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El voto de Pilar

Pilar Comesaña presidió la mesa de edad y protagonizó la anécdota de la sesión. RAFA FARIÑA
photo_camera Pilar Comesaña presidió la mesa de edad y protagonizó la anécdota de la sesión. RAFA FARIÑA

e l pleno de investidura prometía ser el más aburrido en décadas, pero no hay manera de que se celebre en Pontevedra una cosa normal. Todo estaba anunciado: el pacto entre el BNG y el PSOE con el voto en contra del PP era algo que se daba por descontado. También estaba prevista la presencia de los trabajadores de Ence, que iban insultando de forma más o menos acertada a los que pasaban por delante. Se cebaron con muchos, pero más con Anxos Riveiro, a saber por qué. Poca gente ha entrado en un Pleno con mayor dignidad que ayer Anxos Riveiro. A mí me llamaron piojoso, cabrón, vendido e hijo de puta. Lo de piojoso lo acepto con elegancia, pero lo otro me parece exagerado, qué quiere usted que le diga. También me lanzaron una inofensiva bola de papel, lo que me pareció muy propio. Menos mal que se dedican a fabricar pasta de papel, que si llegan a fabricar bolas de acero o granadas de mano la cosa se hubiera puesto seria. En fin, todo mi respeto a quienes defienden sus puestos de trabajo y el pan de sus familias, pero ninguno a la fábrica que tuvo 60 años para trasladarse y no quiso. Creo que los trabajadores de Ence se equivocan de enemigo.

Todos los concelleiros y concelleiras que tomaron posesión estaban muy pintureros salvo Demetrio. Demetrio llegó con una especie de chaqueta marrón, probablemente de pana, cortada por un sastre malintencionado. A quien tenían que haber llamado los de Ence cabrón y vendido es al sastre de Demetrio. Tiene Demetrio un concepto de las proporciones totalmente erróneo. Su chaqueta no sólo es indigna de un concelleiro, sino de cualquier mamífero bípedo que pueble este planeta. Uno puede ser del BNG si le da la gana, pero no debe salir de casa con esa chaqueta asimétrica y descompensada, con ese color absurdo y ese corte delirante. Los vecinos de Pontevedra merecemos un respeto. No puede uno ir a celebrar una victoria y una alianza vestido como un espantapájaros. Si no fuera porque conocemos su trayectoria y nos merece un respeto que se ha ganado como concelleiro y como persona, era para desterrarlo.

Fueron los del BNG protagonistas involuntarios del evento, sobre todo cuando Pilar Comesaña se equivocó y votó en blanco. Presidían la mesa la concelleira más joven, Comesaña y el más viejo, Guille Juncal, del PP. No se equivoque: Pilar es mucho más joven que Guille aunque podría ser su abuela. Cuando se hizo público el resultado un escalofrío silencioso dio paso a un murmullo inquietante, pues de los quince votos previstos a favor de Lores, los del BNG y los del PSOE, sólo había catorce. Dos personas habían votado en blanco y obviamente una de ellas era Goyo Revenga, de Ciudadanos, pero nadie sabía al principio quién era la otra. Todas las sospechas se dirigieron entonces al PSOE. Alguno de ellos o ellas, pensamos todos, no estaba conforme con el pacto y mostraba su desacuerdo votando en blanco.

Resultó que Pilar Comesaña, entre carcajadas, reconoció que no había escrito ningún nombre en la papeleta. Luego, tomando una caña, le pregunté a Guille Juncal, testigo directo, qué había pasado y me contó que como miembros de la mesa de edad Comesaña y él eran los últimos en votar. Juncal fue el penúltimo y como es buena persona le recordó a Comesaña que debía escribir el nombre de Lores antes de meter la papeleta en la urna, pero ella le contestó que ya se la habían preparado. Tan convencida estaba de que le habían carrexado el voto que ni se molestó en comprobarlo y por eso votó en blanco.

La mejor intervención fue la de Goyo Revenga, y lo explico. Antes de ser el único en votar a propósito en blanco, tuvo palabras de agradecimiento para Mosquera, del BNG, para Gonzalo Adrio, referente histórico del socialismo gallego y para el alcalde Rivas Fontán, que lo fue con tres siglas diferentes, entre ellas la del PP. Pues me saqué la gorra de la cabeza cuando habló, no porque su discurso fuera genial, ni su oratoria fuese refinada, que no lo era, sino porque apostaría todo lo que tengo, que es nada, a que ningún líder de Ciudadanos en España entera ha dedicado su discurso a reconocer a sus rivales. Ahí se ganó Revenga el respeto de los presentes. Pues eso puede ser lo que aporte en este mandato: dignidad, humildad y honestidad. Sería muy de agradecer y también hay que decir que ésa puede ser su arma, pues otra no tiene. Estuvo bien también Rafa Domínguez al acercarse a Lores para felicitarlo. Lanzó un par de dardos en su intervención, pero entendió que no era el día para escenificar broncas que ya llegarán. Como siempre, el hombre más feliz de la tierra era el padre de Domínguez, un señor.

Estuvo bien también Rafa Domínguez al acercarse a Lores para felicitarlo

Lo mejor fue al acabar, cuando todos acabamos en La Cata, la de Petete, que es la Suiza de Pontevedra, una república neutral cuya única norma es que nadie se puede meter con nadie. Ahí se celebran a diario treguas en las que enemigos mortales toman unas cañas y recobran fuerzas para la próxima batalla.

Pues enhorabuena a Lores y a Fernández, y también a Domínguez y a Revenga, y por favor, hagan ustedes un buen trabajo, que para eso los hemos votado, y para eso la mayoría de la Corporación ha elegido a Lores, salvo los del PP, Ciudadanos y Pilar Comesaña. Pilar, Pilar.

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