Blog | El retrato

Elemento

Ángel Souto. DAVID FREIRE
photo_camera Ángel Souto. DAVID FREIRE

ÁNGEL SOUTO CORDO, líder de Terra Galega, soñaba con arrebatarle la alcaldía de Pontecesures a Vidal Seage, líder local del PP, con el que hasta ahora gobernaba en coalición. Souto Cordo es un bestia de la política, capaz de medirse con cualquier animalote que quisiera gobernar Pontecesures, concello que conozco a la perfección porque viví varios años en él gestionando un pub, El Sótano, que fue el garito de la época.

Aquel pub de Pontecesures era el pub de moda en Pontevedra: sotano oscuro en el que cremita de la Boa vila—que se recorría treinta kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para creerse alguien— bailaban temas ochenteros y se sentían madrileños, héroes directos de la movida. En realidad, tardaban varios meses en comprender que no eran nadie.

No hemos comprendido nada. Ángel Souto ha presentado una candidatura en Pontevedra, pero lo hizo por error. O no. Quizás su altura política y una ambición desmedida lo han empujado a competir con Miguel Anxo Fernández Lores, el Ramsés II de Pontevedra. Terra Galega y Ángel Souto merecería el voto de cualquier pontevedrés de bien solo por su osadía, solo comparable a la de Pedro Madruga cuando retó muerte al arzobispo Fonseca. Madruga y sus aliados machacaron a Fonseca sin contemplaciones porque tenía muy claro que el ridículo lo haría su adversario, no él… Y así fue. El friki de Souto, empujado a la batalla, insisto, por un error administrativo, responde a la perfección al espíritu indómito de aquel personaje.

Yo, como vecino responsable y soñador patológico, insisto en pedir una marea de votos para el indomable Souto. No es una petición realizada a la ligera. Lo he consultado con mi hermano Rafa Cabeleira, que ni siquiera está empadronado en la ciudad —es de Campelo, como los delincuentes más buscados— y ni siquiera conoce al tal Souto, pero le parece bien.

Les parecerá excesivo, pero por tercera vez voy a pedirles el voto para este valiente campeador, líder supremo de Terra Galega, que a mí me parece nombre de un buen albariño, de los de denominación de origen y alta puntuación en las grandes guías del mercado vitivinícola. Un hombre que sabe hacer país porque no entiende de fronteras. Una persona que construye un estado a partir de un error formidable. Un político llamado a trascender. El futuro de Galiza, incluso el de España entera, depende de Ángel Souto: el hombre que avocado al error, esperó el error de una ciudad entera.

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