Blog | Comanchería

Pinchadiscos

Miguel Anxo Fernández Lores y Rafa Domínguez (en primer término), durante un Pleno municipal. DAVID FREIRE
photo_camera Miguel Anxo Fernández Lores y Rafa Domínguez (en primer término), durante un Pleno municipal. DAVID FREIRE

Lunes

Cuando todo esto termine, y si la suerte acompaña, una de las primeras cosas que pienso hacer es zamparme entero un pleno municipal: nada de llegar a las once y escaparse a las doce para ir a testar la opinión de Petete, como era costumbre y casi obligación. Hay algo hipnótico en el aburrimiento burocrático, una especie de magnetismo afectivo que uno no percibe del todo hasta que lo pierde. No es casual, por tanto, echar la vista atrás y recordar la belleza que encerraban los pequeños detalles, aquel vergel de modos y costumbres que por entonces nos parecían una sucesión de refritos, una especie de Cachitos en clave municipal: las gafas de Lores colgando peligrosamente de la punta de su nariz, la retranca de Carme Da Silva, los tifos de Oubiña, la perplejidad de Domínguez, las pulseras de Pepa Pardo, las homilías del padre Demetrio y el hermano Puentes, el entusiasmo juvenil de Guille Juncal y Goyo Revenga... Éramos muy felices y no lo sabíamos, seguramente porque la política local consiste un poco en eso: en parecer enfadados todo el tiempo para tener contento -y atento- al electorado.

Martes

Partido Popular y PSOE están siendo víctimas de una dicotomía difícil de gestionar: son gobierno en algunos sitios y oposición en otros, de ahí que los mensajes de algunas de sus voces más destacadas siempre encierren profundas contradicciones. Toda la lealtad institucional que se reclama en unos casos, salta por los aires en cuanto es necesaria aplicársela a uno mismo. Así es muy difícil resultar creíble, no digamos ya ejemplar. Es algo a tener muy en cuenta porque, mientras la ciudadanía arrima el hombro y resiste, en algunos casos rozando el heroísmo, muchos de nuestros políticos se dedican a practicar el desgaste, el tacticismo electoral, algo que será penalizado a la primera oportunidad, que nadie tenga la menor duda: la empatía, aunque a veces no lo parezca, es un arma poderosa e inescrutable.

Miércoles

Los miembros de la corporación municipal del PP han anunciado que donarán el 30% de su sueldo para la lucha contra la Covid-19. A mí entender es un gesto que les honra, aunque en estos casos siempre se puede extender una sombra de duda sobre la decisión de publicitarlo. La medida fue contestada al día siguiente por Carmela Silva quien, textualmente, dijo: "Nós tamén fixemos as nosas doazóns pero decidimos non publicitalas". Supongo que la siguiente referencia estará ya muy manida pero no encuentro otra que refleje mejor el desacierto mayúsculo que, a mí entender, han supuesto sus palabras: "¡Ay, Carmela!".

Jueves

Me gusta de Pedro Sánchez esa capacidad suya para apelar a las emociones, a la parte sentimental del ciudadano, a la piel. Se le da especialmente bien mostrarse cercano y sus discursos están construidos, en gran parte, para eso. Hoy, en el pleno de control celebrado en el Congreso, lo ha demostrado una vez más mientras la respuesta de la oposición volvía a quedar impregnada de cierta insolidaridad, de disculpas impropias y propuestas vacías, incapaz el líder del Partido Popular de mirar al frente y no a su derecha, donde hace tiempo que perdió una partida que se empeña en seguir jugando. Más allá de su buena voluntad, la mejor noticia para el PSOE de Sánchez sigue siendo la escasa altura de miras de un Casado convencido de que, su única posibilidad de llegar a presidente, pasa por hacer caer cuanto antes al Gobierno, aún a costa del país.

Viernes

"El hombre que besa a una mujer bonita mientras conduce su coche y no lo estrella es que no le está dando al beso la importancia que se merece", decía Albert Einstein. A fin de cuentas, la genialidad y el machismo no siempre resultan condiciones excluyentes, supongo.

Sábado

Son las tres de la tarde y Xabier Fortes todavía no nos ha mandado las fotos de lo que haya decidido cocinar hoy. Lo cierto es que va haciendo sus progresos —no le vamos tampoco a negar la intención— pero si algún día decide dar por terminada su andadura en el periodismo, bien haría en no decantarse por la hostelería como medio de vida. "Hoy a cuatro fuegos", nos anunciaba vacilón el otro día, adjuntando una fotografía en la que se podían ver dos tarteras y una sartén llenas de elementos indeterminados. Siempre he pensado que Xabi, en el fondo de su corazón, tiene alma de pinchadiscos: ojalá no se queme los dedos.

Comentarios