LO IMPOSIBLE es no intentarlo, ya que sólo pierde el que deja de hacerlo. Abandonar no es la solución, la solución es seguir intentándolo. Estas frases podrían figurar, si no lo hacen ya, en cualquiera de los libros de autoayuda que cada año llegan a las librerías, pero también podrían formar parte de los mensajes que lanzan los coach en sus conferencias de liderazgo, de empresa o ante los políticos a los que asesoran.
Lo imposible es también una película de J.A. Bayona, basada en la historia real de una familia catalana que vivió en sus propias carnes el tsunami que asoló la costa tailandesa en 2004 y que, pese a los miles de muertos que provocó la catástrofe, consiguió sobrevivir.
Estas dos reflexiones iniciales vienen a cuento de las declaraciones realizadas por Mariano Rajoy tras finalizar su ronda de contactos con los líderes de la mayoría de los partidos políticos que estarán representados en el Congreso de los Diputados a partir del próximo martes, en las que dejó entrever la posibilidad de volver a decir no al Rey si ve imposible su investidura.
No entiendo esa postura, pero tampoco la de los demás líderes, salvo, claro, la de Pablo Iglesias, los nacionalistas vascos y ERC.
A más de 600 kilómetros de los centros de decisión no se entiende que podamos volver a las urnas porque los que nos representan sigan anteponiendo el interés partidista al general. Oigan, un poco de respeto, remánguense las camisas y pónganse a negociar. Ya está bien de tomarle el pelo a los españoles. Este país necesita un Gobierno, si puede ser con la mayor estabilidad posible, y también unos presupuestos para 2017. No podemos seguir con un presidente interino de por vida.
Fijen las bases de negociación, elijan a los equipos, empiecen a dialogar y lleguen a acuerdos. Ese es, sin duda, el mejor favor que pueden hacer a la democracia, porque los españoles han dicho que no quieren mayorías absolutas, que quieren que el Gobierno hable con la oposición y viceversa.
Ahora mismo los temas sobre los que debe sustentarse la negociación giran en torno a la Constitución, la Lomce, la reforma laboral y la lucha contra el paro, la sanidad, el sistema de pensiones, la política social, las energías renovables, la política fiscal, las infraestructuras, la violencia de género y la política cultural
Podría seguir, pero creo que todos coincidimos en que estos son los puntos sobre los que debe pilotar el pacto que permita desbloquear la actual situación.
Rajoy debe entender que con 137 diputados va a tener que ceder, y mucho, para conseguir los apoyos necesarios.
Y si Rajoy tiene que entender el mensaje de las urnas, Pedro Sánchez tampoco puede hacer oídos sordos a su resultado, y si quiere liderar el PSOE y la oposición tiene ahora una gran oportunidad de reforzarse ante sus barones y los simpatizantes socialistas, que son muchos.
Otro que tendrá que tomar una decisión, y pronto es Albert Rivera, que está dejando pasar la oportunidad de consolidar a su partido como una formación de centro, capaz de dialogar y negociar. La mejor forma de convencer a los votantes, señor Rivera, es hacerles ver que Ciudadanos no es un partido florero.
Se avecina sorpasso en Galicia
El PSdeG sigue sin cerrar sus heridas y, entre pelea y pelea, va desilusionando a un electorado que veía en Xocas Leiceaga una oportunidad. De momento, Méndez Romeu parece haber entendido el mensaje de la gestora y anunció su retirada.
Y para terminar una de encuestas. En un partido manejan ya los siguientes números: PP, 39; En Marea, 21; PSdeG-PSOE, 11 y otros, 3-4.
