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El volcán alternativo

Imagen de este sábado en La Palma. EFE
photo_camera Imagen de este sábado en La Palma. EFE

CUANDO ocurre algo importante en algún lugar del mundo, infórmese en la prensa local, hágame caso. No solo son los primeros en llegar, que eso es importante, sino que conocen el contexto, las particularidades y cada rincón de pueblos, municipios y provincias. Saben desde siempre, por ejemplo, dónde se cultivan los plátanos sepultados por la lava y la ceniza; dónde se encuentran las casas que están siendo devoradas por la lava y a quiénes pertenece todo eso. Viven ahí y trabajan informando.

Por mucho que enviemos desde Madrid a Pedro Piqueras, no podrá ofrecernos ni la mitad de lo que nos dan los medios locales, sean públicos o privados. Que nada tengo contra él salvo que es un soso y siempre parece triste. Para mí que es pesimista. La prensa española ha ido a La Palma a estorbar, como hace siempre. No sé qué pinta allí Susanna Griso, y ya no digo nada de Lydia Lozano, que iba correteando la tía de un lado a otro mientras chillaba estupideces. No van allí a dar protagonismo a la noticia; van a protagonizarla.

Vamos a ver: las fuentes a las que puedan acceder los presentadores de Madrid son las mismas con las que están en contacto permanente los medios locales que cubren a diario su actualidad y la de sus vecinos. Están para informar, no para convertir el desastre en un espectáculo amarillo. El otro día, una periodista madrileña entrevistaba a un hombre que se había quedado sin su bodega, engullida por la lava. ¿Cuánto perdió usted?, preguntó. El pobre hombre entendió perfectamente la pregunta y dijo que no lo sabía, que llevaba años construyéndola. No sabía poner valor al trabajo de toda su vida y a la consecuente ruina económica. La entrevistadora quería una cantidad, que España entera supiera en euros la cifra exacta. Eso no es poner cara humana a la noticia, eso es carnaza.

Los medios locales no se dedican a buscar señoras chillando

Esa pregunta nunca la hubiera hecho un periodista local. En la isla viven 84.973, menos que en el municipio de Pontevedra, así que todo el mundo conoce a los demás, incluidos los periodistas que viven ahí o se desplazan regularmente para cubrir lo que ocurre en La Palma, día a día, sea el atropello de una cabra o la erupción de un volcán. ¿Quién va a contar mejor que ellos y ellas lo que está sucediendo en su pueblo?

No digo que no se pueda mandar una cámara y un reportero para que hagan un directo y vayan por ahí haciendo entrevistas al tuntún, pero no tiene ningún sentido ese aterrizaje desproporcionado con estrellas incluidas que no saben ni dónde sirven el mejor café o tiran las mejores cañas de la isla, es decir, que no saben nada de nada sobre La Palma y que han provocado el malestar de los vecinos porque ocuparon todos los hoteles mientras van quemadas cerca de 500 casas y no hay alojamiento para toda esa gente que se ha quedado sin techo.

Los medios locales no se dedican a buscar a señoras chillando porque han perdido su plantación, su casa o ambas propiedades. Fíjense en este párrafo publicado este sábado en Mundo La Palma, que no sé si es solo digital o tiene edición en papel: "El rugido del volcán de El Paso es constante, y los vecinos de los municipios afectados señalan, con resignación, que el sonido que emite la erupción del volcán es muy molesto, sobre todo, desde las horas del ocaso, hasta el punto de no dejarles dormir". "Parece que por la noche se reaviva", señalaba a nuestra redacción un vecino de El Paso, que le sorprendía la gran actividad y ruido que emite la erupción en las horas nocturnas, además nos indicaba: "Es un sonido constante que, a veces, no te deja pensar, todo el día metido en la cabeza, se hace insoportable". No sé a quién pertenece la autoría porque el texto viene sin firma, pero pone rostro humano al desastre, informa, y no hay nada en todo el resto del artículo que no sea irreprochable.

Cuando aquella agresión que sufrió Rajoy en Pontevedra, vinieron de Madrid a decirnos que el responsable era un extremista miembro de una peña radical. Eso, por supuesto, no lo reprodujo ningún medio en Pontevedra, en primer lugar porque no ha habido ni habrá peñas extremistas aquí; y en segundo lugar porque si algún periodista no sabía si el agresor era o no miembro, llamó directamente al presidente y en dos segundos supo que no, que ni siquiera pertenecía a esa peña que de extremista tenía lo mismo que un caballito de mar.

Desde Madrid se puede contar lo que sea porque todo da lo mismo. Muchos creen que si sale de Madrid tiene que ser cierto. Y desde Madrid informan mucho de la cosas madrileñas, nos afecten o no a los demás. Y lo que es peor, cuando nos pasa algo vienen a contarnos nuestras noticias y quieren imponernos una realidad alternativa a la que vivimos a diario.

Si quiere usted saber lo que pasa en La Palma, infórmese en medios canarios, que hoy lo tenemos todo a un click; y si quiere saber lo que ocurre en su ciudad o en su pueblo, compre este periódico, por poner un ejemplo.

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