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Ya sabe donde está la puerta

Imagine que Felisuco es la persona más adecuada para representar a los ciudadanos de Cantabria en el Congreso. No es fácil visualizar eso, pero puede intentarlo. Puede usted cerrar los ojos y soñar con una Cantabria representada por Felisuco, una Cantabria diferente, mejor. No puede ser de otra manera, pues por algo se afilió a Ciudadanos un mes antes de las elecciones de noviembre, como un militante más y apenas seis meses después, Felisuco encabeza la lista. Su ascenso fue meteórico, y solamente pudo deberse a lo mucho que ha demostrado al partido. No cabe ninguna otra hipótesis.

Felisuco es el mejor ejemplo de que está sucediendo lo que todos deseábamos: que la llamada sociedad civil se involucrara en política. Ingenieros, fontaneros, cómicos o empresarios entran en política porque creen que los cambios se logran a base de implicación. Obviamente eso es bueno. Hacen falta muchos menos políticos profesionales y muchas más personas de a pie, que vivan y conozcan los problemas reales. De entre todos los que han entrado en las agrupaciones cántabras de Ciudadanos, Felisuco es sin duda el más comprometido y el más capacitado para encabezar a las tropas naranjas, de ahí su fulgurante elevación de la nada al todo.

Es curioso. Tras años de exitosa carrera como humorista y como actor, ambas profesiones tan dignas como otras muchas y mucho más dignas que algunas, Albert Rivera descubrió asombrado, en cosa de semanas, que Felisuco es mucho mejor como político que como actor. Si ya sobre el escenario da muestras de un gran talento, en la política es un portento. Su carrera artística se labró a lo largo de años de trabajo duro y esfuerzo. Imaginemos todo lo que ha podido demostrar este hombre a su partido desde noviembre hasta la semana pasada. No es candidato porque sea un cómico de merecidísima fama, sino porque mucho más que eso, es un político nato. Tanto así, que perfectamente podremos verlo presidiendo Cantabria en unos años. Felisuco no tiene experiencia política, pero en experiencia personal y profesional supera a todos los demás posibles candidatos. De hecho, ni hicieron falta unas primarias. Se le proclamó así, a lo loco, que si está claro que es el mejor, pues para qué vamos a perder el tiempo en consultar a la militancia. A fin de cuentas, como dijo la candidata de Pontevedra, si alguien no está de acuerdo, ya sabe dónde está la puerta. La democracia interna en los nuevos partidos llegó tan lejos que ya no hace ni falta. Ahora los partidos de la nueva política funcionan como partidos de verdad, dirigiendo hacia la puerta de salida a votantes y militantes.

Felisuco es uno de los 14 nuevos cabezas de lista de Ciudadanos en toda España. Mujeres y hombres que han demostrado ser mejores que los candidatos presentados hace seis meses y elegidos en primarias cuando lo de las primarias estaba en el ADN de su partido. Más de la cuarta parte de los números uno han sido desplazados por gente todavía mucho mejor nombrada desde arriba. En Galiza, dos de cuatro. Los nuevos candidatos harán lo que no hicieron los anteriores: participarán en debates, pronunciarán discursos brillantes, se someterán a entrevistas y se recorrerán la provincia pueblo a pueblo. Y Felisuco el primero, porque Felisuco es el mejor para desarrollar todas esas tareas y llevar a la agrupación cántabra a la altura de la madrileña. Aquí en Galicia ya ni necesitarán traer a Marta Rivera de la Cruz . Se ha renovado el partido de tal manera que la mitad de los candidatos y numerosos militantes ya sabían dónde estaba la puerta y fueron sustituidos siguiendo el modelo Felisuco, por gente mucho mejor.

En Pontevedra, por ejemplo, rezamos para que María Rey no se meta en un debate con Ana Pastor, Pilar Rojo o Luís Bará , porque los machaca a todos, algo que no hubiera podido hacer tan bien el candidato al que sustituye. En A Coruña, el nuevo líder conservará el escaño conseguido por el anterior y logrará un par de ellos más. ¿Por qué? Pues porque es mejor, mucho mejor, sin discusión.

Los 14 nuevos candidatos no fueron elegidos democráticamente, sino por la fuerza de una verdad incontrovertible: son mejores que los que estaban y darán un impulso imparable a la campaña de Ciudadanos. Recordemos que la de diciembre se les hizo eterna y su gran carencia fue precisamente la falta de caras visibles, de líderes sólidos, de candidatos capacitados para ejercer labores tan simples como pronunciar un mitin o acudir a una entrevista. Eso no sucederá esta vez. En esta ocasión, Felisuco y los demás conseguirán ilusionar a los españoles con una campaña tan deslumbrante que si nada lo evita se lanzarán en masa a apoyarlos. No habrá urnas suficientes para meter tanto voto.

Aquí incluso pueden profundizar en esa extraña e incomprendida tesis, según la cual no es necesario un proyecto específico para este país porque los problemas de los gallegos son los mismos que los de cualquier español. Pensemos en los pobres extremeños, que tienen un lío tremendo con el cerco, que no les dejan pescar ni un jurel y acabarán amarrando la flota en los puertos de Extremadura. Esa tesis, bien argumentada por los nuevos candidatos de Ciudadanos, puede hasta ponerse de moda, y al que no le guste ya sabe dónde está la puerta.

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