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La aldea quemada de la república del Couto Mixto

En ocasiones, no muchas, la tradición oral transmitida entre generaciones tiene una base histórica demostrable. Así apareció, por ejemplo, la ciudad de Troya, siglos y siglos después de su descripción literaria. Cuando todo el mundo tomaba el asunto como una historia de ficción imposible, se desenterró Troya y se descubrió que no sólo había una Troya, sino varias superpuestas a lo largo de los siglos.

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Pues el otro día, el digital culturagalega.gal, encontró algo mucho más modesto pero también mucho más interesante para gallegos y gallegas. La historia, firmada por Manuel Gago, es apasionante. Y por encima sucede, más bien sucedió, en uno de los lugares más emblemáticos de Galiza: el querido Couto Mixto, cuya condición de república independiente es perfectamente recuperable, si no en su antigua realidad, sí en su esencia como comarca diferenciada y al mismo tiempo dependiente de los reinos gallego y portugués, sin prevalencia de ninguno de los dos.

La tradición oral, de la que se ocupan los y las antropólogas, dice que en el Couto Mixto había una aldea llamada Pena, en Calvos de Randín, Ourense, que fue arrasada por portugueses a principios del S. XVI, en una fecha indeterminada entre los años 1517 y 1538. No se conocía más referencia al asunto. En fechas recientes, todo lo que quedaba de la historia era el boca a boca intergeneracional. Creo que jamás he escrito una palabra tan larga: intergeneracional.

Se contaba que la aldea de Pena, que como muchas en su época era diminuta, cosa de cuatro casas y cinco alpendres, fue atacada por enemigos y reducida a cenizas. Hay más de una versión. Los que guardan la tradición oral se dividen entre quienes culpan a los portugueses; luego hay quienes cuentan una pelea entre habitantes del Couto Mixto por los pastos para el ganado y quienes creen que todo fue fruto de una invasión alienígena que me estoy inventando mientras escribo. En lo que todas las fuentes están de acuerdo es en que los agresores prendieron fuego a todas las casas de la aldea y a sus instalaciones: alpendres, graneros y lo que había.

Es llamativa la fuerza que puede tener la tradición oral. La aldea saqueada fue recientemente descubierta gracias a una intervención financiada por la Consellería de Turismo, pero más que nada por la fuerza de la antropología, que estudia a ciegas la historia, la tradición, la transmisión oral y la documentación, que en este caso apareció en la Torre do Tombo, la catedral de los archivos portugueses.

Apareció en la excavación todo lo que se venía contando en las casas y en las tabernas del Couto Mixto desde hace cinco siglos: la aldea de cuatro casas y cinco construcciones complementarias, que serán alpendres, puede que algún aljive o un lavadero, fue arrasada de la noche a la mañana. La tradición oral, a la que en este caso debemos prestar atención porque tenemos ya la constancia de que la aldea fue arrasada tal como cuenta la memoria del vecindario, se ajusta a las excavaciones arqueológicas.

Y es buena noticia, en esta sección en la que usted y yo reclamamos sentidiño a la hora de excavar, que haya sido la Consellería de Turismo la que, cinco siglos después, haya financiado la excavación que demuestra que la tradición oral era verídica, tanto que el historiador Juan Manuel Galiña se fue a la Torre do Tombo, la catedral de los archivos portugueses, y encontró documentación a chorros.

Hay que cubrir los huecos que quedan entre los cronistas, los historiadores, los arqueólogos, los antropólogos, los investigadores y los estudiosos. Si usted busca el luger de Pena, en Calvos de Randín, en el Couto Mixto, la encontrará en decenas de diccionarios geográficos, muy de moda entre los siglos XVII y XVIII. En todos se detalla con precisión la configuración del Couto Mixto y el lugar de Pena, pero sin ninguna referencia a la aldea arrasada y hoy reencontrada gracias a la Consellería de Turismo. Pues eso es bueno. Para eso están las instituciones y por eso exigimos usted y yo una y otra vez que las excavaciones y la recuperación de yacimientos se hagan a conciencia y buscando una fi nalidad duradera.

Yo muy a favor de recuperar el Couto Mixto como lo que siempre fue, una república independiente al abrigo de los antiguos reinos gallego y portugués, como estoy a favor de una republica gallega independiente, pero mientras eso no sucede, debemos felicitarnos por recuperar una aldea arrasada hace cinco siglos. Y lo que más le gusta a usted, que la aldea hoy redescubierta, es lo que había en casi todo nuestro país: cuatro o cinco casas y cuatro o cinco alpendres, o corrales o gallineros, eso está por ver.

Es que yo creo, como usted, amada señora, que el Couto Mixto debe recuperar su pasado, y el pasado del Couto Mixto se encuentra entre los antiguos Reinos de Galiza y de Portugal. Ahí tendríamos, actualizado los estándares a los tiempos modernos, tres repúblicas independientes y hermanas: Galiza, Potugal y Couto Mixto. Y si lo financia la Consellería de Turismo, mejor, que mejor.

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