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Murakami Blues

El escritor Haruki Murakami logra el Premio Princesa de Asturias de las Letras tras la decisión de un jurado del que forma parte el director de la editorial Kalandraka, Xosé Ballesteros
El jurado del premio Princesa de Asturias de las Letras, entre cuyos miembros se encuentra Xosé Ballesteros. FOTO J.L. CEREIJIDO (EFE)
photo_camera El jurado del premio Princesa de Asturias de las Letras, entre cuyos miembros se encuentra Xosé Ballesteros. FOTO J.L. CEREIJIDO (EFE)

EL miércoles se dio a conocer el ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras que tras el Premio Nobel es el más prestigioso de la literatura mundial y alrededor del cual se suele crear una enorme expectación que se refrenda con la nómina de vencedores, autores y autoras, de una extraordinaria calidad que nos emociona a los que hacemos de los libros un refugio habitual y una necesidad vital.

En esta ocasión no será menos, ya que el jurado de dicho premio ha hecho recaer ese reconocimiento en el escritor japonés Haruki Murakami, uno de esos nombres que han estado siempre a las puertas de ambos reconocimientos, llegando a acumular a su alrededor un aura de perdedor e incluso de eterno segundón que ha dado motivo a no pocas chanzas. Si la Academia Sueca no ha sido capaz de frenar esa afrenta, el jurado asturiano sí que lo ha logrado, dando así, una vez más, muestra de que un escritor popular, que vende millones de libros, también puede ser creador de una literatura llena de virtudes y merecedora de los máximos reconocimientos.

Hace tiempo que no leo uno de sus libros, lo hice de manera casi frenética con Tokio Blues y After dark, novelas de las que guardo un magnífico recuerdo, pero toda esa condensación de odios y menosprecios agotaron de manera imperdonable mis deseos de seguir leyendo una obra con un ritmo propio, en la que se asomaban toda una serie de temas reveladores de nuestro tiempo, con independencia de su país de origen, al tratarse de cuestiones inherentes al ser humano. El propio jurado destaca en su acta "su capacidad para expresar los grandes temas y conflictos de nuestro tiempo, como la soledad, la incertidumbre existencial o la deshumanización en las grandes ciudades", a todo ello le uniría la capacidad de generar una atmósfera muy personal, capaz de envolver al lector a las primeras de cambio, y de trasladarlo a una dimensión muy diferente de la que nos podemos encontrar en nuestra cotidianeidad, y todo ello con ingredientes tan apasionantes para los amantes de la cultura como la literatura norteamericana, con Carver como gran referente, y el inmenso Kafka oteando en la distancia; y la música, especialmente el jazz.

Sus libros, editados en castellano por Tusquets, que ya anuncia para la próxima primavera la publicación de su nueva novela, La ciudad y sus muros inciertos, y en gallego por Galaxia, con varios títulos ya publicados, son inquilinos habituales de nuestras estanterías y una de las pocas compañías procedentes del lejano Oriente, lo que les concede también un carácter muy particular y necesario para enriquecer cualquier biblioteca. Esa conexión con Galicia a través de sus libros editados por Galaxia, se prolonga también con la concesión del Premio Arzobispo San Clemente en 2009 por Kafka en la orilla, y que él mismo vino a recoger a Compostela, al Instituto Rosalía de Castro, algo no muy habitual en quien no suele prodigarse de manera pública.

Con la concesión del Princesa de Asturias también le sumamos una pizca más de galleguidad a Haruki Murakami al encontrarse entre los miembros del jurado Xosé Ballesteros, el director de la pontevedresa editorial Kalandraka y que no deja de actuar una y otra vez como embajador de lo mejor de esta ciudad por todo el mundo. Un jurado en el que es la sexta vez de la que forma parte, desde el año 2015, y que curiosamente, manejando documentación de aquella cita, ya tenía entre sus favoritos a Haruki Murakami, junto a nombres como los Ian McEwan o Richard Ford, que lo lograría al siguiente año. Qué Xosé Ballesteros se encuentre en ese jurado entre nombres como los de Leonardo Padura, Lola Larumbe, José María Pou, Anna Caballé, Juan Mayorga o Juan Villoro es otro de los grandes méritos de este premio que por fin interpreta el Murakami Blues.

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