Blog | Estoy Pensando

Pacto da Matanza

EN A MATANZA, término municipal de Padrón, en la Casa-Museo de Rosalía, se reunieron Xosé Manuel Beiras y Xavier Vence. En los soportales, a la sombra del balcón, en un encuentro que no llegó a los 15 minutos, los líderes de Anova y BNG sellaron un pacto. El ‘Pacto da Matanza’, se llama. Se llama así porque así lo he bautizado. Estas cosas se llaman como las bautiza el primero que las cuenta. Podría llamarle ‘Pacto de Rosalía’, pero no. Quedaba muy lírico. Y ‘Pacto de los Pimientos’ restaba seriedad.

Bien, en esos escasos 15 minutos entre Vence y Beiras hubo tiempo para todo. Los líderes, con las elecciones municipales todavía calientes, valoraron los resultados, intercambiaron una lista de reproches, coincidieron en trasladar a sus bases la propuesta de formar una lista de unidad para las próximas generales y firmaron el acuerdo con un abrazo y un apasionado beso en los labios. Lo del beso en los labios es mentira, pero todo lo otro no. Eso fue el día 31 de mayo, tras la entrega del Pedrón de Ouro, y apenas dos o tres testigos, a cierta distancia, presenciaron la escena.

En el BNG, muchos están dispuestos a volver a la unidad nacionalista rota en la asamblea de Amio; otros, principalmente miembros de la UPG o próximos a esa corriente, son reticentes

Pocos días después, Vence anunció que el BNG estaría dispuesto a renunciar a sus siglas en una candidatura conjunta. Si bien por parte de Anova no parece haber mayores problemas para refrendar el pacto, en el BNG sucede lo de siempre: hay división. Muchos están dispuestos a volver a la unidad nacionalista rota en la asamblea de Amio; otros, principalmente miembros de la UPG o próximos a esa corriente, son reticentes. Por un lado, no les gusta nada la idea de renunciar a sus siglas; por otro, no ven con buenos ojos que una de las condiciones sea la entrada de Podemos. Pactos entre nacionalistas, sí, pero ni Podemos ni Izquierda Unida deben formar parte de las candidaturas porque no son nacionalistas, dicen. Otro escollo sería el de algunas de las mareas.

En Pontevedra, Vence comprobó en persona, el día 13 de este mes, cómo los concejales de Marea Pontevedra votaban a su propio candidato frente a Lores. La decisión de Marea se tomó en una asamblea dividida y los partidarios de abstenerse perdieron por un voto de diferencia. 17 votaron por la abstención y 18 por proponer a Luís Rei . Es verdad que los miembros de Podemos y los de Anova se decantaron mayoritariamente por la abstención, pero eso no evita que Lores sienta una especial antipatía por esa Marea que anuncia una oposición frontal, empeñada en convertir a Lores en su mayor enemigo. ''Mexaron fóra do penico'', oyeron que Lores le decía a Vence tras recoger el bastón de mando. Y Lores es cada vez más el gran referente del BNG, por lo que su opinión cuenta, y mucho. La Marea de Pontevedra, tal como está configurada, y algunas otras de Galicia, o algunos de sus miembros, se verán en serias dificultades si finalmente fructifica el pacto BNG-Anova-Podemos.

En Pontevedra, Vence comprobó en persona, el día 13 de este mes, cómo los concejales de Marea Pontevedra votaban a su propio candidato frente a Lores

Ese pacto, según calculan sus promotores, otorgaría al nacionalismo gallego y a la izquierda de Galicia una nutrida representación en Madrid. También se calcula que Rajoy no será presidente. Eso no sólo lo calculan Beiras y Vence. Eso lo calcula media España , incluso usted. En un escenario sin mayorías absolutas, el peso de un grupo gallego en el Congreso puede ser determinante para quitar la presidencia a Rajoy. Sin embargo, si concurren por separado, el BNG podría quedar fuera. El acuerdo entre Anova y Podemos se da por hecho. Lo que está por ver es si finalmente las bases del BNG deciden sumarse y refrendar el Pacto da Matanza.

Con la vista puesta en el Gobierno de Galicia que saldrá de las próximas autonómicas, a muchos les parece buena idea. Son conscientes de que también el PP gallego se fija como horizonte las autonómicas, pues para las generales ya poco se puede hacer. No obstante, celebradas éstas y suceda lo que suceda, el PP gallego tendrá tiempo para rearmarse de aquí a las autonómicas, a celebrar en otoño de 2016. Mientras tanto, se conformarán con aguantar en las generales de noviembre. Feijóo da a Rajoy por amortizado y en caso de que los resultados en Galicia no sean buenos, utilizará, con razón, el mismo argumento que han dado en las pasadas municipales: la marca PP no es fácil de defender mientras Rajoy siga en Moncloa. Feijóo es un líder bien posicionado. Ha sido uno de los pocos con voz propia, y en ocasiones crítica, y tiene tiempo por delante.

Y el Pacto da Matanza será utilizado por el PP, que venderá el mensaje de ''nosotros o el caos''. Su única apuesta para seguir gobernando Galicia es la mayoría absoluta y a Feijóo le da lo mismo cuál sea el reparto de fuerzas entre sus rivales. De cara a las autonómicas de 2016, el acuerdo BNG-Anova-Podemos a quien más perjudicará será al PSOE. Si el PP no obtiene la mayoría absoluta, ojo, Galicia puede tener por primera vez un presidente nacionalista. El Pacto da Matanza tiene un doble objetivo: en primera instancia, que en noviembre Galicia gane peso en Madrid; y a partir de octubre de 2016, que Feijóo pierda la mayoría absoluta y el nacionalismo tenga más representación que el PSOE. Resueltas las generales, las miradas se dirigirán hacia Galicia, el único escenario que estará pendiente de resolver. Unos esperan que sea el entierro definitivo del PP; otros, que sea el primer capítulo de su resurrección.




*Artículo publicado el domingo, 21 de junio de 2015, en la edición impresa.

Comentarios