La Asociación de Jóvenes Empresarios de Pontevedra (Aje) y la Asociación de Empresarios de la Mediana y Pequeña Empresa (Aempe) firmaron este miércoles un acuerdo de colaboración que unirá en un frente común a ambas entidades en aquellas actividades que impulsen la gestión, fomento y defensa de los intereses empresariales, económicos, sociales, formativos y culturales de los diferentes sectores empresariales.
José María Corujo (presidente de Aempe) y Jesús Rey (Aje) suscribieron el convenio que formalizará la relación que ambos colectivos de empresarios vienen manteniendo de forma habitual, una colaboración que quieren acrecentar en la actual situación de crisis que ha generado la pandemia del coronavirus y que está está asestando un duro golpe a la actividad económica.
El rechazo al cierre de la avenida de Raíña Vitoria (que el Concello ha decidido peatonalizar para ser usado como patio por el instituto Sánchez Cantón) y la reclamación de la exención de las tasas municipales son algunas de las reivindicaciones que son comunes a ambas entidades empresariales.
Además, Aje participará en las jornadas que tiene previsto organizar Aempe en colaboración con la Universidade de Vigo.
Corujo y Rey incidieron en la necesidad de plasmar en un documento la colaboración que ambas organizaciones ya venían manteniendo.
"Las reivindicaciones de Aje y Aempe son muy similares, de ahí que fuera necesario estampar esa colaboración mutua en un documento", explica Rey.
En opinión del presidente de Aje, en estos momentos de dificultades económicas por las que están pasando los empresarios, las administraciones deberían constituir un frente común de ayuda institucional. "Deberían fijar unas líneas de actuación conjunta, la única forma posible de superar la situación económica en la que nos encontramos las pimes, los emprendedores y los autónomos", comenta Jesús Rey.
Sobre las ayudas que ofrece la Xunta de Galicia a los negocios y empresas, el presidente de Aje entiende que resultan "insuficientes", al mismo tiempo que insta al Concello a "escuchar" los planteamientos de los empresarios y a diseñar un plan de ayudas "que encajen con la realidad y que no obliguen a efectuar inversiones".
