Blog | Estoy Pensando

Si eres galeguista, que lo veamos

Hay que tener visión de Estado. De Estado gallego, quiero decir
Alberto Núñez Feijóo. J.J. GUILLÉN (EFE)
photo_camera Alberto Núñez Feijóo. J.J. GUILLÉN (EFE)

Cada vez que al PP español le van mal las cosas, muchos vuelven la vista a Galiza reclamando a Feijóo. Tiene su lógica. La única victoria desde que Casado se hizo con la presidencia del partido ha sido la de las autonómicas gallegas, que no es en absoluto achacable al propio Casado, sino a Feijóo. También es en buena medida mérito de Feijóo que en nuestro país los ultras de Vox no tengan ni un miserable concelleiro. Tampoco tienen a ninguno que no sea miserable, lo que ya sería una extravagancia.

Cada diputado estatal, autonómico o provincial, cada alcalde o concelleiro que han caído suponen para el PP español una considerable pérdida de ingresos. Por eso venden la sede de la calle Génova, porque ya no pueden pagarla. Pasar de gobernar el Estado con mayoría absoluta a esto de ahora es una catástrofe. Lo de Catalunya ha sido humillante: ser sobrepasados por el partido ultra supone una de las mayores humillaciones que ha sufrido el PP desde su nacimiento. Yo no veo a Feijóo en Madrid. Una porque ese tren ya le pasó en momentos mucho mejores y otra porque ese partido no hay quien lo reconstruya así como así. Las derivas ideológicas de Casado empezaron con el pacto andaluz y continuaron con la foto de Colón, en la que el PP y Ciudadanos encumbraron a Abascal y le dieron a Vox una homologación democrática de la que carecía y que nunca mereció.

Aquí es distinto porque Fraga diseñó al PPdeG como un partido autónomo en la práctica, que es lo que permite a Feijóo actuar con independencia. Eso y sus cuatro mayorías absolutas. Por eso en el PP español muchos ven a Feijóo como un nacionalista y comparan al PP gallego con el PNV. Ni en una cosa ni en otra aciertan, pero sí hay un trasfondo que da pie a esas comparaciones. Algo habrá hecho Feijóo en Galiza que no se parece en nada a lo que ha hecho su partido en Euskadi o Catalunya, que es buscar el voto insultando a la inteligencia del electorado.

Si yo fuera Feijóo no sólo no iría a Madrid, sino que independizaría al PP gallego para alejarlo hoy y en el futuro de esa panda de inútiles que llevan a su partido a la catástrofe y, lo que es peor, que están abriendo las puertas de par en par a la extrema derecha. A Madrid se va a triunfar, y no veo yo a nadie triunfando con esa porquería de grupo parlamentario que tiene Casado; tratando de gobernar esa jaula de grillos chillones y peleándose con el afán de protagonismo de Díaz Ayuso, que está muy loca. También he de decir que si yo fuera Feijóo estaría ahora mismo viviendo en las Bermudas, pero afortunadamente para usted no lo soy.

Con el devenir judicial y electoral que le espera al PP español en los próximos años, lo mejor que puede hacer Feijóo es divorciarse. No de su señora, que es lo que está usted pensando ahora mismo con sorpresa. Jamás sugeriría semejante cosa. Divorciarse de Madrid, quiero decir. Puede que de aquí a las próximas autonómicas no baste con esconder el logo y las siglas. Quizá la marca del PP español sea ya tan pesada que no haya lugar donde esconderla y acabe perjudicando a Feijóo o a quien lo suceda.

Como independentistas que somos usted y yo podríamos pensar que eso nos perjudicaría, pues fortalecería al PP gallego. Que mejor nos iría si desde Madrid gobernaran al PPdeG. Pero no. Hay que tener visión de Estado. De Estado gallego, quiero decir, que es a lo que aspiramos y ya le digo yo que es mejor tener un rival que albergue un ápice de sentimiento de pertenencia a nuestro país aunque nos cueste ganarle, que encontrarnos con un Parlamento gallego lleno de extremistas impuestos desde Madrid y que además se nos cuelen cinco o seis miserables diputados de extrema derecha.

Un PP gallego podría irse convirtiendo con los años, sean diez o treinta, en un partido que acercara posturas con el nacionalismo. A pesar de que la influencia de Casado es casi nula, como lo fueron las de Aznar y Rajoy, sigue ahí, portando la misma marca, una marca que Fraga diseñó para España pero que cuidó especialmente en Galiza, donde actuó de facto como presidente de un PPdeG independiente, ignorando olímpicamente los intentos de interferencias externas. Lo mismo viene haciendo Feijóo, pero yo creo que debería blindar a su partido en Galiza pues nunca se sabe qué nos deparará el futuro. Estoy haciendo uno de esos textos que no gustan a unas ni a otros, ahora que lo pienso. Pues vuelvan la próxima semana.

Bueno, yo lo dejo caer por si acaso. Ya que el PP gallego ejerce de galeguista, que lo sea. Y en el galeguismo no cabe un partido de rango estatal, que luego cuando los diputados gallegos del PP van a Madrid, esos sí que se deben a Casado, no a Feijóo ni a Galiza y votan contra nuestros intereses a la menor ocasión. Pues eso también hay que controlarlo. No se puede ser galeguista y nacionalista español a la vez. No se puede y ya está.

Comentarios