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Pásame con Domínguez

Lunes
Rafa Domínguez y Gerardo Pérez Puga comparecieron ante los medios esta mañana para denunciar una serie de nuevos contratos y adjudicaciones del Concello de Pontevedra que, a su juicio, parecen constituir algún tipo de delito todavía inexistente en el código penal. Y digo yo que así debe ser porque, de lo contrario, la documentación recabada tras semanas de duro escrutinio debería ser presentada ante un juzgado y no en sala de prensa. "También estamos estudiando una serie de contratos mucho más complejos en los que detectamos no solo situaciones anómalas, sino posibles irregularidades", anunció el líder y portavoz de los Populares en un avance de lo que, al parecer, todavía está por venir. Eso sí ya sería otra cosa pero, al menos de momento, trataremos de hacer algo de pan con la harina que tenemos.

Martes
A nadie debería sorprender que el principal partido en la oposición se comporte como lo que es: el principal partido de la oposición. Fiscalizar la acción de gobierno entra dentro de sus atribuciones y uno -como ciudadano, pero también como comentarista de la actualidad- se queda mucho más tranquilo sabiendo que cada cual asume su rol dentro de la política local. Uno de los grandes mantras del BNG en los último meses consiste en acusar a los concejales populares de no trabajar lo suficiente, apreciación que repiten con cierta asiduidad tanto en los plenos como en sus declaraciones ante la prensa. Pues bien: al final ha resultado que sí trabajan. Y mucho, a juzgar por el volumen de información recabada y el número de contratos revisados.

Miércoles
Desde un punto de vista estratégico, la acción de Domínguez y compañía podría funcionar. "Atacar, atacar, atacar… Nunca defender", repite constantemente Roger Stone, uno de los asesores políticos más controvertidos de los Estados Unidos en las últimas décadas. Trabajó para Richard Nixon -lleva su cara tatuada en la espalda-, Ronald Reagan y finalmente para Donald Trump, que se apoyó en las llamadas Reglas de Stone para construir su imagen política, derrotar a Hillary Clinton en 2016 y sentar su enorme culo en el Despacho Oval de la Casa Blanca. "Todo lo que sea de dominio publico es susceptible de ser criticado", dice otro de sus principales mandamientos. Y en esas parece estar Domínguez, que a buen seguro se habrá visto más de una vez el documental Pásame con Roger Stone, medio escondido para el gran público en el interminable catálogo de Netflix.

Yo no sé cómo acabará todo esto pero la cosa pinta bastante mal

Jueves
A la espera de conocer esas posibles irregularidades en algunos contratos del Concello avanzadas por Domínguez y Puga el pasado lunes, todo lo que tenemos sobre la mesa hasta ahora no son más que una serie de insinuaciones incómodas y alguna que otra china -o chinita- en el zapato del BNG, nada ilegal pero sí discutible, como el dinero que habrían recibido Galiza Nova y Galiza Sempre en concepto de publicidad o la recurrente contratación de Kiko da Silva para diseñar los carteles del carnaval pontevedrés. Todo lo demás, pero muy especialmente el tema de las actuaciones musicales contratadas a personas afines, no es más que un envoltorio ruidoso que busca un solo objetivo: crear un estado de opinión que se pueda asimilar con facilidad, por eso lo repiten una y otra vez cuando, de haber algo reprobable o denunciable, no sería precisamente esto. ¿O acaso no pueden -o no deben realizar ningún tipo de trabajo para el Concello cualquier persona vinculada de alguna manera al BNG? Imaginen que mañana, por ejemplo, Carme Fouces se liga a Lenny Kravitz. O que Mosquera se casa con Shakira en segundas nupcias, yo qué sé… ¿No tendría su gracia que eso les incapacitara para actuar en las próximas Peregrinas? A Lenny Kravitz y a Shakira, quiero decir, que aquí hay que explicarlo todo.

Viernes
Yo no sé cómo acabará todo esto pero la cosa pinta bastante mal. A falta de algo sustancial que justifique tanto ruido, las denuncias de los Populares tienen un componente de carácter personal y esas cosas suelen tener muy mala cicatrización. Les puede salir bien electoralmente, eso lo dirán las urnas dentro de dos años, pero también corren el riesgo de perder gran parte de su encanto, de esa centralidad en la que se ganan las elecciones, si la gente entiende que no hay mucho más en sus denuncias que malas intenciones. "El público poco sofisticado no suele distinguir entre política y espectáculo", reza otra de las sentencias aplicables de Stone a la actualidad local. Pues bien: no conozco un publico más sofisticado que el de Pontevedra, por eso siempre intento colar en estas páginas algunas referencias exóticas y las correspondientes conclusiones que, demasiado a menudo para lo que debería resultar aconsejable, no suelo entender ni yo. 

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