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Los negociadores

SUFRIREMOS EL martes otro de esos plenos maratonianos a los que nos vienen acostumbrando este nuevo mandato. La situación ya viene rozando el absurdo: cinco mociones se presentan, una por cada grupo, para discutir sobre la situación de los refugiados sirios. Bastaría, pensamos usted y yo, con que un grupo, el primero en llegar, presentara una moción y se debatiera si Pontevedra se ofrece a acoger refugiados, cuántos serían, dónde se alojarían, durante cuánto tiempo y cuánto dinero se necesitaría.

Pero no lo hacen porque lo que quieren nuestros concejales no sólo es decidir eso, sino debatir de paso sobre Siria y sobre si hay que bombardear a las tropas gubernamentales de Bashar al-Asad, a las del ISIS, a ambas o a ninguna. Pontevedra es muy de arreglar los asuntos de Oriente Medio. Una vez se aprobó en Pleno, a iniciativa del BNG, que Netanyahu cesara sus ataques contra Palestina y al día siguiente Israel retiró sus tropas. Las hemerotecas están ahí. Ahora mismo Obama, Merkel y todos los generales de la OTAN están esperando nuestra decisión para saber qué hacer en Siria. El próximo martes, con los bombarderos listos por si decidimos que despeguen, los teléfonos rojos de todos los líderes de Occidente echarán humo: “¿Se sabe ya algo de Pontevedra? ¿Ha llamado Lores?”. Aquí somos perfectamente conscientes de que el mundo nos necesita y que cuando hay una crisis internacional tenemos una responsabilidad.

Aparte de eso tendremos un clásico: el debate sobre Ence. El día que Ence se vaya de Pontevedra la echaremos de menos, no sólo por el aroma suave y delicioso con que nos seduce día a día y por la belleza de su propuesta arquitectónica integradora. La echaremos de menos porque no sabremos de qué hablar cuando no haya guerras en Oriente Medio. También extrañaremos esas hermosas cartas que la empresa dirige a los pontevedreses. Yo sólo le pido a Ence que cuando nos deje, nos siga escribiendo desde Navia. Hay otra moción de Marea, que pide que el homenaje que convoca el BNG año tras año el Día da Galiza Mártir sea institucional. A la Marea no le basta con el acto institucional de Poio y quiere decirle al BNG qué homenajes tiene que celebrar y con quién, como si los de Marea no pudieran convocar su propio acto, que sin duda sería multitudinario y hasta puede que asistiera David Carballal, el único miembro de Anova que quedaba en la coordinadora de Marea y acaba de dimitir.

Luego está lo que se negocia entre bambalinas. Desde el PSOE, por ejemplo, se han emprendido conversaciones con todos los grupos de la oposición para que cada uno pueda nombrar a un cargo de confianza pagado por todos los pontevedreses. Uno nuevo para el PP, que ya tiene uno, otro para el propio PSOE, uno más para Marea y el cuarto para C’s. No sé yo si no serían demasiados. Jacobo Moreira ya le dijo que no, que las cosas están bien como están y que crear cuatro nuevos puestos, a como se pagan, supone un incremento de gasto irracional e innecesario. Supongo que Moreira no ha olvidado la beligerancia que mostró el grupo socialista y particularmente su actual portavoz cuando durante el pasado mandato al PP le quitaron a su jefa de prensa. El PP tenía entonces once concejales y un cargo de confianza. El PSOE contaba con dos: un jefe de gabinete y un coordinador de grupo que se volvía loco para coordinar a los tres concejales socialistas. Entonces les pareció que el PP bien podía funcionar sin jefa de prensa. Por aquella época declaraba el actual líder socialista que era inaceptable que se hablara de esos temas “cando na sociedade están pasando cousas máis graves e importantes para os cidadáns, como os recortes de sanidade ou a falta de emprego”. Imagino la cara que se le quedó a Jacobo Moreira cuando le dijeron que los tres concejales socialistas, hoy en la oposición, necesitan imperiosamente un cargo de confianza como el que el PSOE y los nacionalistas le quitaron al PP hace un par de años.

María Rey por su parte también se niega en redondo, y eso que no le vendría nada mal a C’s. Dice que tal y como están las cosas un único funcionario que ya esté en plantilla y que por tanto no costara un céntimo a los pontevedreses, bastaría para hacer labores administrativas repartiéndose entre los seis concejales de los tres grupos más pequeños para facilitar sus tareas, algo a lo que en principio no se opondría Moreira. Y añade María Rey que en todo caso con la dotación que ya recibe cada grupo pueden ir apañándose ellos y los demás y que ése no es en estos momentos un asunto prioritario.

El único que al parecer se muestra de acuerdo es Luís Rei. Él sí quiere que los pontevedreses le paguen un cargo de confianza, o eso me han dicho. Pude haberlo llamado para que me lo confirmara o lo desmintiera, pero pensé que lo pondría en el compromiso de sacar las manos de los bolsillos para coger el teléfono y no me pareció correcto, así que dejémoslo en que se comenta, desde fuentes conocedoras de las negociaciones emprendidas por los socialistas, que la Marea quiere que le contratemos a un cargo de confianza, pero que no lo sé de primera mano y me fío de los que me lo han dicho, aunque si viene Rei y lo desmiente, desmentido queda.

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