Blog | El mirador

Por fin una buena noticia

El Gran Montecelo cuenta con el consenso necesario para hacerse realidad

El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, se pasó hace unos días por Pontevedra para anunciar que, finalmente, el Gobierno gallego aparca el proyecto del hospital en Monte Carrasco, sueño de una noche de verano de Telmo Martín, y que apuesta por ponerse manos a la obra y ampliar Montecelo.

La noticia, como no podía ser de otra manera, fue bien acogida por todo el mundo, aunque los escépticos quisieron ver en el anuncio un brindis al sol más propio de la precampaña electoral en la que nos encontramos.

En todo caso, Jesús Vázquez Almuíña cumplió su compromiso de dar respuesta a las demandas de Pontevedra para intentar desbloquear una situación que no conducía a ninguna parte.

El Gran Montecelo gusta a todos los grupos políticos y el alcalde, Fernández Lores, ya se mostró dispuesto a firmar el convenio de colaboración para que el proyecto se convierta en realidad antes de 2020.

A Tino Fernández le gusta la música y espera que el autor de la letra no desafine y por fin Pontevedra tenga un centro hospitalario a la altura de las necesidades.

Jacobo Moreira (PP) y María Rey también bendicen la decisión de Sanidade y el portavoz de Marea Pontevedra, Luis Rei, la ve con buenos ojos.

Ahora solo falta que los políticos se pongan manos a la obra para que esta vez el proyecto no sea papel mojado, como ya ocurrió con el anuncio de Pérez Touriño que, dos años después de ser presentado (2007), acabó en un cajón.

Pontevedra necesita un hospital con el mayor número de especialidades posible y en el que puedan dispensarse los tratamientos que hay en otros. Por poner un ejemplo, radioterapia.

Cuanto antes conozcamos el proyecto constructivo, el plan director, los terrenos que habrá que expropiar y el coste, antes se podrán licitar las obras, no vaya a ser que algún iluminado quiera volver a enredar con la posibilidad de hacer un centro hospitalario en la Illa de Tambo para hacer su particular autopista del mar entre As Corvaceiras, Campelo, Tambo y Marín.

El BNG está entrando en un nuevo proceso de descomposición al que la Unión do Povo Galego (UPG) asiste impasible

Malos tiempos para... el BNG

En pleno auge de la movida musical española, desde Galicia, el desaparecido Germán Coppini cantaba con Golpes bajos el tema Malos tiempos para la lírica. En aquellos años, los ochenta, el nacionalismo se abría camino en las instituciones y ahora en el Siglo XXI, el tema incluido en su primer disco, editado en 1983, vuelve a acompañar al BNG porque ahora, como dice la canción corren malos tiempos y da la sensación de que la formación nacionalista está entrando en un nuevo proceso de descomposición al que la Unión do Povo (así se escribía en 1963) Galego (UPG), asiste impasible.

Si hace una semanas Carlos Aymerich anunciaba su marcha, ahora Carme Adán rechaza encabezar la lista por Pontevedra por coherencia y porque es consciente de los resultados cosechados el pasado 20D.

Otro que también lo deja es Jorquera, aunque en su caso dice que por cansancio y agotamiento, pero también algún que otro alcalde está pensando en abandonar el BNG ante la deriva en la que entienden se encuentra la formación nacionalista.

Difícil papeleta la de la recién elegida portavoz nacional, Ana Pontón, y la de los que decidieron aplazar el debate sobre su refundación pese a los malos resultados cosechados en las últimas elecciones municipales y generales a causa de la irrupción de las Mareas. Una amalgama de siglas que ha sabido ganarse a los jóvenes, a los descontentos y a los que, como sucedía con don Manuel, solo quieren votar a los de Beiras.

EL RINCÓN DE... GONZALO ADRIO BARREIRO (Pontevedra, 1919)

Es un hombre de bien que ha luchado durante toda su vida por reparar la memoria de los inocentes qué fueron paseados o fusilados a causa del odio de unos pocos sin saber de que se les acusaba en consejos de guerra que eran una auténtica farsa y que envolvían de aparente legalidad aquellos asesinatos, entre ellos el de su hermano Pepe, un suceso que le marcó tanto que aparcó su vocación de historiador para estudiar Derecho. Toda su vida la dedicó a reparar y recuperar la memoria histórica y ya jubilado escribió Sin odio, sin rencor pero el recuerdo vivo.

Como abogado, en 1946 participa en la organización clandestina Unión de Intelectuales Libres, por lo que fue detenido en 1947. Junto a otros dieciséis intelectuales pontevedreses, entre los que se encontraban Torrente Ballester, Manuel Cuña, José Filgueira, Antonio Odriozola y Alfonso Zulueta, funda en 1965 el Ateneo de Pontevedra.

A finales de los 70 se afilia al Partido Socialista Popular del carismático Tierno Galván, siendo proclamado presidente del PSP en Galicia en 1977. Tras la fusión con el PSOE, Gonzalo Adrio es elegido diputado en el Parlamento de Galicia en 1985.

Dos años después encabeza la lista de los socialistas a las municipales y, al final del mandato, en 1991, da un paso atrás y se dedica a su profesión y a escribir.

Además de sus memorias, también escribió La vida municipal en la II República.

Su trayectoria vital y profesional se ha visto jalonada por un buen número de reconocimientos. En 2004 recibió el Premio Ciudad de Pontevedra, en 2010 fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en el trabajo y en 2011 recibió el Premio Pontevedrés de Honor, que otorga Diario de Pontevedra.

Gonzalo Adrio Barreiro es y será para muchos pontevedreses un ejemplo a seguir.

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