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"Pontevedra habla"

Vista de la Praza da Ferrería desde las escalinatas de San Francisco. RAFA FARIÑA
photo_camera Vista de la Praza da Ferrería desde las escalinatas de San Francisco. RAFA FARIÑA

"QUÉ BONITA está Pontevedra", dijo Xabi Fortes nada más sentarse en la terraza del Savoy. Había sido un día ajetreado para el presentador de Los Desayunos, protagonista de una divertida inocentada que lo coronó como el sucesor de Miguel A. Fernández Lores y próximo candidato del BNG a la alcaldía. Allí lo esperaba un Gerardo Lorenzo que no pudo menos que asentir y darle la razón en silencio, elegante hasta el extremo de no necesitar palabras para declarar, una vez más, su amor desmesurado por esta ciudad. "¿Qué sabemos de Rodrigo?", preguntó entonces Xabi. Y de nuevo, sin necesidad de mediar palabra, clavaron ambos la mirada en la estampa magnífica de San Francisco, de sus árboles iluminados y su fuente de cuento danés, como si contemplando a Pontevedra encontraran respuesta al misterio de dónde carallo andaba Cota.

Llegó tarde el escritor, con toda su humanidad a cuestas y liando pitillos a una mano, que es como nuestro compañero se imagina las futuras crónicas de la ciudad. Venía, o eso nos contó, de dejarse saludar por las autoridades en la gala de los Premios HQR! 2018, que se celebró en la carpa situada junto al Centro Galego de Tecnificación Deportiva. Allí estaban, entre otros, su adorada Ana Pastor que, unos meses atrás, lo sacó a pasear por Madrid ante la mirada atónita de la prensa capitalina, muertas de envidia las principales firmas de la corte porque un corresponsal de provincias centrara las atenciones de la Presidenta del Congreso. "¿Pero quién demonios es ese tío?", me aseguran que preguntó una malhumorada y prestigiosa redactora, con todos sus galones de generala tintineando de envidia. Ojalá estuviese yo allí para contestarle que, ese tipo de preguntas, se responden solo con admirar cualquier rincón de Pontevedra.

Lorenzo, Fortes y Cota forman el grueso de una tertulia muy particular que se reúne cada cierto tiempo para poner en orden los asuntos de la ciudad y, si el tiempo lo permite, los del país entero. A estos hay que sumar a Ramón Rozas, Adrián Rodríguez y Manuel Jabois como "la artillería necesaria para que la caballería pueda brillar", ya lo decía Napoleón. Se hacen llamar los Huevos fritos porque el bendito alimento suele presidir las reuniones a modo de séptimo tertuliano, acaso el más importante, y las malas lenguas aseguran que si usted se los encuentra, como al Equipo A, quizás pueda contratarlos. Los une –lo sé-, por encima de otras muchas cosas, una admiración inagotable y reverencial por la figura de Sabino Torres, que siempre está presente en sus corrillos como un faro al que todos miran cuando ni la mismísima Pontevedra se deja preguntar.

"¡Qué bonita está Pontevedra!", volvió Fortes a la carga, esta vez con visibles signos de admiración, consciente de su gozo pasajero por el próximo regreso a las entrañas del imperio. Paseaban por las calles del casco antiguo como caballeros de otro tiempo, sin necesidad de mirarse a la cara y con los brazos recogidos a la espalda, todos a excepción de Cota que seguía escribiendo pitillos y embelleciendo, a su manera, la ciudad. Explicaba Julio Camba que era así, liando tabaco y bebiendo mucho café, como se hacía un buen periódico y por eso empieza a resultar sangrante la deuda del premio que lleva su nombre con nuestro mejor cronista. A la última entrega del galardón, precisamente, acudió este humilde becario en compañía de un Gerardo Lorenzo que se rindió al talento de Ricardo F. Colmenero rellenando su felicitación con atractivos silencios, como es costumbre en él. Porque Lorenzo es Pontevedra y así es como habla esta ciudad a quien la quiera escuchar: sin necesidad de articular palabra, dejándose saborear. "Qué bonita está…". ¡Que sí, Xabi, que sí! Está bien bonita, sí.

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