FÍJENSE CUÁNTAS vueltas da la vida. ¿Quién le iba a decir a César Mosquera hace casi cuarenta años que la persona que le estaba operando de apendicitis y estaba atajando con eso una grave infección en su sistema digestivo iba a ser el futuro presidente de la Xunta, Xerardo Fernández Albor, fallecido este jueves? ¿Y quién podía adivinar que aquel paciente adormecido al que no quiero imaginarme con el camisón del hospital, con el paso del tiempo, sería el vicepresidente de la Deputación de Pontevedra? Pues ya ven, se dice que la vida es un carrusel, precisamente por estos giros tan sorprendentes. El vicepresidente reunió este jueves a la prensa para hablar de algo (de algo de compost, me imagino) y uno de los compañeros le preguntó por el fallecimiento del primer presidente. Mosquera, que nunca rehuye un comentario político, manifestó su respeto por el primer presidente electo por los gallegos, pero dejó claro que tenía más fresca aquella vivencia personal, sobre la mesa del quirófano, en manos del que iba a ser mandatario gallego.
En fin, no se crean que fue el único nacionalista que compareció este jueves. El concelleiro de e Xuventude, Parques e Xardíns, Tecnoloxías, Normalización Lingüística, las parroquias de Mourente, Bora, Marcón, Tomeza y Salcedo y matar avispas velutinas, Alberte Oubiña, también dio una rueda de prensa para hablar, precisamente, de esto último.
La coordinación con los voluntarios del Concello ha dado un resultado de 5.000 reinas muertas. No es poca cosa, la verdad. Yo traigo a Oubiña Piay a mi sección porque tuvo una idea muy loca y festivalera en su comparecencia de prensa. Como hacía tanto calor, el edil se ofreció a llenar la sulfatadora (que se usa para espantar las velutinas) con agua y a sulfatar con una refrescante cortina de líquido a los periodistas. La idea era buena, pero no hubo cuórum. Pero Alberte, apuntamos la idea.
