Dicen que lo que funciona no se debe tocar. Adquiriendo como válida la regla y dándole la vuelta, al Teucro del pasado curso había que tocarlo. Y mucho. Sin embargo, no todo proceso de cambio es sinónimo de éxito. Y no todo éxito llega sin dar tiempo a que el proceso madure.
Al conjunto pontevedrés, sumido en una revolución de nombres en la pista, le falta todavía maduración. Los azules están verdes. Y este sábado lo demostraron ante un San Pablo Burgos que fue un lobo con piel de cordero. Porque al cuadro dirigido por Irene Vilaboa, que se estrenaba en el banquillo de un desangelado Municipal, le llegó demasiado pronto este choque.
Pese a la justa derrota, el Teucro ofreció algún signo para la esperanza. Porque los pupilos de Vilaboa arrancaron bien. Conducidos por Dzokic y Sío, la movilidad de la segunda línea local permitía a los locales no irse en el marcador pese a la zurda de Da Silva.
San Pablo Burgos: Mile Mijuskovic; Juan Tamayo (1), Joshua Da Silva (2), Alberto Pinillos (3), Claudio Ramos (2), Álvaro Torres (5) y Pablo Gastón. También jugaron: Ibrahim Moral (p.s.), Javi Espinosa, Raúl Blanco (4), Julián Rasero, Samu Gómez (2), Ernesto López (6), Javi Rodríguez (1) y Dalmau Huix (1).
Árbitros: Lucas Crespo Gómez y Pedro Eiras Abalde. Excluyeron a Dzokic (2), Pedro Sánchez, Iago Rodríguez (2), Caüe Herrera (2), Diego Martínez (2) y Víctor Deco, por el Teucro, y a Samu Gómez, Claudio Ramos (2), Dalmau Huix y Joshua Da Silva (2), por San Pablo Burgos.
Marcador cada cinco minutos: 2-3, 4-7, 7-9, 9-11, 9-15, 10-15 (descanso), 13-16, 15-19, 17-22, 21-23, 22-24, 25-27 (final). Incidencias:
Primera jornada del Grupo A de la División de Honor Plata. Pavillón Municipal dos Deportes, ante 60 espectadores.