La sociedad mercantil estatal de Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica, acaba de presentar una solución al conflicto por la depuración de las aguas del flanco norte de la ría de Pontevedra y a la falta de un sistema de limpieza de las aguas de las parroquias de Raxó y Samieira, en Poio.
La subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, presidió el acto de presentación del proyecto de mejora del saneamiento del flanco norte de la ría, que afectará a los concellos de Sanxenxo y Poio y que supondrá la inversión de 24 millones de euros, de los que un 50% se financiarán con fondos europeos Feder.
Al acto acudió la directora general de Acuaes, Rosa Cobo, acompañada del director técnico de la empresa pública, Jacobo Moreno, que se encargaron de explicar la solución técnica y financiera a un problema que, desde el año pasado ha sido declarado de Interés General del Estado en la Ley de Acompañamiento de los PGE.
El proyecto consistirá en la ampliación de capacidad de la depuradora de Paxariñas, una de las dos estaciones de tratamiento de aguas residuales de que dispone el Concello de Sanxenxo y que, en actualidad, está cerca del límite de su capacidad, en especial en la época estival y que, apuntaron los responsables de Acuaes “no está preparada para desarrollos urbanísticos futuros”.
La directora general de Acuaes defendió que la “solución más eficiente” partirá de la ampliación de esta estación “incorporando al territorio de Raxó” y apuntó que en actualidad, además de las limitaciones de volumen, la Edar sanxenxina carece de innovaciones tecnológicas que ya se están implantando en las nuevas estaciones depuradoras de las grandes urbes. Estas innovaciones permitirán ajustar las condiciones del vertido saliente para adaptarlo a las directivas comunitarias y se actuará también para insonorizar y desodorizar la instalación.
Además, la actuación afectará al emisario de Montalvo y a todo el sistema de colectores, no solo al nuevo, que se implementará en parte de Samieira, Raxó y parte de A Graxa y contará con un bombeo, sino también a más de una decena de kilómetros del sistema general de Sanxenxo, en el que se analizará el estado de las canalizaciones, se actuará sobre los problemas existentes y se solventarán con tanques de tormentas las deficiencias técnicas que en actualidad generan vertidos por desbordes en épocas de fuertes lluvias en el municipio sanxenxino.
El proyecto ha sido diseñado de acuerdo con los dos concellos y está por definir la forma de gestión del sistema compartido, y la financiación tanto del funcionamiento, como de la parte de inversión que adelanta Acuaes en nombre de ambos municipios y que será devuelta en varias anualidades que los dos concellos sufragarán en un plazo de 25 años a partir de la finalización de la obra.
PLAZOS. La presentación de este martes supuso el punto de partida para la puesta en marcha de este proyecto, que será uno de los temas a aprobar en la próxima junta general de Acuaes, el 23 de julio, lo cual permitirá aprobar la licitación del estudio de alternativas y la redacción del proyecto, que irá acompañada del Informe de Impacto Ambiental. Se estima que estas tareas ocuparán un año, a partir de lo cuál se puede iniciar la fase de licitación de la construcción, que podría durar otros 18 meses. Se pretende que las obras estén terminadas en diciembre de 2023. La primera fase del plan contará con 17 millones de euros, de los que unos 8,5 millones de euros procederán de fondos Feder.
Tanto el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, como el de Poio, Luciano Sobral, valoraron positivamente la solución. En el caso de Sanxenxo, resuelve un problema que, según explicó el alcalde “me atopei no Nadal de 2017, despois de entrar na Alcaldía e que nos iba a supoñer ter que financiar con fondos propios a ampliación da nosa depuradora”. “Estou seguro de que os meus veciños estarán contentos con esta solución solidaria, que é entendible, do mesmo xeito que o son con nós os concellos de Meis e Cambados no mesmo asunto”.
En el caso de Poio el regidor manifestó su alegría y alivio por poder poner fin a un conflicto que estaba enquistado, después de años de negociaciones con todas las administraciones, y confesó que esta solución novedosa “non se nos planteara antes”. El alcalde agradeció la solidaridad de Sanxenxo, la implicación del Ministerio para la Transición Ecológica y calificó la solución como “óptima e adecuada” para todas las partes.
