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Pilar, Pili, Piliña

La concelleira Pilar Comesaña, en las Conversas na UVI. RAFA FARIÑA
photo_camera La concelleira Pilar Comesaña, en las Conversas na UVI. RAFA FARIÑA

Lunes

La normalización del fascismo ha sacado del armario a una subespecie que, al menos en Europa, creíamos silenciada por pura vergüenza, incapaces de mostrar sus paranoias en público y abocados a quemar todas sus naves en el ámbito de la intimidad. Todos conocemos a alguno, gente que disfrazaba su homofobia o xenofobia de chistes de Arévalo, comentarios de barra de bar y el muy recurrido "los políticos son todos iguales". Ahora, en cambio, se sienten amparados, reforzados en su estulticia por formaciones políticas de nueva generación y famosillos con el cerebro frito por las drogas, la ignorancia, o las dos cosas a la vez. Los reconocemos porque reclaman libertad para cercenar la de los demás, se rebelan contra el feminismo desde el machismo más rancio y, últimamente, salen a manifestarse contra las vacunas o la redondez de la tierra. Ya no son vecinos inadaptados, borrachines, ni graciosillos de Facebook, no: ahora son peligrosos y convendría dejar de reírles las gracias antes de que alcancen el poder suficiente para borrarnos la sonrisa a todos.

Martes

La relación de los políticos con las redes sociales es una de esas simbiosis que merecerían un estudio de alguna universidad sin nada mejor que hacer. Aquí, en Pontevedra, tenemos el ejemplo Guille Juncal, que como buen millennial las sabe utilizar para lo importante: presumir de cuerpo joven, atardeceres en la playa y criticas afiladas hacia Tino Fernández o Pedro Sánchez. Sin embargo, el político que más me llama la atención es Pablo Echenique, el portavoz de Unidas Podemos y de la España que lo pasa mal, que no llega a fin de mes, que no puede pagar el recibo de la luz, conciliar o expresarse en libertad. Sus tuits son -casi siempre- acertados, auténticos tratados del estado del bienestar y faros en la noche de oscuridad más extrema: ojalá su partido consiga entrar alguna vez en el Gobierno para, de una vez por todas, dejar el dichoso Twitter y comenzar a cambiar las cosas.

Miércoles

Es posible que, a esta hora, querido lector, se sienta usted defraudado con su periodista deportivo de cabecera, el mismo que le aseguró que Kylian Mbappé jugaría esta temporada en el Real Madrid porque Florentino Pérez es el elegido de dios en la tierra y sus tentáculos son tan largos que hasta el emir de Qatar se le pone al teléfono cuando se levanta flamenco: no se preocupe, nos ha pasado todos. Por alguna razón que no viene al caso, en esto se ha convertido una parte demasiada importante del periodismo deportivo en España: un órgano de propaganda que no escatima en mentiras, filtraciones interesadas y descalificaciones al disidente a la mínima oportunidad. Por la parte que me toca, pido perdón y les regaló una pequeña recomendación: presten más atención a los periodistas de provincias, a los muchos y buenos que tenemos en el Diario de Pontevedra siguiendo al Pontevedra CF, al Teucro, al Cisne, al Arxil, al Peixe Fresco... Y no dejen de ver cada día los espacios deportivos del TVG, todo un oasis de información y buena praxis en medio de tanta cara de cemento armado.

Jueves

Los programas de radio y televisión comienzan a presentar sus nuevas incorporaciones para el curso que comienza y, destacan, por encima de todo, la presencia de políticos con pedigrí como Pablo Iglesias, Carmen Calvo, Ávalos, Margallo o Esperanza Aguirre. Sinceramente, creo que prefería todo aquello de las puertas giratorias y los retiros dorados: hacían menos ruido.

Viernes

Todos deberíamos tener una madre, una abuela o una amiga como Pilar Comesaña. Hay personas que pasan por la vida sin aprender nada y hay otras que no le perdonan ni un minuto al día para empaparse de todo y retorcerse, luego, como un paño mojado para regar con sus experiencia a los demás. Pilar, Pili, Piliña, es de esas sin pretenderlo, que es la prueba del algodón para separar a los tristes de los vivos. Quedamos a comer con ella y le regalamos dos libros metidos en sendos sobres, una idea que la hace saltar de la silla como si estuvieran llenos de dinero y en la libreta de contabilidad apuntásemos la entrega a nombre de P.Comesana, con ene. "Ay, non. A min non fai falla que me fagades regalo ningún", nos dice muy seria. Escúchame una cosa, Pilar, Pili, Piliña: el regalo eres tú.

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