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En un mundo nuevo y feliz

Puerta del Sol, Madrid. EFE
photo_camera Puerta del Sol, Madrid. EFE

Pues 2021 no fue un mal año, todo lo contrario: sí fue un mal año. Y 2020 igual, eso lo sabe todo el mundo. Si algo hemos aprendido usted y yo últimamente es que los augurios, buenos o malos, son osados. A fecha de hoy nadie sabe si 2022 será un gran año en el que la ciencia vencerá al virus o si llegará una cepa salvaje que acabará con la humanidad. Sí, eso la incluye a usted.

Lo mejor es hacer como mi suegra, que sigue votando a Manuel Fraga. Fingir que vivimos en un mundo paralelo de libre elección, lo que es fantástico. Mi suegra recrea una vida en la que Fraga vive y sigue presentándose a las elecciones y eso no le supone ningún conflicto, al revés: se siente gobernada y protegida por don Manuel. Si usted la pone ante la evidencia de que Fraga perdió la Xunta en 2005 y murió hace una década, ella lo ignorará y contestará como si nada: "Pues el otro día compré un lomo buenísimo porque el carnicero es de confianza y siempre me da lo mejor". Y ya está, y hace bien. Cuando hay elecciones, coge la papeleta del PP que ya trae de casa y la mete en la urna para que gane Fraga, sean municipales o europeas, y si hay alguna discusión política, la zanja con un: "Yo, si me preguntáis, siempre lo que diga Fraga".

Nada que objetar. Ya quisiera yo. A fin de cuentas, vivir en un mundo ideal no tiene nada de malo. Lo de menos es que sea o no sea real si uno se lo cree y lo vive con la misma pasión que emplea mi suegra en seguir votando a Fraga.

Para entender mejor esta teoría que estoy formulando acudiremos, cómo no, a la gran Karina, quien ya la avanzaba a principios de los ‘70 al grabar la famosa canción ‘En un mundo nuevo’, obra de Rafael Trabuchelli y Antonio Luz, que termina así: "Al fin del camino en ti llevarás la fe y la ilusión de vivir. / Tus sueños de siempre se harán realidad, en un mundo nuevo y feliz. / En un mundo nuevo y feliz, / en un mundo nuevo y feliz". No creo que nadie necesite saber nada más que eso para andar por la vida. Yo recomiendo a quien quiera profundizar en el asunto que vea el vídeo. Obra maestra. Realismo mágico, que ya quisiera Cunqueiro. Empieza con un bebé echando babas con cara de tener pipí y luego Karina se pone a hacer autoestop. Pasan un montón de coches pero ninguno para, así que la artista lo intenta con todo tipo de vehículos: una calesa tirada por caballos (como todas las calesas), un avión, dos personajes que cabalgan caracterizados como Quijote y Sancho y todo así. Ella sonríe y canta sin perder la esperanza, hasta que finalmente baja un helicóptero y se sube, con lo que el mundo ideal de Karina se hace realidad, al menos en su cabeza.

Todos sabemos que si usted hace autoestop las probabilidades de que venga a recogerla un helicóptero son inexistentes, claro está, pero en el mundo nuevo que propone Karina eso puede suceder y sucede. Funciona, haga la prueba. Yo hace unas semanas logré vivir durante casi una hora en un mundo en el que mi profesión era amamantar a cachorros de grandes felinos. Luego fui a por algo complicado de verdad y me pasé cuatro días en una vida en la que Ortega Smith era detenido por la Interpol y entregado a los ingleses, que lo encerraban en Gibraltar, y ni tan mal.

Tampoco es fácil. Para estas cosas hay que valer y yo no valgo, ni para éstas ni para las otras. Por eso mis mundos nuevos y felices son efímeros, pero igual usted atesora esa habilidad y no lo sabe. Láncese, como cuando mi suegra decidió la inmortalidad de Fraga y ahí sigue, viviendo esa ilusión que la hace tan feliz. Hay mucha gente que vive en su mundo, tanta que se ha convertido en una expresión que todos reconocemos como negativa: "Fulanito vive en su mundo", decimos, como si eso fuera algo malo. Como si tuviéramos que alejarnos de Fulanito en lugar de ir directamente a preguntarle cómo lo hace.

Sólo es ir un paso más allá. Cuando vemos una película o leemos una novela estamos sumergiéndonos en mundos paralelos que nos llevan a evadir la realidad, porque la realidad no siempre sale bien. Depende de tantas cosas que solamente satisface a los de siempre, a los que pueden pagarse un mundo nuevo y feliz que no comparten con nadie. Los demás tenemos que hacer como Karina o como mi suegra, que seguramente se presentará en su colegio electoral para votar a Fraga en las autonómicas de Castilla y León. Podemos convertir nuestros sueños en mundos ilusorios. Rollo Matrix pero en plan bien. De esa manera, se lo juro, 2022 será un gran año si logra vivir en un mundo nuevo y feliz diseñado por usted para su exclusivo disfrute. Y si no es así, deseo de corazón que el mundo real nos dé un feliz año.

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