Blog | Comanchería

Escraches, demonios e ilusión

Charles, durante un momento de su presentación.JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Charles, durante un momento de su presentación.JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Lunes:

A Yolanda Díaz y Juan Carlos Monedero los han escracheado este fin de semana de manera lamentable. En el caso de la ministra, la turba justiciera que la esperaba a las puertas del Ayuntamiento de Toledo se permitió el lujo de insultarla e intentar agredirla "en defensa de la cultura": claro que sí, ancha es Castilla. Sobre las reacciones posteriores de nuestra clase política, que fueron desde el "condenamos pero" al "nuestros escraches sí eran legítimos", convendría correr un tupido velo y no entrar ni a valorarlas: demasiado tiempo hemos perdido ya con los relatos partidistas de personajes que encontraron en el servicio público una oportunidad pintiparada de servirse, únicamente, a sí mismos.


Martes:

No ha pasado ni un mes desde la jornada electoral que proporcionó a Núñez Feijóo su cuarta mayoría absoluta y el socialismo gallego, en especial aquel que suele hacer uso de las redes sociales como terapia, sigue sin coger el tono a una realidad que le pasó por encima como una apisonadora. La autocrítica, tan recomendable cuando no has sido capaz de articular un proyecto político que ilusione a tu propio electorado, no digamos ya al de los otros, ha sido sustituida por una suerte de patada a seguir en la que Alfonso Rueda aparece como diana principal de la furia desatada entre los puños y las rosas. Después de pasearse por Galicia repitiendo una y otra vez el nombre de Feijóo como si fuera el demonio -en Pontevedra, sin ir más lejos, Caballero citó a su oponente en 24 ocasiones-, los socialistas 2.0 parecen haber decidido que el principal error de la campaña fue no insistir más en el de Rueda: por fin vemos señales del prometido cambio.


Miércoles:

Para seguir defendiendo el uso de la hidroxicloroquina como tratamiento preventivo contra el covid-19, Donald Trump decidió citar y compartir esta semana las opiniones favorables de la doctora Stella Immanuel: el hambre y las ganas de comer. La médica camerunesa, afincada en Texas, es famosa por sus controvertidos comentarios en redes sociales donde ha llegado a señalar al sémen de demonio y a las relaciones sexuales con extraterrestres como principales vehículos transmisores de la enfermedad, una afirmación discordante pero aprovechable desde un punto de vista político: daría la razón a quienes desaconsejaron el uso de mascarillas y optaron por el sufrido y tantas veces denostado condón.


Jueves:

Como espectadores de la actualidad, tenemos de aquí hasta septiembre para ir preparando la moción de censura que Santiago Abascal piensa presentar en cuanto regrese de las vacaciones y recupere la acidez. A Vox, como en su día sucedió con Podemos, los jalean y oxigenan sus rivales políticos y mediáticos más que sus potenciales apoyos, una anomalía muy poca anómala cuando el tacticismo electoral sustituye a la responsabilidad y el idealismo. Bien haría Casado -y todo parece indicar que así lo hará- en dejar pasar el entierro frente a su casa y esperar a tiempos de carnaval, que nada se gana en el luto y poco en la cría de cuervos: al final, de una manera u otra, siempre terminan intentando sacarte los ojos.


Viernes:

Vuelve Charles a Pontevedra, una noticia fantástica para los aficionados al fútbol de la ciudad y una muesca considerable en la desportillada culata de Lupe Murillo, que llevaba años acumulando tiros al aire y peleas de salón. A nivel deportivo, saldrá cara o cruz, eso nadie lo puede garantiza al cien por cien, pero como golpe de timón -e invitación a la ilusión- se me ocurren pocos movimientos mejores que este, a no ser que decida Lupe recuperar también a Casablanca: ¡nunca tan divertida fue esta ciudad como en los tiempos en que David dominaba la banda izquierda de Pasarón y el carril central de la calle Charino!

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