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Presuntas peligrosas

Presentación en Pontevedra del foro As mulleres que opinan son perigosas. DEPUTACIÓN
photo_camera Presentación en Pontevedra del foro As mulleres que opinan son perigosas. DEPUTACIÓN

Lunes:
La policía alemana cree que Madeleine McCann murió al poco de desaparecer y señala, como principal sospechoso del crimen, a Christian Brueckner, un pedófilo al que relacionan con hasta seis casos de la misma naturaleza. La noticia, de confirmarse, vendría a recordarnos el escaso valor de nuestras opiniones y la facilidad con la, en ocasiones, emitimos juicios sumarísimos en base a ciertas informaciones. Una de las teorías que en su día hizo fortuna fue la insinuada por Gonçalo Amaral. El policía portugués, primer responsable de la investigación, no tuvo ningún reparo en asegurar ante las cámaras que la niña había muerto en algún tipo de accidente doméstico y que sus padres escondieron el cuerpo. Lo dice, por ejemplo, en un documental de Netflix que, visto con la perspectiva que ofrecen las últimas investigaciones, bastaría para declarar a una buena parte de la raza humana como un caso perdido, yo incluido.

Martes:
La Fiscalía del Tribunal Supremo ha asumido la investigación sobre los presuntos pagos de comisiones ilegales por la adjudicación del AVE a La Meca, un asunto bastante espinoso porque en el centro mismo de la supuesta trama se encuentra el rey emérito, Don Juan Carlos de Borbón. La noticia, que por sí ya es bastante jugosa, se ha servido en diferentes medios aderezada con encuestas sobre el apoyo de los españoles a la monarquía o la república, según el gusto, y con resultados dispares. Los medios conservadores aseguran que nunca tanto apoyo obtuvo la familia real en este país mientras algún otro dice exactamente lo contrario, una prueba más de que en España reaccionamos tarde y no solo ante el COVID-19: para tocar algunos periódicos, ya eran necesarias las pinzas mucho antes de que se desatara la pandemia.

Miércoles:
La turba mediática ha encontrado un nuevo sonajero que agitar hasta que la realidad ponga las cosas en su sitio, en este caso, la investigación abierta por la llamada “causa del 8-M”. Más allá de las implicaciones judiciales, no deja de resultar curioso que nadie la llama “causa del fútbol”, “causa del concierto de Isabel Pantoja” o “causa del transporte público”, entre otras cosas porque la intención primera de la misma es bien visible: criminalizar el movimiento feminista y hacerlo responsable de las miles de muertes que la enfermedad ha dejado en España. Una cosa es afirmar que el Gobierno reaccionó tarde -que lo hizo- y otra muy distinta pretender hacerlo pasar por una especie de Movimiento Lila Asesino que optó por expandir el virus a conciencia y con la colaboración, siempre inestimable, de las mujeres: no le funcionó a Dios en el Génesis y no funcionará ahora.

Jueves:
Creo que fue Felipe González el que dijo aquello de que los expresidentes del Gobierno son una especie de jarrones chinos con los que nadie sabe qué hacer y los hechos parecen empeñados en darle la razón. Él mismo se empeña, de hecho, en darse la razón, y hoy mismo ha vuelto a demostrarlo con unas declaraciones que destilan rencor e impotencia a partes iguales. Caso distinto es el de José María Aznar. Y no por su utilidad actual o no, que es casi un oximoron, sino por las imágenes tan peculiares que nos deja, la última ataviado con un pareo lila y camiseta blanca, una especie de yogi conservador camino del último concierto de Rosalía en Coachella. No deja de tener su gracia en un hombre que nunca ha tenido ninguna, ¿verdad?

Viernes:
Pontevedra volverá a acoger una de las citas culturales más importantes de cuantas se celebran en la ciudad, esta vez a través de las pantallas de nuestros dispositivos por razones evidentes : ‘As mulleres que opinan son perigosas’. Todavía me acuerdo de la primera vez que Susana Pedreira y Diana López Varela me explicaron su proyecto, indignadísimo porque, para un congreso de columnistas que se iba a celebrar en la ciudad, no iba a ser invitado. Menos mal que el feminismo no es excluyente y a todo el mundo le gusta tomarse el vermut en las plazas de una ciudad como Pontevedra, una tradición que este año habrá que trasladar al formato virtual porque, al menos este que firma y gimotea, se niega a no poder escenificar su profunda admiración por las invitadas y, claro está, por las organizadoras del evento.

Sábado:
“Abrázame hasta que vuelva Messi”, reza una de mis pintadas favoritas, quizás la única que puede competir con aquella tan famosa de nuestra zona monumental, ahora medio olvidada: “Aquí vivió el vecino de Valle-Inclán”. Espero que tomen nota Quique Setién, mi madre y los responsables de patrimonio del Concello.

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