acuerdan del "puedo prometer y prometo", aquella famosa frase de Adolfo Suárez, que acuñó el periodista Fernando Ónega. Los más jóvenes seguro que no, pero algunos políticos nos ofrecen lo mismo pero con otras palabras, aunque el fondo sigue siendo el mismo.

Antes y ahora, los programas políticos con los que se presentan los partidos políticos eran y son una mera declaración de intenciones que casi nunca se puede cumplir porque hay otros agentes externos que condicionan el devenir de la política económica del país.

La Unión Europea, que tanto nos ha dado, exige ahora un mayor control del gasto público, más recortes, pero también planes de empleo para frenar el éxodo de jóvenes que salen de España, de Galicia, de Pontevedra o de Andalucía para labrarse un futuro.

Conflictos de nuestros padres



De un tiempo a esta parte los plenos municipales o de la Deputación Provincial dejan entrever ya la campaña electoral a la que nos acercamos.

Los rifirrafes dialécticos parecen formar parte ya del guión o de la puesta en escena de unas sesiones que cada vez reflejan más esa crispación en la que parecen estar instalados los políticos.

Carmela Silva, haciendo gala de una gran mesura, no le sigue el juego al PP, y son los populares los que pierden los papeles

Pontevedra, Sanxenxo, Vigo o la Deputación han vivido en los últimos días situaciones esperpénticas y cruces de acusaciones entre los partidos políticos por quién orquesta o alimenta determinados conflictos.

Sin ir más lejos, el pasado lunes el alcalde Lores y Mosquera cayeron en la trampa que les tendió Jacobo Moreira.

Quizá si hubieran contado hasta diez no entrarían en un juego en el que siempre gana el que mantiene las formas.

Algo totalmente distinto ocurre en la Deputación, donde Carmela Silva, haciendo gala de una gran mesura, no le sigue el juego al PP, y son los populares quienes pierden una y otra vez los papeles.

Hace un mes se levantaron y se fueron del salón noble y en la última sesión, cuando la presidenta se vio obligada a suspender el Pleno para continuarlo a puerta cerrada en otra sala, ante las protestas de los trabajadores del Parque de Maquinaria, los diputados populares se quedaron en sus escaños. Lo dicho, la guerra dialéctica no ha hecho más que comenzar, aunque a veces uno tenga la sensación de que algunos políticos viven eternamente en una ‘trinchera’ esperando que el ‘enemigo’ llame para pedir un receso al estilo Gila.

EL RINCÓN DE... El nacionalista ilustrado


A FRANCISCO RODRÍGUEZ SÁNCHEZ (Serantes, Ferrol, 1945) lo describen en Wikipedia como político y crítico literario y después la enciclopedia ‘popular’ cuenta brevemente su trayectoria.

Rodríguez Sánchez, uno de los referentes vivos del nacionalismo gallego, se inició en política con 18 años, impulsó la creación de distintas organizaciones sindicales, como la INTG, y políticas, como el BNG, y fue secretario y presidente de la UPG. Además, fue diputado en el Parlamento de Galicia y en el Congreso de 1996 a 2008.

Con anterioridad y tras estudiar Historia y Filología Románica, con 23 años aprobó las oposiciones de agregado de Lengua y Literatura españolas de Bachillerato. Cinco años después pasó a ser catedrático de instituto y desde 1974 hasta 1995, impartió clases en diferentes centros en Cangas, Carballo, A Estrada y Ferrol, entre otros..

Compagina la actividad política con su faceta de escritor y es autor de un buen número de ensayos y estudios sobre la realidad gallega. En 1976 publica Conflicto lingüístico e ideología na Galiza. Un trabajo sobre Rosalía, Análise sociolóxico da obra de Rosalía de Castro publicado en 1988, fue el resultado de la tesis con la que se doctoró en Santiago.

Además, es autor de la A evolución ideolóxica de M. Curros Enríquez y de Eduardo Blanco Amor, o desacougo da nación negada.

Hombre de carácter, puso voz a las demandas de Galicia en el Congreso.

De su primera etapa, de aquellas reflexiones y de los artículos que publicó en prensa, nació el libro Galiza, razón de ser.

En 2012 tras la crisis del BNG Francisco Rodríguez publicó un artículo de opinión en el que arremetía de forma velada contra Xosé Manuel Beiras, y su movimiento Irmandiño.

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