12-2. Un resultado más propio del fútbol base, donde las diferencias de nivel suelen ser más habituales, fue lo que cosechó el pasado domingo el Pontevedra B. El filial granate endosó una docena de goles al San Martín. Lo hizo en un choque en el que no hubo nada raro, más allá de la actuación estratosférica de José Rivera. El delantero de Vilagarcía firmó la mitad de la cuenta goleadora de su equipo.
"Fue un partido redondo en el que estuvimos perfectos con balón", apuntaba este lunes Rivera tras el entrenamiento con el primer equipo, con el que ha jugado siete encuentros esta temporada ha anotado un gol anotado. "Estoy a disposición de Luismi para lo que sea", se ofrece el atacante.
El punta, que cumple su primer curso como sénior después de llegar a los juveniles granates el pasado año desde el Deportivo, señala que la clave del partido estuvo en que su equipo "siempre quiso más" porque estaban "picados". "En la ida ellos nos metieron cinco", recuerda. La revancha se sirve en plato frío.
Pero más allá de su figura, el delantero recalca su alegría por la situación del equipo. "Estamos ahí arriba y tenemos que ir no solo a por el ascenso, sino a por la liga. El Portonovo está a cuatro puntos, pero fallará seguro", sentencia sin dudar, casi como si estuviera delante de la portería. Por algo José vive a la Rivera del gol.
Ningún futbolista había logrado alcanzar la media docena de tantos esta temporada. Sí la pasada, ya que Augusto, mediapunta del Amanecer, anotó también seis goles en la victoria de su equipo 12-0 ante el Rápido de Bahía.
Mientras, Rivera reconocía el lunes que no se apuntaba seis goles "desde que tenía 10 años".
