Lunes
Parece que no se habla de otra cosa en la ciudad que no sea el corte de la calle Reina Victoria, de nuevo en boca de todos aunque por motivos bien distintos a los de antaño. Sus detractores, como en los primeros días de la peatonalización, hablan de imposición y falta de consenso, una argumentación que no carece de solidez pero que invita a pensar que el cambio de modelo llegó a Pontevedra gracias a la negociación colectiva, no al empeño casi cerril de un puñado de concejales que gobernaban en franca minoría: a Cesáreo lo que es de Cesáreo y a Dios lo que es de Dios.
Martes
Sin tiempo para que se adapten los flujos de tráfico -y el comportamiento de los estudiantes del Sánchez Cantón- resulta imposible emitir un juicio válido sobre la conveniencia o no del corte decretado en Reina Victoria, una polémica que puede terminar con la llegada del tantas veces anunciado apocalipsis o en nada, como tantas otras veces. Sin embargo, hay otro punto caliente dentro de la ciudad donde ese mismo paso del tiempo invita a la protesta diaria, fea, fuerte y formal, que diría Loquillo: el aparcamiento disuasorio del Pabellón de los Deportes. Esta misma semana, sin ir más lejos, Rafa Domínguez se desplazó hasta allí para grabar uno de sus conocidos vídeos-protesta y casi lo atropella una furgoneta, lo que nos da una idea del pequeño Vietnam en que se ha convertido aquello. ¿Se imaginan que la primera víctima mortal por atropello en la Pontevedra peatonaliza fuese el líder de la oposición? ¿Y en un aparcamiento disuasorio dejado de la mano de dios, además? No se me ocurre otro proyecto en la ciudad capaz de poner a tanta gente de acuerdo por urgente y necesario.
Miércoles
Hablando de proyectos capaces de aglutinar apoyos: no fueron malas las sensaciones que dejó el Pontevedra C.F. en su amistoso contra el todopoderoso Deportivo de La Coruña, o al menos eso cuentan los pocos cronistas que tuvieron la posibilidad de ver el partido. Yo no sé en qué momento concreto podremos volver a los estadios -incluso puede que no volvamos nunca- pero bien harían Lupe Murillo y los responsables del club en trabajar sobre las alternativas necesarias para no privar a Charles del que, sin duda, sería su mejor socio en el ataque de los granates: Rafa Córdoba.
Jueves
Algún día -él ya estará muerto y yo también, afortunadamentea Rafa tendrán que dedicarle un mural como el que Yoseba Muruzábal ha comenzado a preparar en homenaje a la Señora Lola en la Plaza Rafa Cabeleira (consulten Google Maps): el único mito en la historia del Pontevedra que se podría codear con Don Eduardo Dapena Lis, Cholo. Para una ciudad como la nuestra, en la que tanto abundan esas paredes insufribles cubiertas con uralita, el mural artístico debería ser la principal solución estética e incluso uno de nuestros grandes reclamos turísticos… ¡Será por personajes ilustres a los que homenajear! El próximo que se proyecte, elijan ustedes la situación, debería recordarnos a todos los pontevedreses que un día, no hace mucho tiempo, caminó entre nosotros el gran Sabino Torres.
Viernes
Dicen mis amigos que nada me gusta más en los últimos tiempos que un buen estado de alarma, de ahí que no haya podido resistir la tentación de venirme a Madrid y seguir muy de cerca esto que se ha dado en llamar La venganza de Don Pedro. En realidad, o al menos en estas primeras horas, las calles se parecen bastante al Madrid de siempre, con la gente paseando, practicando deporte, haciendo compras, charlando en las terrazas… Esa falta de libertad por la que claman en redes sociales personajes tan dispares como Santiago Abascal, Carmen Lomana, Luis Figo o Cayetana Álvarez de Toledo no se advierte por ningún lado salvo que se refieran a la libertad de hacer lo que les de la gana, sin importar el bienestar de los demás. Ustedes todavía no lo saben pero, mañana mismo, a primera hora, el consejero de justicia de la Comunidad de Madrid criticará el estado de alarma diciendo algo así como: "No protege a Madrid sino al resto de España". ¿Comprenden ahora la filosofía?
Sábado
Si todavía sigue usted preocupado por los pobres habitantes de Madrid -madrileños, madrileños hay tres docenas contadas, no más debe saber que están combatiendo la represión socialista como buenamente pueden: yendo al H&M, comiendo en el Five Guys, comprando lotería en Doña Manolita, tomando litronas en el 2 de Mayo… "De momento vamos aguantando pero que Mosquera abra Reina Victoria al tráfico de una vez o no respondemos", imagino que me dice un líder comunal a la tercera cerveza, confortablemente instalado en un balcón a pie de calle. "Niño, tráete otra Mahon", le grito a mi anfitrión pasadas las doce. Es lo mejor que tiene esta ciudad, ya lo decía Sabina: a los cinco minutos eres de Madrid.
