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Vacunas, Europa y la falsa novia de David Cal

A Europa la veo así, haciendo el ridículo por el mundo adelante
Un sanitario recibe la primera dosis de la vacuna de Pfizer. MARÍA JOSÉ LÓPEZ (EUROPA PRESS)
photo_camera Un sanitario recibe la primera dosis de la vacuna de Pfizer. MARÍA JOSÉ LÓPEZ (EUROPA PRESS)

Recuerde usted cuando nos metieron en Europa. Íbamos a formar parte de una potencia mundial y más cuando llegara la moneda única. Estaríamos a la misma altura que los grandes imperios: China, Rusia, EEUU. Toda la ciudadanía europea sería millonaria, joven y de ojos azules. No era inteligente quedarse fuera y dejar pasar esa formidable oportunidad de convertirnos en parte de un futuro asombroso.

Tantos años después, nos enfrentamos a una pandemia y mientras chinos, rusos y estadounidenses disponen de un suministro de vacunas regular y abundante, a Europa la chulea un fabricante de medicinas. Luego hay otros países, como Israel, Serbia y unos cuantos más que sin pertenecer a ningún gran imperio lideran índices de vacunados, lo que significa que han recibido muchas más vacunas que Europa. El primero de los países europeos en la lista es Malta, seguida de Dinamarca, en octavo lugar, que ha puesto las dos dosis de vacuna al 5% de su población. La media europea andará muy por debajo del 4%. Israel va por encima del 60% y en pocas semanas habrá vacunado a todo el pueblo hebreo, desde el rey David hasta nuestros días.

Curiosamente, Gran Bretaña va en tercer lugar con un 16%, muy por encima de la media europea y luego nos preguntamos por qué se fueron de Europa. Pues mire usted por qué. Fueron los primeros en comprender que la Unión Europea es como aquella novia que tuvo el canoísta David Cal. Yo le cuento la historia más o menos como nos la contó él una vez al fotógrafo Rafa Fariña y a éste su humilde siervo. Vamos allá:

Por aquellos días, David Cal ya tenía un campeonato del mundo y varias medallas olímpicas. Era un hombre muy admirado en Cangas y en todo O Morrazo por sus logros deportivos y por ser un mozo guapo, alto y atlético. Un buen día se encontró con un amigo que había conocido a su novia: "Conocí a tu novia el otro día", le dijo. Sorprendido, Cal le hizo ver que aquello era de todo punto imposible por no tener él novia en aquella época. Suponiendo que habría por ahí una confusión lo dejó pasar, olvidó el tema y siguió con su rutina, que consistía básicamente en entrenar en Pontevedra mil horas al día. Una o dos semanas después le ocurrió de nuevo. Otro conocido le dijo que su novia, muy maja ella y hermosa, se le había presentado durante una noche de copas.

Ahí ya pensó que algo misterioso e incontrolable estaba ocurriendo en su vida. Tampoco es que le quitara el sueño, que David Cal es un tío muy tranquilo, pero ya era para mosquearse. Al cabo de unas semanas el asunto fue adquiriendo otras dimensiones, pues Cal no sólo supo que todo el mundo conocía a su novia menos él sino que tuvo conocimiento de que la chica se estaba liando con toda la juventud de O Morrazo. Decía que era novia de David Cal para ligar y al parecer la táctica era infalible. De entre todas las horas de conversaciones que tuvimos con él, solamente cuando nos contó aquello abandonó por unos minutos su sosegada compostura: "¡Es que no es normal que te ponga los cuernos con todo el mundo una tía a la que ni siquiera conoces!". Tenía toda la razón, no es normal.

Pues Europa es un poco así. Vamos diciéndole al mundo que somos la pareja de David Cal y el novio ni nos conoce. Somos todavía peor que la falsa novia del canoísta, que al menos ella ligaba. Pues lo de las vacunas, fíjese usted. Lo de Israel es normal, porque son el pueblo elegido, no porque lo diga yo, sino el libro del Deuteronomio en el Antiguo Testamento, que se atribuye a Moisés, quien de pueblos elegidos sabe mucho más que usted: "Porque tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios: él te eligió para que fueras su pueblo y su propiedad exclusiva entre todos los pueblos de la tierra". Pues en Israel se toman estas cosas muy en serio, no como nosotros, que bastante tenemos con ser la falsa novia de David Cal.

En esas listas de países más vacunadores no se incluyen a Rusia ni a China, vaya usted a sospechar por qué, pero es de imaginar que no llevarán mal ritmo porque nos llevan semanas de ventaja; fueron los primeros en empezar sus campañas y disponen de vacunas propias y de instalaciones para producirlas masivamente. En el caso de Rusia, cuando ya están entregando millones de dosis de su Sputnik V por el mundo adelante será porque en su país van a buen ritmo.

Tengo la impresión de que fuera de la Unión Europea nos ven como a una loca que va por ahí diciendo que es tan importante que sale con David Cal para que le hagan caso. Aquella falsa novia de Cal desapareció un buen día, supongo que al comprobar que todo el mundo era conocedor de la superchería y se había quedado sin novio al que engañar. Pues yo a Europa la veo así, haciendo el ridículo por el mundo adelante y perdiendo el respeto de los demás, de los grandes y de los pequeños mientras Rusia y China si es que saben quiénes somos, nos miran con razón por encima del hombro.

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